El Gobierno de Marruecos reprochó hoy a la Unión Europea (UE) que la ayuda financiera de Bruselas "no está a la altura" de sus esfuerzos para controlar la emigración desde África hacia el continente europeo.
"Nosotros, como país, estamos haciendo en solitario grandes sacrificios con nuestras posibilidades. Las cifras que circulan sobre el apoyo (financiero de la UE) no llegan al nivel del volumen de nuestro esfuerzo y de los sacrificios que realizamos", declaró el portavoz del Ejecutivo marroquí, Mustafa Jalfi, en su rueda de prensa semanal.
Esta es la primera vez desde que estalló la última crisis migratoria en que el Gobierno de Rabat se pronuncia oficialmente sobre su papel ante este problema y el insuficiente respaldo recibido por parte de la UE, aunque Jalfi no quiso entrar en cifras concretas como las que se han ido filtrando los pasados días referentes a las necesidades manifestadas por Marruecos.
Según fuentes participantes en el debate migratorio con Rabat, Marruecos habría pedido distintas ayudas por un valor cercano a los 60 millones de euros para afrontar la presión migratoria con medidas policiales y de control fronterizo.
El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, dijo el pasado miércoles en una conversación telefónica con el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, que Bruselas "está dispuesta a aumentar su aportación" tanto a España como a Marruecos para hacer frente a la "creciente presión migratoria".
No obstante, el presidente del Ejecutivo comunitario indicó que los fondos disponibles en el Fondo Fiduciario de la UE para el norte de África "son desgraciadamente limitados" y las necesidades manifestadas por Marruecos "exigen un esfuerzo financiero muy superior".
La CE cifra el apoyo europeo en inmigración a Marruecos en más de 100 millones de euros en una década, lo cual le sitúa como el segundo país, tras Libia, que más financiación comunitaria recibe en este ámbito entre los vecinos sureños del bloque europeo.
Sin mencionar a Juncker, el portavoz marroquí evitó responder una pregunta referente al malestar de Rabat por que el apoyo de la UE se ha centralizado sobre todo en los Estados del Mediterráneo Oriental, principalmente Turquía, aunque lo reconoció implícitamente al afirmar que "una cooperación (migratoria) que incluya a los países del Mediterráneo Occidental será provechosa para todos".
Jalfi insistió hoy en varias ocasiones en "la necesidad ineludible" de una "cooperación compartida" con la UE para controlar los flujos migratorios, pues, argumentó, "no hay otra alternativa que la cooperación con la Unión Europea".
"Hay que subrayar que Marruecos está desplegando un esfuerzo excepcional en la lucha contra la emigración clandestina y la trata de personas", recalcó.
Ilustró con datos la presión migratoria que también sufre Marruecos: en 2017 (no ofreció cifras del año actual) sus agentes de seguridad abortaron más de 65.000 intentos de emigración clandestina (por patera o en saltos a las vallas de Ceuta y Melilla), en comparación con los 32.000 de 2016.
Precisó que la mayor parte de estos intentos "son de personas procedentes de otros países, y no marroquíes", aunque los marroquíes supongan, numéricamente, los más numerosos entre las distintas nacionalidades de los candidatos a la emigración clandestina, según fuentes policiales.
Por otra parte, el ministro resaltó el carácter "humanista" de la política marroquí en materia migratoria y recordó la iniciativa de Rabat, adoptada en mayo por la Unión Africana, sobre el establecimiento de un Observatorio africano de migraciones con la misión de recoger datos y desarrollar el intercambio de información y la coordinación entre los países africanos en este sentido.
Hasta el pasado día 30, Salvamento Marítimo ha coordinado la búsqueda de 26.062 personas en 1.214 pateras (llegadas casi siempre desde Marruecos), de las que ha rescatado a 22.091 inmigrantes, lo que supera el total de inmigrantes auxiliados en todo el año pasado, de acuerdo con datos de ese organismo.
También los cálculos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) coinciden en que las entradas a España ya han superado en los primeros siete meses de 2018 a las registradas durante todo el año anterior.