Vladímir Putin se ha dirigido a su pueblo en el Día de la Victoria para proclamar que las tropas rusas y las milicias de Donetsk y Lugansk luchan "por su patria, por su futuro para que nadie olvide las lecciones de la Segunda Guerra Mundial, para que no haya sitio para los nazis". El presidente ha intervenido en la Plaza Roja de Moscú, donde ha tenido lugar un gran desfile militar.
Responsable de la guerra en Ucrania, ha dicho actuar en pro de evitar "el horror de un conflicto global". Ante miles de soldados y sabedor de tener la atención no sólo de su país sino de la opinión pública internacional, ha condenado lo que ha llamado "amenazas externas para debilitar y dividir a Rusia", repitiendo sus habituales argumentos para tratar de hacer entender la invasión y culpando a la OTAN.
El discurso, de 11 minutos, no ha contenido valoración alguna de los progresos de las tropas ni pista sobre plazos y ha puesto el foco en la "necesidad" de un acción "preventiva" y "única posible" por la dinámica de Occidente: "Hemos visto cómo se despliegan infraestructuras militares, cómo cientos de expertos extranjeros trabajaron en Ucrania, cómo estaban suministrando armamento de la OTAN".
"El peligro iba creciendo cada día -ha justificado Putin-. Rusia realizó una respuesta preventiva, fue una medida necesaria y la única posible en esta situación. Fue una decisión de un país soberano, fuerte e independiente".
Mensaje patriótico sin plazos
El presidente ha asegurado además haber abogado "siempre por un sistema de seguridad global e indivisible, uno que es vital para toda la comunidad mundial". "En diciembre pasado -ha continuado- propusimos cerrar un acuerdo de garantías de seguridad. Rusia llamó a Occidente a un diálogo sincero, a buscar soluciones y compromisos razonables por el bien común. Todo en vano".
El Día de la Victoria debe su nombre al día en que, en 1945, la Unión Soviética derrotó a la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. Este lunes, la conmemoración se ha vestido de propaganda de la invasión de Ucrania, donde Rusia se ha topado con una resistencia, Volodímir Zelenski al frente, que desafía a un conflicto largo y donde ya carga con acciones que apuntan a crímenes de guerra, con la matanza de Bucha como prueba más contundente, con los 'campos de filtrado' como nueva atrocidad, con la devastación en áreas residenciales sin interés estratégico alguno.
Era mucha la expectación en torno al discurso de Putin, llegándose a especular con que podría anunciar el fin de la ofensiva, posibilidad que el Kremlin se encargó de apagar estos últimos días. Han transcurrido 75 desde los primeros bombardeos y Rusia ha abandonado la confianza en una 'guerra relámpago', ha renunciado a Kiev y ha perdido a más de 60.000 de sus hombres en combate. Hay que sumar el impacto para la economía, el creciente aislamiento internacional. ¿Cuál podía ser el mensaje del presidente si se trataba de 'vender' a la nación un triunfo?
"Putin recrea el nazismo"
Putin se ha limitado a un mensaje patriótico, inconcreto y en el que se ha posicionado en el lado opuesto al nazismo, como continuador de aquellos que lo "aplastaron". Zelenski ve en el ataque ruso "una recreación sangrienta" de aquel régimen.
El presidente de Ucrania también tenía un mensaje este lunes para su pueblo, en sentido bien contrario: "Muy pronto habrá dos Días de la Victoria en Ucrania", ha prometido en un vídeo difundido por su gobierno en el que se le puede ver paseando por las calles de Kiev.
"En el Día de la Victoria sobre el nazismo, luchamos por una nueva victoria. El camino hacia ella es difícil, pero no tenemos ninguna duda de que venceremos" -afirma Zelenski en el vídeo-. Hemos pasado por diferentes guerras. Pero todas han tenido el mismo final. Nuestra tierra fue sembrada de balas y proyectiles, pero ningún enemigo pudo echar raíces aquí. No hay invasor que pueda gobernar a nuestro pueblo libre".