Los padres de 'La Manada' marroquí sobre la menor violada: "Tenía mala fama y se lo buscó"
- Khadija Okkraou fue torturada y violada durante más de un mes: "Han destruido toda mi vida".
- Quemaduras, tatuajes y violaciones: el mes infernal de una menor con 'La Manada' marroquí.
"Tenía mala fama y se lo buscó". Con estas palabras han defendido a 'La Manada' marroquí los padres de dos de los 12 arrestados en Marruecos acusados de violar, torturar y vejar a una menor de 17 años durante más de un mes.
El grupo de agresores, con edades comprendidas entre los 18 y los 27 años, mantuvo durante más de un mes a la víctima retenida contra su voluntad en una casa de Ulad Ayad. En esas cuatro paredes sufrió torturas de todo tipo, incluyendo quemaduras en la piel con cigarrillos e insultos y dibujos tatuados por toda su piel que realizaron con objetos punzantes.
Este desgarrador suceso ha conmocionado a la sociedad marroquí y ahora los comentarios de los familiares de dos de los responsables han aumentado aún más la indignación al culpabilizar a la víctima y acusarla de tener un "comportamiento promiscuo", informa el Daily Mail.
Los médicos que atienen a Khadija Okkraou -la víctima- han admitido que estos comentarios le han afectado profundamente cuando sólo llevaba unas semanas de vuelta a su hogar.
En su localidad natal no todos apoyan a la víctima de este brutal suceso. "Lo que le ha ocurrido ha generado mucha compasión pero algunos cuestiones su versión de los hechos", indica un vecino de 50 años al rotativo británico.
"Tenía malas compañías y la vimos saliendo con chicos", indica Ahmed que tiene una tienda de alimentación cerca de la casa de Khadija. Estas dudas y especulaciones que recorren el pueblo son habituales al tratarse de una de las zonas más conservadoras de Marruecos. Como en otras zonas rurales de este país el destino de una chica normal es casarse muy joven y alejarse de los hombres.
A pesar de las dudas y las especulaciones Khadija ha defendido su dolorosa verdad ante las cámaras de la televisión marroquí: "Durante el cautiverio me drogaban constantemente hasta que un día desperté y vi que mi cuerpo estaba lleno de tatuajes y tenía los brazos llenos de quemaduras de cigarros. He perdido mi dignidad, he intentado olvidar lo que pasó, pero es imposible. Han destruido toda mi vida, todo lo que aspiraba a ser. Tengo miedo a salir a la calle pero quiero continuar los estudios y ser periodista"