La guerra iniciada por Rusia puede extenderse más allá de Ucrania. Esta ha sido la advertencia que ha lanzado el canciller alemán, Olaf Scholz, que ha recomendado que "nadie debe dar por hecho que Rusia no vaya a atacar otros países". Un escenario ante el que se ha mostrado partidario de que Finlandia y Suecia se unan en las próximas semanas a la OTAN.
Scholz ha lanzado este aviso tras reunirse con sus homólogas sueca y finlandesa, Magdalena Andersson y Sanna Marin. Tras el encuentro, ha justificado su temor con que Rusia ya ha violado por completo el derecho internacional desde que decidió invadir el estado ucraniano. Palabras que han coincidido con la decisión rusa de retomar los ataques contra la acería de Azovstal tras tres días de evacuaciones de civiles.
Sobre la cuestión de la OTAN, está previsto que el próximo 12 de mayo el presidente finlandés, Sauli Niinistö, presente su postura final sobre un eventual ingreso dos días antes de que lo haga la primera ministra en un congreso del Partido Socialdemócrata.
"Todavía no hemos decidido si presentaremos la solicitud o seguiremos nuestro camino actual", ha señalado Marin. "Sea cual sea la decisión, estará basada en el compromiso con los finlandeses y con la contribución a una seguridad común," ha apuntado tras afirmar que la invasión rusa de Ucrania ha alterado "completamente" el orden de seguridad, algo en lo que "no hay vuelta atrás".
Desde la parte sueca, Andersson ha precisado que aún no han tomado una decisión definitiva. El gobierno sueco está debatiendo la posibilidad con los partidos representados en el Parlamento. "Todas las opciones están sobre la mesa", ha apuntado.
Andersson ha señalado que Suecia se "adaptará" a las nuevas circunstancias de seguridad, y por ello tiene previsto incrementar el gasto en Defensa hasta alcanzar el 2 % del PIB y seguir suministrando apoyo a Ucrania, incluidas armas y equipamiento militar.
La cuestión será abordada asimismo en la reunión informal de los ministros de Exteriores de la OTAN en Berlín, del 14 al 15 de mayo, a la que asistirán como invitados los representantes de los dos países nórdicos. La formalización del proceso, en caso de que ambos países soliciten el ingreso, podría sellarse en la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid a finales de junio.