Marruecos busca aliados al margen del mundo anglosajón, y recurre a los países árabes amigos para hacer frente a la Unión Europea (UE), que se ha posicionado con el Gobierno de Madrid para defender la territorialidad española de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, fronteras terrestres del sur del continente.
Después de que miembros del gobierno de Joe Biden en Estados Unidos defendieran la postura de Rabat, que pretende poner en marcha un plan de autonomía para adherirse el Sáhara Occidental, le llega el turno a Oriente. Los países árabes van más allá y hacen referencia a la colonización y la cesión de las ciudades españolas de Ceuta y Melilla a Marruecos.
El Foro Democrático y Social en el Mundo Árabe emitió un comunicado dirigido a España y a la UE para que inicie una serie de negociaciones urgentes con Marruecos que faciliten la recuperación de las ciudades de Ceuta y Melilla, y acabar con la colonización cuanto antes.
Este Foro, que “rechaza la política española basada en separar las dos ciudades de sus raíces históricas, culturales y sociales”, se compone de partidos políticos de diversos países árabes; entre otros Siria, Egipto, Somalia, Palestina, Líbano, Jordania y Bahréin.
El comunicado en árabe lo ha difundido el sábado el digital marroquí Rue20, cercano al palacio, en su edición en español.
Política europea “colonialista”
Según este diario, el Foro responsabiliza a España de la crisis actual, afirmando que “la última crisis migratoria en las fronteras de Ceuta no es una causa, sino una consecuencia de la acogida clandestina y bajo una identidad falsa a Brahim Gali, presunto líder del Polisario, por parte de Madrid”.
Este grupo árabe también llama a la UE a revisar sus políticas en el Mediterráneo, sobre todo, las relacionadas con la migración. Además, insiste en que “no se debe separar entre la economía y el derecho de las personas a emigrar”. Tacha la política europea de “colonialista”, “cimentada -dicen- en el fomento de tráfico de mercancías, por una parte; y en el rechazo de la libertad de movimiento y migración, por otra”.
El apoyo político árabe a la soberanía territorial de Marruecos llega en plena crisis diplomática entre Marruecos y España, sobre todo, tras la alineación de la UE con Madrid.
Igualmente, Marruecos también tiene un frente abierto con Alemania, con quien mantiene congeladas las relaciones diplomáticas desde principios del mes de marzo, y a quien ya advirtió que no apoyará en temas de seguridad y lucha antiterrorista.
De hecho, “Alemania está forzando a España a que se siga manteniendo firme en la postura frente a Marruecos y que no rebaje la guardia ante la presión de la oposición, y miembros de gobiernos anteriores”, según explica a EL ESPAÑOL la inteligencia extranjera.
En realidad, “en centro Europa no confían en la relación de los servicios de inteligencia de ambos países”, explica la misma fuente.
La isla Perejil y la Marcha Verde
A lo largo de la semana, tras la entrada de más de 8.000 ciudadanos marroquíes a Ceuta, varios ex presidentes del gobierno y ministros de diferentes partidos políticos españoles han criticado en diversos medios de comunicación la posición del ejecutivo de Pedro Sánchez con el país vecino.
La lista es larga. José Luis Rodríguez Zapatero, Felipe González, Alfonso Guerra, José Bono, Josep Piqué, Ana Palacios y José Manuel García-Margallo han declarado abiertamente la necesidad de tomar otra postura respecto a Marruecos, más conciliadora, para evitar la ruptura de las relaciones.
También hay empresarios, e incluso, ministros del gobierno actual cercanos al lobby promarroquí, como el ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas, que le da su apoyo velado a Rabat.
De todas estas reacciones se hace eco la prensa marroquí para seguir cargando contra la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, a quien responsabilizan de la crisis, junto al presidente Pedro Sánchez, por acoger al secretario general del Frente Polisario, Brahim Ghali.
En estos últimos días podemos leer en la prensa marroquí artículos sobre la anterior gran crisis con España, por la isla Perejil en 2002 durante el gobierno de José María Aznar. También comparan la entrada de más de 8.000 ciudadanos marroquíes a la ciudad autónoma de Ceuta en solo dos días con la Marcha Verde (1975), que aseguran, no fue una entrega del dictador Francisco Franco a Marruecos, sino una estrategia del entonces rey Hassan II.
De esta manera, las relaciones bilaterales se tensan y corren peligro, como ya anunciaron desde el ministerio de Exteriores en Rabat el jefe de la diplomacia, Nasser Bourita, y la embajadora marroquí en España, Karima Benyaich.
En la reunión urgente de alto nivel del primer ministro con los líderes de los partidos políticos marroquíes el 27 de mayo, ya se advirtió que todo es posible en este escenario de escalada hostil. En todo caso, que el martes 1 de junio será el definitivo para la toma de decisiones final de Rabat, cuando Brahim Ghali testifique por videoconferencia desde el hospital de Logroño ante el juez Santiago Pedraz por dos denuncias interpuestas en la Audiencia Nacional.