La pandemia del coronavirus está a punto de superar ya –oficialmente- el umbral simbólico del 1.000.000 muertos en todo el mundo (apenas le quedan unos pocos miles para alcanzar esa cifra) y cuenta ya con más de 32 millones de casos, con Estados Unidos a la cabeza en decesos, según el balance que actualiza diariamente la Universidad John Hopkins.
Esta alarmante cifra de fallecidos declarados es una de las tantas impensables consecuencias de la crisis sanitaria que deja la Covid-19, una enfermedad que desde el inicio de la primavera ha tenido confinada a más de la mitad de la población.
Ya lo advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) a comienzos de abril, cuando los óbitos superaron la barrera de los 100.000. Ya entonces, cuando los gobiernos comenzaban a levantar algunas de las restricciones del confinamiento -los paseos, salir para practicar ejercicio, pequeñas reuniones sociales, etc-, la OMS lanzaba la voz de alarma.
"Como todo el mundo, la OMS quiere que se levanten las restricciones. Pero el reflujo de la pandemia puede ser tan peligroso como su propagación si no se gestiona de forma adecuada", avisaba el director de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus. Es decir, una desescalada precipitada podría conducir a un “rebrote mortal”.
Ahora, seis meses después y con 900.000 muertos más que en esa fecha, su profecía se ha cumplido.
EEUU, a la cabeza
El caso más estremecedor es sin duda el de EEUU, que alcanzó este martes la cifra de los 200.000. Un balance superior al que dejaron las últimas cinco guerras en las que ha luchado el país norteamericano (Vietnam, Corea, Irak, Afganistán y el Golfo). Esas cinco guerras se cobraron en total 86.658 vidas, según datos del Servicio de Investigación del Congreso.
Para dar con cifras superiores a los 200.000 muertos, tenemos que remontarnos a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), donde perdieron la vida más de 400.000 estadounidenses, o a la Guerra Civil (1861-1865), que registró 655.000 fallecidos. Incluso la Primera Guerra Mundial, con 116.516 decesos, está por debajo de los 200.000 que ha dejado ya el coronavirus.
'Ranking' por países
Estados Unidos sigue siendo el país más castigado a nivel mundial por la pandemia. El segundo lugar lo ocupa Brasil, que se acerca a los 150.000 muertos, seguido de India, que se aproxima a los 100.000 muertos.
Entre las 10 naciones del mundo con más óbitos también se encuentran México (en cuarto lugar con más de 73.000 fallecidos), Perú en el séptimo lugar (31.000), y España en el noveno con más de 30.000 víctimas mortales, mientras Colombia ocupa el undécimo con 24.000.
Segunda ola
Sin llegar -al menos de momento- a una cuarentena total como la de marzo y abril, los países europeos van poco a poco incrementando las restricciones para mitigar la segunda ola. Así, mientras Reino Unido se recomienda el teletrabajo y se limita el ocio nocturno, en España, donde la situación ha sido calificada de "preocupante" por las autoridades, se ha pedido a los ciudadanos de Madrid, centro de la pandemia, que restrinjan "al máximo" los movimientos.
Francia también ha introducido nuevas restricciones en las zonas donde la incidencia del virus está subiendo y Alemania, por su parte, ya se muestra preocupada por la “nueva escalada de los contagios”.
De toda Europa, España tiene las peores cifras de contagios por cada 100.000 habitantes: con 300,5 supera en mucho al segundo país, que es la República Checa, con 198, y a Francia, con 192. El coronavirus acelera su paso y se adoptan medidas, por ahora restricciones, para evitar que la segunda ola suponga una presión excesiva para los sistemas nacionales de salud.
Las cifras, en cuarentena
Aunque se haya superado el millón de muertos, son muchas las voces que ponen en cuarentena este dato y recelan del método empleado para contabilizar las defunciones. ¿El motivo? El distinto modo de contar que aplica cada país aumenta las sospechas de que los decesos por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 son muchos más de los declarados oficialmente por las autoridades.
En algunos países se dejan fuera a los fallecidos en residencias de ancianos o en domicilios particulares, lo que ha venido arrojando, en el cómputo global, cifras inferiores a las reales. Algunos países, como Francia o Reino Unido, recularon y finalmente incluyeron estos decesos en su recuento diario.
Sin embargo, con estos métodos de contabilidad, que van cambiando sobre la marcha, se dificulta la tarea de unificar criterios a nivel global. Con ello, los epidemiólogos extraen una conclusión común: el número de fallecidos es mucho mayor que el oficial.
A estas dudas se une la información parcial y maquillada -según denuncia Occidente- que ha ido ofreciendo China, el país en el que empezó todo. Oficialmente, Pekín reconoce más de 90.000 casos, con cerca de 5.000 fallecidos. Dado que son varios los países que han superado a China en esta macabra estadística, muchos caen en la cuenta de por qué con poblaciones muy inferiores a la del país asiático, naciones como España superan esta dramática cuenta.