Refugiados ucranianos, interrogados e intimidados por rusos pro-Putin en un ayuntamiento de Portugal
Mujeres ucranianas han denunciado que se han hecho fotocopias de sus documentos y preguntas sobre la ubicación de sus maridos en Ucrania.
30 abril, 2022 03:25Los refugiados ucranianos que han viajado a Setúbal, ciudad situada a 50 kilómetros de Lisboa, para huir de la guerra estarían siendo recibidos por rusos cercanos al Kremlin lo cual podría poner en peligro su seguridad y la de los familiares que siguen en Ucrania. La noticia se ha publicado este viernes en el periódico Expresso que señala que en el gabinete de apoyo a los refugiados, creado por el consistorio para atender las necesidades de los desplazados ucranianos, trabajan dos rusos con conexiones con la embajada del país en Portugal.
En declaraciones al periódico, Olga, una de las refugiadas atendidas por ese gabinete, desvela que fue recibida por Igor Khashin, uno de los líderes de la comunidad rusa en Portugal, y su mujer, Yulia Khashina, que trabaja como jurista en el Ayuntamiento. Según cuenta Olga, le habrían hecho fotocopias de sus documentos que incluyen la dirección de la familia, la filiación y el nombre de su marido.
Además, denuncia que durante la conversación que mantuvo con los dos, le habrían preguntado dónde estaba su marido y que estaba haciendo en Ucrania. La historia fue confirmada al periódico por otros refugiados que habrían pasado por los mismos trámites.
La posibilidad de que infiltrados pro-Putin estuviesen trabajando en ONGs portuguesas que ayudan actualmente a los refugiados ucranianos ya había sido denunciada por la Asociación de Ucranianos en Portugal a inicios del mes de abril. En una carta enviada a los Servicios de Información de la República Portuguesa, a la que tuvo acceso CNN Portugal, la asociación subrayaba que "es algo muy grave y puede poner en peligro la seguridad de los ucranianos que están llegando a Portugal, de sus familiares y la propia seguridad de Ucrania".
La asociación denunciaba que dichas ONGs se presentaban como "organizaciones multiculturales" y que habían "borrado de sus páginas web toda la información que las conectaba con la embajada de Rusia en Portugal", acción que habrían llevado a cabo "meses antes de la invasión de Ucrania".
En entrevista a CNN Portugal, la embajadora de Ucrania en el país, Inna Ohnivets, insistió en la misma denuncia. "Estas asociaciones con una conexión muy estrecha con la embajada rusa pueden recibir informaciones sobre los datos personales de los refugiados y sobre los familiares que están en el ejército ucraniano. Y esto es información importante para el espionaje ruso", denunció.
Entre las organizaciones prorrusas que trabajan con los ucranianos en Portugal, la embajadora nombró la Asociación de los Emigrantes de Leste, liderada justo por Igor Khashin, una de las personas que habría estado involucrada en la recepción a los refugiados ucranianos en Setúbal.
Khashin fue presidente de la Casa de Rusia en Lisboa y del Consejo de Coordinación de los Compatriotas Rusos y siempre ha tenido contactos estrechos con la embajada rusa en Portugal y, según las informaciones recogidas por Expresso, su asociación estaba financiada por Ruskyi Mir y Rossotrudnichestvo, instituciones estatales rusas.
Polémica política
En declaraciones al diario, el Ayuntamiento de Setúbal ha negado las acusaciones. Rechaza que la pregunta sobre la ubicación de los maridos de las refugiadas se haya producido y asegura que "la recogida de los datos se hace con autorización de las propias personas" y que se garantiza "la confidencialidad" de los mismos.
Sin embargo, al conocerse la noticia, el Ayuntamiento ha retirado la funcionaria rusa del gabinete de acogida a los refugiados y ha pedido al miniserio de Interior que se abra una investigación. "El Ayuntamiento de Setúbal solicitará al Ministerio del Interior que adopte de inmediato los procedimientos necesarios para verificar la veracidad de las sospechas transmitidas por el diario Expresso, manifestando total disponibilidad para brindar toda la información necesaria”, dice, en un comunicado.
El Partido Social Demócrata ya ha anunciado que pedirá una investigación a los hechos y exige que el presidente del Ayuntamiento de Setúbal de explicaciones en el Parlamento. El Ayuntamiento está liderado por el Partido Comunista cuya dirección nacional ha decidido no estar presente en la Asamblea de la República cuando Volodimir Zelenski habló en el Parlamento Portugués.
En esa ocasión, el partido sostuvo que la intervención de Zelenski no iba "en línea con el objetivo de defender la paz, de buscar una solución negociada" a la guerra. La posición del partido ha sido muy criticada en Portugal, ya que desde el inicio de la invasión de Ucrania fue acusado de mostrarse ambiguo frente a los hechos.
Cuando Moscú avanzó sobre Ucrania, condenó la "peligrosa estrategia de tensión y propaganda belicista promovida por Washington, la OTAN y Bruselas", y dirigentes del partido se desmarcaron de los mensajes de solidaridad del presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, con el pueblo ucraniano. Tras la matanza de civiles perpetrada por tropas rusas en Bucha, el PCP ha pedido una "rigurosa investigación", contra "juicios predeterminados", para aclarar "comprobados ejemplos de manipulación".
La posición del partido le ha costado las críticas y la incomprensión de todo el espectro político portugués. "Como ciudadano y miembro del Partido Socialista, debo decir que me cuesta mucho comprenderlo", ha destacado entonces el exministro de Asuntos Exteriores y ahora presidente del Parlamento, Augusto Santos Silva. La diputada socialista Isabel Moreira hablaba de un "suicidio político".
El PCP viene cosechando malos resultados en las urnas en los últimos años en los que bajó de un 8,25% las elecciones del 2015, a un 4,30% en los comicios de este año. Su dicurso, que tarda en actualizarse y sigue anclado en el "imperialismo" y en la visión del mundo salido de la guerra fría, y su crisis de liderazgo han dilapidado la imagen construida durante más de 40 años por su papel imprescindible en la lucha contra la dictadura de Salazar y por la democracia, que habría de llegar al país en 1974, de la mano de la Revolución de los Claveles.
Rusia, otra vez
No es la primera vez que un ayuntamiento portugués se ve inmerso en una polémica en la que Moscú también está involucrado. En junio del 2021, el Ayuntamiento de Lisboa estuvo bajo fuego al desvelarse que había compartido con las autoridades de Moscú los nombres de tres activistas rusos que en enero del 2020 se manifestaron ante la embajada rusa en la ciudad para exigir la liberación de Alexey Navalny.
El Ayuntamiento obtuvo los datos de los activistas a inicios de año, cuando pidieron autorización para manifestarse a favor del opositor ruso. El reglamento obliga a que los organizadores de las manifestaciones indiquen su nombre, su domicilio, su DNI y número de teléfono para que la policía pueda contactarles en caso de que algo salga mal durante la protesta.
En ese momento, el presidente del Ayuntamiento y actual ministro de Finanzas, Fernando Medina, pidió perdón, asegurando haberse tratado de "un error lamentable que no debía haber ocurrido".