Javier Pérez de Cuellar, quien falleció este miércoles a los 100 años, fue uno de los peruanos de mayor relevancia en la historia mundial en la esfera política y diplomática, como, hasta el momento, único latinoamericano en ocupar la Secretaría General de las Naciones Unidas (ONU), entre 1982 y 1991.
Considerado un negociador incansable, efectivo, paciente y cauteloso, durante sus diez años al frente de la ONU, Pérez de Cuellar mostró un gran interés por los países del tercer mundo y actuó de pacificador en diversos conflictos internacionales.
El diplomático murió este miércoles en su domicilio por causas naturales y será enterrado este viernes con honores de jefe de Estado en el antiguo cementerio Presbitero Maestro, de Lima, con la presencia del presidente de Perú, Martín Vizcarra.
Pérez de Cuéllar, discreto en sus últimos años de vida, dejó un país apesadumbrado por su pérdida y orgulloso de su figura.
De Malvinas al Golfo Pérsico
Entre numerosas intervenciones al frente de la ONU, desempeñó un papel decisivo como intermediario en la guerra de las Malvinas, que enfrentó en 1982 a Argentina con Gran Bretaña, y consiguió que el iraquí Sadam Husein y el iraní Ruholá Jomeini acordasen la paz a través de la resolución 598 del Consejo de Seguridad, aprobada en 1987.
También dedicó su esfuerzos en favor del Grupo de Contadora, marco básico para la pacificación de Centroamérica, y para la salida negociada de las tropas soviéticas de Afganistán, además de interceder en las negociaciones para la independencia de Namibia y en el conflicto del Sáhara entre Marruecos y el Polisario.
Intercedió en los contactos Chipre-Turquía y bajo sus auspicios se produjo, en enero de 1990, un acuerdo sobre un plan de paz de la ONU para Camboya; además de haber sido uno de los más destacados mediadores en el conflicto del Golfo Pérsico.
Un abogado limeño
Nacido en Lima el 19 de enero de 1920, y de familia aristocrática, Javier Felipe Ricardo Pérez de Cuellar Guerra se casó en primera nupcias con la francesa Yvette Roberts, con quien tuvo dos hijos, y posteriormente con la peruana Marcela Temple Seminario, con quien tuvo otros dos hijos.
Pérez de Cuellar estudió Derecho en la Universidad Católica de Lima y en 1940 comenzó su carrera diplomática al incorporarse al Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú.
Cuatro años después fue nombrado secretario de embajada en París, para luego pasar a Londres, La Paz y Río de Janeiro, y también fue miembro de la delegación peruana en el primer período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, en 1946.
En septiembre de 1975 fue designado Representante Especial del entonces secretario general de la ONU, Kurt Waldheim, en Chipre, puesto que desempeñó hasta diciembre de 1977 y desde el que consiguió uno de sus mayores logros diplomáticos: persuadir, en 1975, a los líderes de las comunidades griega y turca de la isla para que se comprometieran a negociar.
Una carrera ascendente
El 27 de febrero de 1979 fue nombrado secretario general Adjunto de Asuntos Políticos Especiales de las Naciones Unidas y en mayo de 1981 se reintegró al Ministerio de Exteriores, aunque continuó representando al secretario general de la ONU en los temas afganos.
El 12 de diciembre de 1981 fue elegido secretario general de la ONU para el periodo 82-86, con lo que se convirtió en el primer diplomático iberoamericano en ocupar el alto cargo.
En 1986, Pérez de Cuellar manifestó su intención de no presentarse para un segundo mandato pero, de todas maneras, fue reelegido el 10 de octubre de ese año.
El 31 de diciembre de 1991 fue sustituido como secretario general de las Naciones Unidas por el egipcio Boutros Ghali y en 1992 fue nombrado presidente de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo de la Unesco.
Política peruana
En 1995 presentó su candidatura a la Presidencia peruana por el partido Unión por el Perú (UPP) y obtuvo el 21,7% de los votos, frente al 64,4% de Alberto Fujimori, quien fue reelegido para un segundo mandato presidencial.
En noviembre de 2000 asumió el cargo de ministro de Relaciones Exteriores del Gobierno de Transición de Valentín Paniagua, quien asumió la Presidencia durante un año tras la renuncia de Fujimori en medio de un escándalo de corrupción.
En septiembre de 2001 fue nombrado embajador peruano en Francia y representante ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Además de haber recibido numerosas condecoraciones en Perú y en más de treinta países, doctorados honoris causa de medio centenar de universidades, recibió premios como el Príncipe de Asturias a la Cooperación Iberoamericana (España, 1987), el Premio Olof Palme (Suecia, 1988) y el Jawaharlal Nehru (India, 1989).
También fue autor de las obras Manual de Derecho Diplomático (1964), Orden o Anarquía (1992), Peregrinajes por la Paz (1997) y Memorias: recuerdos personales y políticos (2012). En 2014 publicó Los Andagoya, su única novela.