Alrededor de un centenar de civiles han perdido la vida en la madrugada de este sábado en un ataque armado en la región del Sahel, en Burkina Faso. El ataque fue perpetrado por individuos no identificados y el Gobierno ha decretado un duelo de 72 horas.
Según un informe policial provisional de la comuna de Sebba, fronteriza con Níger, en dicho ataque también fueron quemadas varias viviendas, así como el mercado de Solhan, por lo que el número de víctimas mortales podría aumentar en las próximas horas.
Ante el cruento ataque el Gobierno ha decretado "un duelo nacional de 72 horas, desde las 00.00 horas del sábado 5 de junio a las 24 horas del lunes día 7 en todo el territorio nacional en memoria de los fallecidos".
Periodistas españoles
Este ataque se produce un mes después del asesinato de los periodistas españoles David Beriain y Roberto Fraile en Burkina Faso cuando grababan un documental sobre caza furtiva.
El Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), creado en 2017 a partir de una fusión de distintos grupúsculos islamistas, reclamó la autoría de los asesinatos. Sin embargo, Burkina Faso atribuye el crimen a "terroristas", pero no han concretado la identidad o la afiliación de los autores.
Los cuerpos de los periodistas fueron repatriados el pasado 30 de abril, cuando sus familias recibieron los féretros en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, en Madrid.
En nombre del Gobierno de España, González Laya pidió a las autoridades locales que "investiguen los hechos, los esclarezcan y que los responsables comparezcan ante la justicia". Lo ocurrido, recalcó la ministra, "no debe caer en el olvido ni en la impunidad".
Crisis de desplazados
Burkina Faso sufre ataques yihadistas desde abril de 2015, cuando miembros de un grupo afiliado a Al Qaeda secuestraron a un guardia de seguridad rumano en una mina de manganeso Tambao, al norte del país, que aún sigue desaparecido.
La región más afectada por la inseguridad es la del Sahel, situada en el norte y que comparte frontera con Mali y Níger, aunque la inseguridad se ha ido expandiendo a provincias limítrofes, y desde el verano de 2018 afecta también al este del país.
Los actos terroristas se atribuyen al grupo local burkinés Ansarul Islam, a la coalición yihadista del Sahel Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (GSIM) y al Estado Islámico en el Gran Sáhara (EIGS), que atacan también en Mali y Níger.
Como consecuencia de la violencia, Burkina Faso sufre la crisis de desplazados que más rápidamente crece en el mundo, con más de un millón de personas fuera de sus hogares (más de uno por cada 20 habitantes).