Así era Mauricio García, el tiroteador de Texas: exguardia de seguridad, neonazi y "muy reservado"

Se llamaba Mauricio García, tenía 33 años y sentía simpatía por la ideología neonazi. Así era el hombre que el sábado mató a ocho personas y dejó a otras siete heridas en un nuevo tiroteo masivo -el vigesimosegundo en lo que va de año en EEUU- ocurrido en un centro comercial de Allen, Texas.

Además del rifle AR-15 encontrado junto su cuerpo -fue abatido por un policía después de disparar contra decenas de personas que estaban comprando-, García tenía al menos otra pistola encima y múltiples armas más en el automóvil en el que llegó al centro comercial.

No en vano, era un tirador adiestrado pues trabajó como agente de seguridad de nivel II y nivel III, tal y como puede comprobarse en la base de datos del Departamento de Seguridad Pública de Texas. Trabajo que ejerció desde abril de 2016 hasta el mismo mes de 2020, cuando expiró su licencia. En ese tiempo, García desempeñó ese puesto en al menos tres empresas de seguridad.

[Al menos 8 muertos y 13 heridos en un nuevo tiroteo en Serbia: el autor ya ha sido detenido]

García intercalaba la estancia en un hotel con la convivencia con sus padres. Tras el tiroteo, la policía bloqueó las calles colindantes con el domicilio y registró la casa durante varias horas. El diario 'The Wall Street Journal' asegura que se están investigando los posibles vínculos de Mauricio García con la ideología supremacista blanca.

En concreto, la CNN ha informado que el tirador llevaba las letras "RWDS" grabadas en su ropa, siglas que podrían identificarse con la frase "Right Wing Death Squad" (en español, escuadrón de la muerte del ala derecha).

CNN recuerda que Southern Poverty Law Center, una organización que informa sobre grupos extremistas en EEUU, ha informado que algunos miembros de estas organizaciones han sido vistos en los últimos años portando esas mismas letras.

Tirador experimentado

"Estaba armado con un fusil de asalto estilo AR-15", dijo el presidente estadounidense Joe Biden tras los asesinatos. Además, García llevaba un chaleco antibalas y una pistola de repuesto. El maletero de su coche también tenía una cantidad de armas suficiente para armar a un batallón. En la escena del crimen se encontraron más de 100 cartuchos disparados. En definitiva, el tiroteador sabía lo que se hacía.

El curso de habilitación que completó García en 2018 lo preparó para un dominio absoluto de distintas armas de fuego requería de seis horas de formación continuada. Además, los guardias de seguridad privada de Texas se someten a estrictas comprobaciones sobre sus antecedentes. García no había cometido ningún delito violento, de agresión o de robo, ya que eso lo habría descalificado para el puesto.

Teniendo en cuenta que tampoco tenía antecedentes por haberse dado de baja del Ejército de forma deshonrosa, ni había sido declarado incompetente por ningún tribunal, ni era un delincuente sexual, la policía cree que la principal motivación para cometer la matanza fue su ideología neonazi. Hipótesis que coincide con las publicaciones en redes sociales en que participó García.

Moisés Carreón, vecino de García en Dallas de 52 años, dijo a la CNN que el autor del tiroteo era un hombre que apenas hablaba nunca con nadie, extremadamente reservado. Solía andar calle arriba, calle abajo, tapado por la capucha de su sudadera.

"Sé que no pasó nada en nuestro vecindario, pero te da escalofríos pensar que el sospechoso vivía a unas pocas casas de distancia", afirmó Carreón.

La cadena ABC News ha publicado las transmisiones de radio de la policía y revelan el momento exacto en que García fue abatido. "Recibimos disparos en el Allen Mall. Tenemos gente corriendo. Necesito a todos los agentes disponibles", dijo el agente.

Entre cinco y diez minutos después, el mismo oficial confirma la muerte de García: "Lo derribé". Se trata del segundo tiroteo masivo más mortífero en Estados Unidos este año y el segundo en Texas en poco más de una semana.

Tras publicar ayer un mensaje de condolencia, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, enfatizó este domingo en una entrevista en Fox News la necesidad de abordar el aumento de la "ira y la violencia" y achacó a los problemas de salud mental el aumento de la violencia.

"Lo que Texas está haciendo a lo grande es que estamos trabajando para abordar esa ira y violencia, pero yendo a su causa raíz, que es abordar los problemas de salud mental", dijo.

"La gente quiere una solución rápida. La solución a largo plazo aquí es abordar el problema de la salud mental", añadió, sin hacer referencia a la petición de Biden de leyes que restrinjan el uso de las armas.

Sin embargo, lo cierto es que en Texas no hay límites a la cantidad de munición que puede comprarse y es completamente legal que alguien de 18 años compre un rifle de asalto, a pesar de que la ley federal le obliga a esperar hasta los 21 si quiere adquirir una pistola. García no tenía antecedentes por problemas mentales, pero sí podía portar armas.