El presidente ruso, Vladimir Putin, tomó el jueves 24 de febrero una decisión que ha puesto los pelos de punta a Occidente: atacó a Ucrania e invadió el país vecino llevando a cabo una ofensiva relámpago. Dio inicio a una guerra en el este de Europa. Y lo hizo a pesar de que tanto Estados Unidos, como la OTAN y la Unión Europea venían advirtiendo desde hace semanas de que los peores pronósticos se iban a cumplir.
De nada sirvieron las primeras sanciones de aquellos días, ni el envío de tropas y de armamento de la alianza euro-atlántica a Polonia y Rumanía para disuadir al Kremlin de llevar a cabo su objetivo. La guerra estalló el jueves y el mundo quedó en shock.
Tres días después, las sanciones decretadas por Occidente han alcanzado una dimensión sin precedentes. Washington y Bruselas han actuado al unísono y de forma coordinada para desconectar del sistema internacional de pagos SWIFT a los bancos rusos que sostienen el ataque militar sobre Ucrania. Una resolución estratégica a la que ya se han sumado países como Japón.
Además, la UE ha aprobado este domingo una financiación de 450 millones para enviar armas "letales" a Ucrania con el objetivo de que Kiev pueda defenderse del ataque. Se trata de la primera vez en la historia que los Veintisete aplican esta medida para un país extracomunitario. Y destinarán otros 50 millones para equipamiento no letal para el Ejército ucraniano, como combustible, cascos militares o chalecos antibalas, según explicaba Juan Sanhermelando en este periódico.
Esta nueva batería de medidas ha empezado a hacer mella en las filas rusas. Llegaron a Kiev sólo tres días después de haber iniciado la guerra. Rusia es la tercera potencia armamentísitca del mundo, pero a pesar de su rápida llegada a la capital ucraniana, de los bombardeos nocturnos, de los combates callejeros y de los intensos tiroteos, el pueblo ucraniano ha plantado cara a las filas enemigas y ha conseguido neutralizar las embestidas.
Putin, al límite
Todo eso ha llevado a Vladimir Putin a una situación límite. El jefe del Kremlin se ha visto abrumado por la respuesta internacional y este domingo ha ordenado a sus Fuerzas de Disuasión Estratégicas, que cuentan tanto con armas nucleares como convencionales, ponerse en "estado especial de combate".
Putin esgrimió este domingo su poderío nuclear ante el chaparrón de sanciones occidentales y las "declaraciones agresivas" de los líderes de la OTAN, mientras aceptaba entablar negociaciones con Ucrania cuatro días después de haber iniciado la guerra.
"Los más altos cargos de los principales países de la OTAN se permiten declaraciones agresivas en contra de nuestro país, por eso ordeno al ministro de Defensa y al jefe del Estado mayor poner las fuerzas de disuasión del Ejército ruso en estado especial de combate", dijo Putin.
El mandatario impartió esta directiva durante una reunión con el titular de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, Valeri Guerásimov, según la imágenes transmitidas por la televisión estatal.
Las fuerzas de disuasión de Rusia la componen las estratégicas nucleares, incluidos los misiles intercontinentales, así como fuerzas no nucleares, y la defensa antimisiles, el sistema de alerta temprana y la defensa antiaérea.
Putin no precisó en qué consiste el "estado especial de combate", pero fue interpretado inmediatamente por Occidente como una puesta en estado de alerta del potencial nuclear del país.
La OTAN y la UE, contra Putin
Está demostrando un "comportamiento irresponsable" y una "peligrosa retórica"; con esas palabras calificó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el anuncio del jefe del Kremlin. Y añadió que a eso hay que sumar lo que "los rusos están haciendo sobre el terreno en Ucrania, lanzando una guerra contra una nación soberana e independiente".
"Esto añade gravedad a la situación", sentenció. Desde Washington acusaron al presidente ruso de continuar con su táctica de "fabricar amenazas" para "justificar agresiones".
En las imágenes emitidas de la reunión con Shoigú y Guerásimov, Putin habló de las "ilegítimas sanciones occidentales", pero no hizo ninguna referencia a su "operación militar especial", como denomina a la invasión.
"Son una fuente de desinformación permanente y continua. Putin no sólo quiere conquistar los espacios, también las mentes", aseguró el jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, en una entrevista en TVE, en la que también aseguró que la mención de Putin al uso de armas nucleares es "un acto de irresposabilidad absoluta".
En la misma entrevista, Borrel advirtió de que las sanciones financieras que la UE ha impuesto a Rusia por la invasión de Ucrania "tienen coste y hemos de estar dispuestos a pagar ese coste". Si los miembros de la UE no están dispuestos a soportar ese peaje por "contener a Rusia", el precio será "superior después", señaló.
Asimismo, los Veintisiete formalizaron este domingo el cierre total del espacio aéreo europeo a las aerolíneas rusas y prohibieron la actividad de los medios de comunicación rusos Russia Today y Sputnik en todo el bloque.
Rusia y Ucrania negocian
Cuatro días después de los combates, las negociaciones entre Rusia y Ucrania en la frontera ucraniano-bielorrusa comenzarán este mismo lunes a primera hora de la mañana, según fuentes de ambos países, citadas por medios rusos y ucranianos.
"No es un aplazamiento, la reunión tendrá lugar por la mañana debido a una cuestión logística de la parte ucraniana", dijo una fuente, citada por la agencia rusa TASS.
También el portavoz del presidente ucraniano Volodimir Zelenski, Serguéi Nikiforov, dijo al portal nv.ua que debido a complejas medidas logísticas, así como a la necesidad de garantizar la seguridad de la delegación ucraniana, esta tardaría aún unas horas en llegar al lugar del encuentro.
Las negociaciones tendrán lugar en Bielorrusia, un país que es firme aliado de Moscú.
Ucrania ha informado de que lo hará sin condiciones en el puesto de control Aleksandrovka-Vilcha, en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, y de que Minsk responderá por la seguridad de la delegación ucraniana.
El presidente de Ucrania explicó que ha aceptado este encuentro "para que más tarde ni un solo ciudadano de Ucrania tenga la menor duda de que yo, como presidente, no traté de detener la guerra, cuando había una pequeña oportunidad, aunque fuera mínima".
Previamente, Kiev rechazó reunirse con la delegación rusa en Minsk por su implicación en la guerra contra Ucrania.
Y mientras tanto continúan los combates en las ciudades ucranianas. Kiev ha afrontado otra noche de combates y en Járkov, la segunda ciudad más grande del país, las autoridades locales aseguraron este domingo que habían retomado el control de la ciudad tras una incursión de las tropas rusas.
Rusia admite bajas
Mientras, el Ministerio de Defensa ruso reconoció por primera vez en cuatro días de guerra la existencia de bajas entre sus filas. "Lamentablemente tenemos camaradas muertos y heridos", declaró en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov, sin especificar su número.
Tras señalar que las pérdidas rusas son "considerablemente menores que la cantidad de nacionalistas aniquilados o de bajas en las Fuerzas Armadas de Ucrania", el portavoz castrense admitió la "existencia de prisioneros de guerra capturados por las fuerzas ucranianas".
Según Kiev, las bajas mortales de los rusos en cuatro días de guerra ascienden a entre 2.800 y 3.000 mientras que la propias suman 198. En realidad, todas estas son cifras imposibles de contrastar.