Apenas un año después de desmentir su muerte con un video comunicado, Ayman al-Zawahiri exhalaba su último aliento en el balcón de una casa familiar en algún lugar de Kabul. El Doctor o El Médico, como se le conocía en los círculos internacionales de inteligencia, moría “de forma inmediata” tras ser alcanzado por uno de los dos proyectiles disparados por un dron de la CIA.
“Esta noche volvemos a dejar claro que no importa cuánto tiempo nos lleve o dónde se escondan, Estados Unidos encontrará a todo aquel que suponga una amenaza para nuestra gente y acabará con ellos”. Así arrancaba Joe Biden su intervención en directo desde los jardines de la Casa Blanca para confirmar “la exitosa operación llevada a cabo por la CIA” que ha puesto punto y final a más de 30 años de actividad terrorista de Ayman Al-Zawahiri, mano derecha de Osama bin Laden y su sucesor al frente de la mayor red de terrorismo islámico del mundo.
En apenas 10 minutos, Biden explicó los detalles de la operación y afirmó que después de “buscar incansablemente a Zawahiri durante años bajo el auspicio de los presidentes Bush, Obama y Trump, nuestra comunidad de inteligencia localizó a Zawahiri a principios de este año. Se había mudado al centro de Kabul para reunirse con miembros de su familia". Según han añadido varios expertos en inteligencia, el líder yihadista habría contado con la protección de un alto mando del gobierno talibán, lo que no hace más que complicar la relación de Estados Unidos con Afganistán tras su salida del país en 2021.
Aprobación final, hace una semana
“Esta misión fue cuidadosamente planeada, se minimizó rigurosamente el riesgo de daño a otros civiles y hace una semana, después de me informaran de que las condiciones eran óptimas, di la aprobación final para ir a buscarlo y la misión fue un éxito”, continuó Biden. El presidente estadounidense, tras una breve pausa para recuperar el aliento -cabe recordar que sigue convaleciente y en aislamiento desde que diera positivo por coronavirus hace una semana- aseguró que “ninguno de los miembros de su familia resultó herido y no hubo víctimas civiles.”
El líder estadounidense quiso reconocer “el arduo trabajo de nuestra comunidad antiterrorista y aliados y socios clave” que ha supuesto “el éxito total de la misión” y confirmó que su ejecutivo ha mantenido informados a los líderes del Congreso sobre el desarrollo de esta operación.
Poco después de la intervención de Biden, un portavoz oficial ha explicado que el presidente fue informado por primera vez sobre el paradero de Al-Zawahiri en abril. La inteligencia estadounidense acababa de ubicar al dirigente del grupo terrorista en una casa segura en Kabul.
Durante semanas, expertos en seguridad, antiterrorismo y miembros de las fuerzas especiales se reunieron en la Sala de Situación de la Casa Blanca (donde se han ejecutado las principales misiones de alta seguridad del país desde hace décadas) para analizar las idas y venidas de la red que apoyaba al líder terrorista en la capital afgana y que integraba, entre otros, a su esposa, hija e hijos.
El funcionario del ejecutivo de Biden detalló como las mujeres de esa red de apoyo utilizaron el comercio de artesanía para comunicarse entre ellas y evitar que alguien las siguiera hasta la ubicación de Zawahiri en un barrio de Kabul. Durante los últimos cuatro meses la inteligencia estadounidenses comenzó a establecer patrones y horarios de todo lo que ocurría en esa casa, incluídos los movimientos del propio Al-Zawahiri, quien aparecía periódicamente en el balcón de la vivienda durante períodos prolongados de tiempo.
Mientras los expertos en seguridad analizaban la construcción y la estructura del edificio, con miras a desarrollar una operación para acabar con el objetivo terrorista número uno del mundo sin comprometer la integridad estructural del edificio ni la vida de los otros habitantes del mismo, un grupo de abogados de élite designados por la Casa Blanca llevaban a cabo un esfuerzo para examinar las evidencias disponibles y establecer la base legal para la operación.
La maqueta de Biden
El 1 de julio, Biden reunió a un grupo reducido de expertos en seguridad nacional en la Sala de Situación de la Casa Blanca para que le informaran sobre los avances con la operación. Dicho grupo estaba formado por el director de la CIA Bill Burns, la directora de Inteligencia Nacional Avril Haines, el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan y su adjunto Jon Finer, y la asesora de Seguridad Nacional Liz Sherwood Randall.
Fuentes cercanas al asunto destacan que Biden estaba “profundamente comprometido con la sesión informativa y sumergido en los informes de inteligencia”. El presidente de EEUU hizo "preguntas detalladas sobre lo que sabíamos y cómo lo sabíamos". apuntaron las mismas fuentes.
De particular interés fue un modelo a escala de la casa de Al-Zawahiri que los funcionarios de inteligencia habían construido y llevado a la Casa Blanca para que el presidente lo examinara. Biden cuestionó cómo el sol podría iluminar la casa, sus materiales de construcción y cómo el clima podría afectar cualquier operación, dijo el funcionario. El escrutinio de la maqueta reflejaba la prioridad del presidente por “avalar que se tomaran todas las medidas necesarias para garantizar que la operación minimizaría ese riesgo” de víctimas civiles. El edificio en el que se escondía el líder de Al Qaeda está ubicado en el centro de Kabul, en un barrio residencial. Los funcionarios tuvieron en cuenta que su planificación e información debían ser "sólidas como una roca" antes de presentar cualquier opción a Biden.
El 25 de julio, mientras se aislaba por la Covid-19 en la residencia de la Casa Blanca, Biden volvió a reunir a su equipo para una sesión informativa final. Pidió un informe detallado y se mostró especialmente interesado en conocer todas las opciones que pudieran minimizar las bajas civiles: preguntó sobre el diseño de la casa, dónde se colocaron las habitaciones detrás de las ventanas y puertas en el tercer piso, y qué impacto potencial tendría una posible huelga planificada para esas fechas en las inmediaciones del objetivo.
Al final, Biden autorizó un “ataque aéreo preciso y personalizado” para acabar con el objetivo, según fuentes oficiales. Cinco días después, se dispararon dos misiles Hellfire contra el balcón de la casa de seguridad en Kabul, acabando con la vida del terrorista más buscado. Biden, aún aislado en su residencia de la Casa Blanca, fue informado de cuándo comenzó la operación y cuándo concluyó.
El futuro de Al Qaeda
En una serie de tuits, el portavoz talibán Zabiullah Mujahid dijo: “El 31 de julio se llevó a cabo un ataque aéreo contra una casa residencial en el área de Sherpur de la ciudad de Kabul”. Mujahid continuó su relato en la red social reconociendo que “La naturaleza del incidente no era evidente al principio”, pero que “los hallazgos iniciales de los servicios de seguridad e inteligencia del Emirato Islámico determinaron que el ataque fue llevado a cabo por un dron estadounidense”.
Mujahid tuiteó sobre el “incidente” antes de que la CNN informara sobre la supuesta muerte de Al-Zawahiri. El portavoz de Al Qaeda concluyó asegurando que el Emirato Islámico de Afganistán “condena enérgicamente este ataque con cualquier pretexto y lo llama una clara violación de los principios internacionales y del Acuerdo de Doha”.
Desde las páginas web del FBI, la CIA y el Departamento de Estado se sigue pidiendo cautela ya que “AQ (Al Qaeda) y sus afiliados en el sur de Asia, África y Medio Oriente siguen siendo una organización resiliente comprometida a realizar ataques en los Estados Unidos y atacar los intereses estadounidenses en el extranjero.”
Yihadista con pedigrí
Al- Zawahiri, que acababa de cumplir 71 años, seguía siendo un símbolo internacional del movimiento yihadista. Miembro de una distinguida familia egipcia -su abuelo, Rabi'a al-Zawahiri, era imán en la Universidad al-Azhar en El Cairo y su tío abuelo, Abdel Rahman Azzam, fue el primer secretario de la Liga Árabe,
El fundador de la Yihad Islámica Egipcia (EIJ por sus siglas en inglés), encabezó las lista de busca y captura del gobierno estadounidense durante más de 30 años, acusado entre otras cosas, por su presunto papel como cerebro de los atentados con bombas del 7 de agosto de 1998 contra las embajadas de Estados Unidos en Dar es Salaam, Tanzania y Nairobi, Kenia, además de haber liderado los ataques terroristas del 11-S.
De hecho, el famoso cartel de Se Busca iba acompañado en este caso de una de las mayores recompensas ofrecidas por el Departamento de Estado de EEUU, 25 millones dólares para quien pudiera facilitar cualquier pista o información sobre el paradero del líder general de Al-Qaeda.
En palabras del FBI, “se cree que con otros altos miembros de AQ, Al-Zawahiri planeó el ataque del 12 de octubre de 2000 contra el USS Cole en Yemen, que mató a 17 marineros estadounidenses e hirió a más de 30. Ayudó a coordinar los ataques a aviones de pasajeros del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos que dejaron casi 3.000 muertos. Fue acusado en Estados Unidos por su papel en los atentados con bomba del 7 de agosto de 1998 contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania que mataron a 224 personas e hirieron a más de 5.000.”
Si bien no sorprende encontrar a Al Zawahiri en la lista de los terroristas más buscados de la historia de Estados Unidos, sí llama la atención su mención en la prestigiosa lista de las 100 personas más poderosas del mundo que cada año elabora la revista Forbes. En concreto, en la edición de 2016 cuando se ganó el puesto número 71 porque “a pesar de una relación polémica con otros líderes terroristas, Al-Zawahri todavía tiene un poder simbólico significativo y lleva a muchos de sus seguidores a la violencia”, como cuando incitó a los musulmanes sunitas que viven en Irak que emprendieran “una larga guerra de guerrillas contra las fuerzas chiítas mientras recuperan tierras del Estado Islámico en Siria.”
El 23 de septiembre de 2001, Al-Zawahiri fue incluido en el Anexo de la Orden Ejecutiva 13224 lo que le convirtió en un Terrorista Global Especialmente Designado, expuesto por tanto a sanciones como el bloqueo de “todas las propiedades e intereses en la propiedad sujetos a la jurisdicción de EEUU”.