(ODESA, UCRANIA)

Dicen que un instante antes de la tormenta llega la calma. Creedence Clearwater Revival incluso lo cantaba: Someone told me long ago/ there's a calm before the storm/ I know/ It's been coming for some time (Alguien me dijo hace tiempo/ Hay una calma antes de la tormenta/ Lo sé/ Lleva viniendo desde hace tiempo).

Precisamente por eso, el sol, la playa y los abrigos abiertos que se disfrutaban el martes en Odesa producen más miedo que alegría en muchos vecinos de la ciudad. Son tres semanas de guerra abierta en toda Ucrania. 20 días con toque de queda. Vidas que han dado un vuelco por completo: no hay trabajo, los establecimientos están cerrados e impera la ley marcial. Desde hace siete, además, con temperaturas bajo cero.

La nieve intermitente no se ha descongelado todavía en las sombras de Odesa. Los soldados se han multiplicado, afloran carros de combate escondidos en el casco antiguo y los controles no dejan de aumentar. Un blindaje difuminado en un ambiente de cuasi normalidad en las calles. Niños jugando, grupos de amigos frente al mar bebiendo refrescos –el alcohol está prohibido en todo el país, aunque no siempre se cumple la ley seca—y perros retozándose en la arena.

Da igual que se diga que las playas están minadas, que haya que seguir llenando sacos para construir barricadas o que el instructor insista en los pasos para desmontar un Kalashnikov. Volvían las sonrisas y los abrazos. Los paseos en familia. Algún beso enamorado al atardecer. Había quien, incluso, disfrutaba alimentando gaviotas. La perla del Mar Negro lucía un aspecto al que solo le faltaban los turistas. Sol, cielo despejado y el mar en reposo.

Barcos rusos mueven ficha

Un instante antes de la tormenta llega la calma, y las sirenas antiaéreas amenazban con sonar por la noche. 14 buques rusos han sido detectados por dos analistas gracias a imágenes satelitales. Según los investigadores, este martes a mediodía se dirigirían camino de la costa ucraniana tras haber zarpado en tres grupos desde Crimea.

El más cercano a Odesa estaría encabezado por dragaminas, diseñados para detonar y eliminar trampas marinas y despejar el camino. Tras él irían tres buques de desembarco y un remolcador. En el articulo publicado en NavalNews.com, deslizan que, probablemente, la segunda formación esté perfilada por varias corbetas con misiles. En último lugar, más al suroeste, navegarían busques preparados para el desembarco y otra corveta de misiles.

Ha sido en esas coordenadas donde se ha reportado el lanzamiento de misiles. A primera hora de la noche, las autoridades de Odesa confirmaban el ataque sobre esta zona de la región y adelantaban, al menos, la existencia de dos civiles heridos. No obstante, las cifras y los movimientos necesitarán una constante actualización.

Un carrito de bebé y varias mujeres en Arkadia beach. / F.T.

Odesa es uno de los objetivos de Putin y tanto medios de comunicación como expertos especulaban desde hace días con la posibilidad de un ataque anfibio. En el caso de ejecutarlo y obtener una victoria, el Kremlin lograría dejar a Ucrania sin salida al mar e inutilizaría la sede de la marina ucraniana.

Una conquista clave

También unificaría el sur del país, donde su campaña terrestre parece avanzar más rápido que en el norte, pese al estancamiento reciente debido al mal tiempo y la feroz resistencia local. Una conquista, además, crearía un corredor de protección sobre Crimea y la conexión con Rusia en caso de doblegar finalmente a Mariúpol.

La ciudad portuaria del mar Azov se encuentra sitiada y bombardeada. El ejército ruso ha logrado hacerse también con Berdiansk, Melitopol y Jersón. Además, de sitiar y atacar con crudeza Mykolaiv, la última barrera terrestre que escuda a la ‘capital del sur’.

En caso de producirse, el asalto no será fácil. Odesa es una ciudad grande y lleva semanas de ventaja. Fortificado el centro y aumentada la presencia militar ante la previsión de una agresión de estas características, el mayor temor es la aviación rusa. El propio Zelenski advirtió de un más que probable ataque aéreo la semana pasada. Todavía no se ha producido.

Gente caminando en Sunrise. / F.T.

La respuesta ha sido el alistamiento masivo de miles de voluntarios a las defensas territoriales, civiles acudiendo a formaciones de guerrilla y vecinos de a pie ayudando a la construcción de barricadas con sacos de arena.

Este miércoles vuelve el frío y los termómetros marcan mínimas bajo cero. Habrá hasta quince grados de diferencia con un martes que muchos, seguramente, recordarán como el día que regresó la normalidad, al menos durante 24 horas.

La población se mantiene a la espera, aunque nadie sabe cuándo se producirá el ataque ruso, pero… Alguien me dijo hace tiempo/ (que) Hay una calma antes de la tormenta/ Lo sé/ Lleva viniendo desde hace tiempo.

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