"Los niños se mueren y matan a presos políticos": el 'grito' de la esposa de Guaidó en la CIDH

"Como madre, como venezolana y como esposa de Juan Guaidó les pido que vayan a Venezuela para que vean ustedes mismos lo que pasa". Es el dramático llamamiento de Fabiana Rosales que los miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) han podido escuchar este jueves en Kingston (Jamaica).

Una nutrida delegación del equipo del presidente encargado de Venezuela ha acudido a una audiencia pública ante este organismo para denunciar la trágica situación que atraviesa el país y la creciente represión que Maduro está empleando contra los representantes del pueblo en la Asamblea Nacional.

Fabiana Rosales ha retratado con precisión los abusos y violaciones de los derechos humanos para reclamar a la CIDH que no permita la impunidad. "El vicepresidente de la Asamblea, Edgar Zambrano se negó a ser detenido y se quedó en su coche. Los agentes del Sebin montaron su carro en una grúa para llevárselo. Así funciona el régimen de Nicolás Maduro", ha explicado Guaidó sobre el arresto anoche. 

"Se trata de un secuestro violento que sigue el mismo patrón y las mismas formas que las detenciones de otros diputados", ha lamentado la esposa del presidente encargado. Zambrano ha corrido la misma suerte que otros diez diputados opositores. Todos han sido procesados por rebelión a instancias del Tribunal Supremo de Venezuela, máximo órgano de la Justicia chavista cuya legitimidad e independencia no están reconocidas por gran parte de la comunidad internacional. 

Fabiana Rosales ha tenido palabras de recuerdo para todos ellos y ha recordado en audiencia pública en el CIDH que sus nombres se suman a la larga lista de presos políticos y represaliados por el chavismo. 

"Vayan a Venezuela y vean como mueren los niños en los hospitales ante la falta de médicos, vean como los presos políticos son torturados y asesinados en las cárceles", ha exclamado en una conmovedora intervención que forma parte de la ofensiva diplomática de Guaidó para derrocar al moribundo régimen de Maduro. 

Rosales, acompañada por familiares de otros políticos venezolanos perseguidos, ha sido la voz de alarma de la decadente y dramática situación en Venezuela. Una persecución desde las instituciones chavistas de la que ella misma, su marido y su hija Miranda de dos años son víctimas: "Seguiremos denunciando al régimen y alertando al mundo de lo qué pasa en Venezuela, nada nos va a detener".