El gobierno de coalición de Alemania y el principal partido de la oposición llegaron a un acuerdo aumentar el gasto de defensa hasta los 100.000 millones de euros, tal y como había anunciado el canciller Olaf Scholz hace tres meses.
Tres días después de que Rusia invadiera Ucrania, el 24 de febrero, Scholz señaló que Alemania comprometería 100.000 millones de euros a un fondo especial para su ejército y aumentaría su gasto en defensa por encima del 2% del producto interno bruto, una medida que se había retrasado durante mucho tiempo y que supone el mayor gasto en defensa desde la II Guerra Mundial.
Scholz pretendía anclar el fondo especial en la Constitución, lo cual requería una mayoría de dos tercios en ambas cámaras del parlamento, por lo que necesitaba el apoyo del bloque opositor de centro-derecha. El domingo por la noche, después de más de tres horas de reunión entre la coalición de gobierno llegó a acuerdo con los democristianos, estableciendo las bases para la aprobación de la medida.
Entre otras cosas, se acordó que la financiación para la defensa cibernética y el apoyo a los países socios provendrán del presupuesto regular de Alemania, no del fondo especial como habían propuesto algunos miembros de la coalición gobernante. Además, el bloque de la Unión quería garantías de que el fondo se utilizaría exclusivamente para el ejército alemán. "Es un gran paso para nuestro país", dijo Scholz este lunes.
Con el acuerdo, "se fortalecerá el ejército, que podrá cumplir su mandato de defensa mejor que nunca y podrá hacer su contribución a la OTAN para que podamos defendernos de los ataques del exterior en cualquier momento", explicó Scholz. "Esto contribuirá a aumentar la seguridad de Alemania y Europa. Es la respuesta correcta al punto de inflexión que comenzó con el ataque de Rusia a Ucrania", añadió.
Scholz anunció también que Alemania suministraría armamento al ejército ucraniano, en una reversión de la política anterior. "Necesitamos apoyar a Ucrania en su momento de necesidad desesperada", dijo el canciller. "Al atacar a Ucrania, Putin no solo quiere erradicar un país del mapa mundial, sino que está destruyendo la estructura de seguridad europea", dijo Scholz. "Está claro que necesitamos invertir significativamente más en la seguridad de nuestro país para proteger nuestra libertad y nuestra democracia", aseguró.
Los países de la OTAN recortaron sus presupuestos militares en la década de 1990 después de la Guerra Fría, pero volvieron a la acción cuando Rusia se anexó la Península de Crimea en Ucrania en 2014. Los aliados se comprometieron a detener los recortes y pasar a gastar el 2 % del PIB para 2024.