El jefe de la Liga, Matteo Salvini, pierde puntos. Y su aliada-competidora populista Giorgia Meloni es quien los está recogiendo. La derecha transalpina se desdobla y aunque no esté afectando directamente a los números de la oposición soberanista, sí podría incidir en los egos de sus líderes.
Por el momento, se trata de un importante trasvase en los sondeos, que remarca el error de Salvini a la hora de apostar por atacar al primer ministro, Giuseppe Conte, aprovechándose de la crisis sanitaria del coronavirus en un contexto en el que Italia fue el primer país de Europa afectado, a gran escala, por la pandemia.
Demasiado “crítico” con el Ejecutivo para convencer a los moderados, demasiado “blando” para seguir gustando a todo su electorado. A Salvini, en cualquier caso, el tiro le ha salido por la culata y lo está pagando personalmente en los sondeos.
La crisis sanitaria está haciendo aún más competitiva la política italiana. Por el momento el premier Conte, fiel a su estilo institucional –quien no pertenece a ningún partido–; seguirá gobernando desde el Palazzo Chigi, mientras la actual mayoría parlamentaria dure. Mientras tanto, desde este miércoles, el país transalpino ha vuelto a abrir sus fronteras entre regiones y con muchos países de la Unión Europea. Una vuelta a una nueva normalidad en la que el coronavirus, en cualquier caso, no ha disminuido en absoluto la determinación del líder de la Liga por volver al poder.
La aplicación del confinamiento generalizado en todo el país en marzo ha cambiado algunos de los esquemas de los pasillos del poder en Roma. El soberanista Matteo Salvini está perdiendo atractivo en los sondeos. Según la última encuesta publicada por Corriere della Sera, ha perdido más del 10% de los apoyos en menos de un año.
Con la llegada de la epidemia por coronavirus en Italia, a partir de febrero el jefe del Ejecutivo itálico ha ido cobrando popularidad, mermando el consenso del líder leguista entre los transalpinos.
¿Quién sale ganando?
¿Pero quién se está beneficiando del desgaste de la Liga? La sangría de votos que pierde Salvini en las encuestas está aportando cada vez más fuerza a Giorgia Meloni, la líder de Hermanos de Italia (HDI), el segundo partido soberanista italiano. Dicho partido conforma, junto a la Liga, el grueso de un bloque derechista, hoy en la oposición, que sobre el papel poco le queda para alcanzar la mayoría absoluta en los sondeos.
Meloni, poco a poco, se está consolidando como líder de un soberanismo, si cabe, aún más “duro” respecto a un Salvini en caída libre y que ya ha tenido que pasar, inevitablemente, por las contradicciones propias de atravesar, en muy poco tiempo, de la oposición al Gobierno y viceversa; mezclando, en todo momento, política real y propaganda.
Giorgia Meloni, muy conocida en Italia, siempre fue directa, llana y gritona. Algo que está gustando cada vez más a un electorado desencantado con un Salvini que, en los últimos tiempos, ha recurrido a las gafas de vista, según muchos periodistas en el país, “para parecer más intelectual”. Mientras tanto, Meloni gana cada vez más apoyos y podría convertirse no sólo en la cancerbera de la política italiana, sino en el hueso duro de roer. Dicho de otro modo, Meloni podría adelantar a Salvini por la derecha.
El desdoblamiento de la derecha soberanista, igualmente, puede leerse como un hecho que va en detrimento del liderazgo de Salvini; pero no de la compactación del bloque soberanista.
Berlusconi, clave para la derecha
Italia, tradicionalmente, disfruta de leyes electorales de corte proporcional, de modo que la Liga y HDI, que juntos suman el 40% de los votos según los sondeos, deberán permanecer unidos para un día llegar al poder tras unas elecciones generales, anticipadas o no.
Es más, Salvini y Meloni deberán contar incluso con Forza Italia (FI), el partido de centroderecha del ex premier Silvio Berlusconi, para dar mayor estabilidad a un bloque soberanista que, igualmente, siempre ha oscilado en torno al 45-48%, independientemente de los altibajos de Salvini de los últimos meses. En cualquier caso, la Liga permanece estable como primer partido del país.
El pasado verano, con unos apoyos en torno al 36%, Salvini apostó por dejar el Gobierno junto a los antiestablishment del Movimiento 5 Estrellas (M5E), del que era socio minoritario, para provocar un adelanto electoral. Esto, finalmente, no ocurrió y Giuseppe Conte repitió en el cargo, esta vez como hombre bisagra a favor de una coalición reformista protagonizada por los grillinos del M5E y los socialistas del Partido Democrático (PD).
Una alianza que se justifica todavía hoy, esencialmente, sobre la base de evitar –o al menos posponer– que Salvini y los soberanistas formen juntos un nuevo Ejecutivo en Italia tras unas elecciones generales anticipadas.
Atendiendo a la última media de sondeos realizada en el país, la Liga del soberanista Matteo Salvini se mantiene como primer partido italiano, aunque su actual 26% suponga una bajada significativa respecto al tercio del electorado conquistado hace unos meses.
Los socialistas, segundos
El socialista Partido Democrático (PD) de Nicola Zingaretti, sin embargo, sigue estable en segunda posición con una media de apoyos del 20% y lo mismo ocurre, en tercer lugar, para el Movimiento 5 Estrellas (M5E) fundado por el antiestablihment Beppe Grillo, formación que no puede aspirar a superar el 16%.
Si hoy hubiera elecciones generales en el país, la aliada soberanista de Salvini, Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia (HDI) recogería las pérdidas leguistas y le pisaría los talones a los grillinos con un apoyo que ronda en torno al 15%. Forza Italia (FI), el histórico partido liberal del magnate y ex premier italiano Silvio Berlusconi, disfruta tan sólo de un 7%, útil sólo para garantizar la estabilidad de la coalición a tres del bloque conservador y que rozaría la mayoría absoluta con un 48%.