El Challenger 2 durante una exhibición.

El Challenger 2 durante una exhibición. Wikimedia Commons Omicrono

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Challenger, Leopard y Marder: Occidente blinda a Ucrania ante la previsible ofensiva rusa

Ucrania se prepara para defenderse con uñas y dientes de esta probable nueva ofensiva, como no pudo hacerlo el 24 de febrero del año pasado.

17 enero, 2023 02:44

Las dudas en torno al compromiso de Alemania han sido constantes desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania. Unas dudas, por otro lado, plenamente justificadas. Al fin y al cabo, buena parte de la prosperidad alemana de las últimas décadas ha tenido que ver con la compra de combustibles rusos a muy bajo precio. Comoquiera que Putin ha demostrado que esos tratos de favor son exclusivos para sus aliados y teniendo en cuenta la excelente relación diplomática que mantenía el autócrata con Angela Merkel (y a la fuerza con Olaf Scholz, vicecanciller federal de 2018 a 2021), es normal que, especialmente Estados Unidos y Gran Bretaña, hayan tenido desde febrero del año pasado un ojo puesto en Berlín.

Ahora bien, lo cierto es que, aunque los principios fueron algo titubeantes (la recientemente dimitida Christine Lambrecht presumió de haber mandado miles de cascos ante la burla e indignación de sus socios), Alemania ha cumplido. Ha apoyado todas las sanciones económicas al Kremlin; ha renunciado, por lo tanto, a los privilegiados acuerdos comerciales en materia de gas, y ha mandado armas al frente con las que Ucrania ha podido defenderse durante estos 11 meses de los ataques rusos. El último contingente aprobado, en declaración conjunta con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, incluye el envío de más sistemas antimisiles Patriot y, sobre todo, de vehículos blindados Marder.

El problema aquí es que los tanques que pedía Ucrania no eran los Marder, sino los Leopard 2. Esto ha provocado una cierta tensión entre aliados porque, mientras Berlín se niega a dar el visto bueno al envío y la compañía fabricante (Rheinmetall) deja claro que hasta 2024 no podrá tener listos nuevos tanques de este tipo, Polonia y Finlandia han decidido ofrecer por su cuenta algunos de los Leopard 2 que ostentan. De esta manera, los altos mandos ucranianos pueden comenzar la formación de sus soldados en esta alta tecnología.

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Estas polémicas coinciden con el inicio, esta misma semana, de unas maniobras de formación de tropas ucranianas por parte de la OTAN en la propia Alemania, supervisadas ni más ni menos que por el general Mark Milley, jefe del Estado mayor estadounidense. Milley mostró hace pocos días su preocupación por una posible contraofensiva rusa desde Bielorrusia que intentara de nuevo la toma de Kiev y la deposición del gobierno de Zelenski en favor de algún líder prorruso que ejerza de marioneta y firme una paz ventajosa para Rusia.

"Esenciales para nuestra supervivencia"

Si unimos a estas noticias el anuncio por parte del primer ministro británico, Rishi Sunak, del envío de 14 tanques Challenger 2 y la negociación con Washington para la posible cesión de varios tanques M1 Abrams, el blindado elegido por EEUU en sus distintos conflictos armados desde la guerra del Golfo, tenemos un cuadro muy claro: Ucrania se prepara para defenderse con uñas y dientes de esta probable nueva ofensiva, como no pudo hacerlo el 24 de febrero del año pasado, cuando sólo podía contar con el coraje de sus tropas y la torpeza de los altos mandos rusos.

Tanques rusos abatidos por Ucrania se exhiben en el centro de Kiev.

Tanques rusos abatidos por Ucrania se exhiben en el centro de Kiev. Reuters

En declaraciones a la agencia alemana DPA, el embajador ucraniano en Berlín, Alexei Makeev, afirmaba que "los tanques alemanes son esenciales para nuestra supervivencia". No se refería a los Marder, sino a los Leopard 2, pero el tono de urgencia va en la línea de lo que estamos hablando. Parece claro que la inteligencia occidental prevé un ataque más o menos inminente y tanto Ucrania como sus socios quieren mostrar músculo para repeler dicho ataque o para disuadir al Kremlin de meterse en más líos.

Aunque los tanques alemanes y británicos, así como los polacos y finlandeses, le vendrían a Ucrania de maravilla para atacar Kreminna con todo y romper de una vez la línea de suministro Svatove-Lisichansk, que sigue activa pese a los numerosos intentos desde principios de otoño de dividirla en dos, todo apunta a que la necesidad de blindados es más bien defensiva y su presencia podría ser vital tanto en el eje Belgorod-Járkov como, sobre todo, en la frontera con Bielorrusia.

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¿Por qué afirmamos esto? Básicamente, porque son los terrenos donde, con firme helado, los tanques tienen mayor capacidad de movimiento... y porque, al fin y al cabo, es donde Rusia mandó sus propias unidades hace casi un año. El hecho de que aquella operación fuera un desastre por la incapacidad de tomar Kiev y la consiguiente acumulación de vehículos en mitad de la nada sin poder avanzar no oculta que, en ese momento, Ucrania no tenía una defensa a la altura de las circunstancias, basándose en movimientos casi guerrilleros, partisanos, para obligar al repliegue de dichos tanques.

El mando de Gerasimov

Los Challenger 2, los Marder, y, desde luego, tanto los Leopard 2 como los Abrams, si llegaran, supondrían una defensa de élite... con la posibilidad de, en un momento dado y pasada la alerta, ser trasladados hacia el este del país, aunque tanto el área del Donbás como el sur de Jersón tienen el inconveniente de estar severamente minados por las defensas rusas, con lo que el avance de blindados se hace desaconsejable y, en el mejor de los casos, lentísimo.

Vilaty Gerasimov.

Vilaty Gerasimov.

Otra función que cumpliría todo este armamento, como quedó dicho, es la de disuasión. De ahí el profundo enfado de los últimos días del Kremlin y sus medios de propaganda tanto con Reino Unido como con Alemania. Si tenían pensada una operación relámpago para mediados de invierno o principios de primavera, la mera presencia de tantísimos blindados en el otro lado puede hacer que se lo piensen dos veces. Hay que tener en cuenta que Rusia es el país con más tanques del mundo, es decir, son la pieza clave de sus maniobras militares por tierra.

El nombramiento de Gerasimov como máximo responsable de la ofensiva en Ucrania en lugar de Surovikin, un hombre especializado en la lucha aérea, invita a pensar, más allá de las luchas intestinas por el poder, en un intento de reconducir la guerra a la infantería mecanizada, al avance metro a metro, a la trituradora de carne donde Rusia siempre puede mandar más y más hombres. Más y más tanques a destrozar lo que se le ponga por delante. En ese sentido, es probable que esta movilización occidental haya echado por tierra buena parte de la estrategia prevista.

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Atacar por aire va a ser casi imposible gracias a los Patriot, atacar por tierra va a ser en adelante bastante más complicado. Todo eso, en cualquier caso, cuando se den las condiciones. Ahora mismo, el suelo tiene demasiado barro como para confiar en exceso en los blindados (de hecho, el Grupo Wagner, en su ofensiva cosmética sobre Soledar y Bakhmut apenas los ha utilizado). En cualquier caso, de momento, Occidente está habilitando un muro de contención que impida males mayores. La celeridad con la que se le está dando forma es lo único preocupante del asunto. Probablemente piensen que la alternativa de Gerasimov, visto lo visto, sea adelantar su maniobra.