Los negociadores de la Unión Europea y Reino Unido apuran los últimos contactos tras una noche de trabajo para cerrar el acuerdo que fije las condiciones de su relación comercial futura y evite un Brexit a las bravas el próximo 31 de diciembre, cuando los británicos dejen de ser parte del club comunitario dejen de ser parte del club comunitario tras más de cuatro décadas.
El acuerdo se anunció "inminente" este miércoles pero las partes siguieron examinando y ajustando durante la noche los detalles de los complejos textos legales que armarán un pacto menos ambicioso de lo que la Unión Europea aspiraba, pero que permitirá una relación comercial sin cuotas ni tarifas a condición de que Londres asuma reglas igualitarias en materia de competencia y otras salvaguardas.
El acceso de la flota europea a las aguas británicas ha sido el último "gran problema" para el acuerdo, según fuentes europeas consultadas por Europa Press, pero no el único gran escollo en la recta final de las negociaciones, que se aceleraron en las últimas dos semanas cuando se anunciaron avances sustanciales en dos de las líneas rojas europeas: la gobernanza del acuerdo y las garantías de una competencia leal.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, han intensificado sus contactos en las últimas fechas para contener el riesgo de descarrilamiento y se espera que cada uno comparezca ante la prensa en las próximas horas si se confirma que es posible el acuerdo.
A última hora del miércoles, Von der Leyen contaba ya con el respaldo de los Estados miembro para cerrar el pacto pero con determinadas "condiciones" a las que Londres tenía aún que contestar, según detallaron a Europa Press fuentes conocedoras de la negociación. Ello llevó a continuar durante la madrugada las negociaciones, con contactos entre Bruselas y Londres, pero también con consultas con los Estados miembro.
El miércoles era el plazo que barajaban los europeos para asegurar que un acuerdo comercial pudiera ser adoptado por los Veintisiete y entrar en vigor de manera "provisional" el próximo 1 de enero, a tiempo para evitar un divorcio abrupto por falta de acuerdo.
Ello daría de margen al Parlamento europeo hasta su pleno de mediados de enero para examinar los textos legales y votar su ratificación, requisito necesario para la aplicación total del pacto.
Con todo, si se confirma que los negociadores han alcanzado un acuerdo a nivel técnico, éste deberá aún pasar varios filtros del lado europeo, primero el del Colegio de Comisarios y después el de los Veintisiete -cuyos embajadores ante la UE están pendientes de un eventual anuncio de acuerdo para reunirse y examinarlo- y del Parlamento Europeo.