Rusia y China apuestan por una nueva guerra fría para difundir su desinformación en Italia a través de las redes sociales. Todo ello, en plena crisis sanitaria por el coronavirus. Se trata de un hecho del que ya se sospechaba desde hacía tiempo, pero hasta hoy ningún estamento público transalpino se había pronunciado formalmente.
Ahora, el Comité de Seguridad Nacional del Parlamento italiano denuncia explícitamente la existencia de “regímenes autocráticos” que tienen el objetivo de incidir en las democracias occidentales para impulsar su propaganda. Y de paso, deslegitimar tanto a los Estados Unidos como a la propia Unión Europea.
“En la confrontación democracia-autocracia actualmente en curso, que por otro lado ve a Italia como nueva frontera de la guerra fría del tercer milenio y lugar de intersección entre las tres mayores potencias globales”, Estados Unidos, China y Rusia; “el coronavirus es el escenario perfecto que los regímenes autocráticos estaban esperando”. Según el informe de un miembro del Comité de Seguridad Nacional del Parlamento italiano, “se está utilizando la crisis” del Covid-19 “y la consiguiente visibilidad de Italia para promover la actividad del Gobierno chino, tanto a nivel interno como en el seno de la comunidad internacional”.
Propaganda rusa
¿Por qué y cómo logran Rusia y China difundir su propaganda? El cómo se focaliza en el uso fraudulento de las redes sociales. Cuentas falsas y vídeos engañosos son la materia prima de un objetivo geopolítico que pretende influir en la opinión pública transalpina que, como ocurre en todo el mundo, es una gran consumidora de redes sociales. La motivación de dicha estrategia se resume en la idea de que Rusia y China, países que han ayudado con material y personal sanitario a Italia en la lucha contra el coronavirus, quieren demostrar que los italianos están muy agradecidos con su solidaridad.
Tal como recordaba hace unos días el prestigioso diario italiano La Repubblica, una de las estrategias más utilizadas es la publicación y difusión de vídeos fake en los que se ve a ciudadanos transalpinos “aplaudiendo en los balcones y cantando el himno chino” desde sus domicilios. Se trata, pues, de noticias completamente inventadas, “pero que tienen cierto grado de verosimilitud”, factor que permite que dicho tipo de material audiovisual corra rápidamente entre las principales redes sociales. Por no hablar de las cuentas falsas o anónimas, a menudo creadas “incluso antes de la pandemia”, recuerda La Repubblica.
También la Unión Europea está investigando esta cuestión. En un reciente informe de mediados de mayo, se han contabilizado más de 500 mensajes de desinformación favorables a Moscú y que han sido difundidos por medios de comunicación y agencias de noticias rusas como Ria Novosti o Sputnik. En el informe generado por el Servicio Europeo para la Acción Exterior (SEAE), de la Unión Europea, se lee que “los canales de televisión controlados por el Gobierno ruso están utilizando la emergencia para construir una contranarrativa acerca del presunto colapso de los valores de Occidente”.
China, Rusia y Cuba
Desde Rusia con amor fue la operación con la que el país de Vladirmir Putin decidió en marzo ayudar a Italia en la crisis sanitaria. En 24 horas el presidente ruso ordenó el despegue del primer avión tras consultar telefónicamente con el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte. Tras la luz verde del Palazzo Chigi, Rusia envió otros ocho aviones a Roma. “Nunca habían aterrizado tantos aviones y militares rusos en un país de la OTAN”, recordaron entonces los periódicos italianos.
Hace un par de meses, tres países como China, Rusia y Cuba se pusieron manos a la obra para auxiliar a Italia durante los momentos más duros de la pandemia. La Habana ofreció médicos y enfermeros, Pekín toneladas de material sanitario y Moscú aviones y personal militar. Algo que, hace 30 años, hubiera sido impensable.
Todo ello, obviamente, haciendo reflexionar a los italianos también acerca de la clamorosa ausencia de Estados Unidos, algo realmente inédito desde la Segunda Guerra Mundial, al menos en eventos de tal magnitud. Según la prensa del país, “hay una aceleración geopolítica en el Mediterráneo, que ve al país norteamericano cada vez más ausente y lejano. Quien se dedique a entender el mundo después del coronavirus tendrá en mente los aviones rusos, las ayudas chinas y los médicos cubanos”.