El líder opositor Alexei Navalny ha sido envenenado y se encuentra en una UCI, ha confirmado su secretaria de prensa, Kira Yarmysh. Navalny volaba de Siberia a Moscú cuando ha comenzado a sentirse mal y el avión ha debido aterrizar de emergencia en Omsk.
"Suponemos que Alexei fue envenenado con algo mezclado con el té. Era lo único que bebía por la mañana. Los médicos dicen que la toxina se absorbió más rápido a través del líquido caliente", ha relatado Yarmysh en Twitter.
Según la portavoz del político, que se ha significado por su lucha anticorrupción en el país, Navalny "permanece todavía inconsciente" y conectado a un respirador.
Según Yarmysh, no es la primera vez que esto sucede: "Hace un año, cuando Alexei estaba en el centro de detención, fue envenenado. Obviamente ahora le hicieron lo mismo".
El Departamento de Sanidad de Omsk ha confirmado la hospitalización del opositor en una unidad de cuidados intensivos, donde -asegura- recibe toda la atención necesaria.
Navalny, hábil comunicador, con sus campañas de denuncias de corrupción entre los altos cargos del país y el entorno del presidente Vladimir Putin, se ha convertido en uno de los grandes azotes del Kremlin.
Cabeza visible de la oposición
Navalny lleva varios años siendo la principal figura de la oposición en Rusia, alzando la voz contra la corrupción del Gobierno de Putin.
Nacido en 1976 cerca de Moscú, Navalny estudió Derecho y comenzó su carrera política en el partido liberal Yabloko antes de involucrarse en la "Marcha rusa", un movimiento de fuerzas derechistas y xenófobas. Tras apartarse de ese movimiento empezó a ganar popularidad gracias a Internet.
Se hizo famoso en 2008, desde un popular blog en el que atacaba y denunciaba al gobierno, y en 2012 la BBC lo describió como la principal figura opositora que surgió tras las controvertidas elecciones de 2011. Mientras describía al Partido de Putin como una fuerza de "delincuentes y ladrones", en la televisión rusa se hablaba de él exclusivamente como "títere de Occidente".
En ese momento, el opositor instó a los ciudadanos rusos a votar a cualquier otro candidato, pero el partido de Putin ganó las elecciones entre acusaciones de fraude y protestas en varias ciudades de Rusia. Durante las manifestaciones, Navalny fue arrestado y pasó 15 días en la cárcel. El día de su liberación, más de 120.000 personas le recibieron, motivando su candidatura a la alcaldía de Moscú en 2013. Recibió el 27% de los votos enfrentando a un oficialista, aunque no reconoció la derrota.
Presentó su candidatura presidencial en 2016 pero siempre sospechó que no le dejarían presentarse y así fue. En 2017, tras liderar una manifestación contra el gobierno recibió una condena por presuntos delitos económicos. La ley rusa prohíbe las candidaturas de personas condenadas así que quedó fuera de las elecciones de 2018.
El año pasado, Navalny ya había sido trasladado a un hospital desde la cárcel en la que cumplía una sentencia tras un arresto administrativo. Su equipo dijo entonces que se trataba de un envenenamiento, al sufrir una extraña hinchazón de los párpados y múltiples abscesos en el cuello, espalda, torso y codos. Los médicos sin embargo señalaron que sufrió una grave reacción alérgica y le dieron el alta para regresar a prisión al día siguiente.