Cinco profesores universitarios están siendo juzgados en la localidad marroquí de Settat acusados de chantajear sexualmente a sus estudiantes dentro del llamado caso "sexo por buenas notas", una causa muy mediática en Marruecos, donde en los últimos años se han producido varios escándalos de este tipo en universidades.
Se trata de docentes de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Settat a los que se juzga en dos procesos diferentes pero por hechos parecidos: pedir favores sexuales a sus alumnas a cambio de subirles la nota. Su caso estalló a raíz de unas conversaciones publicadas con una supuesta víctima, que declaró que uno de ellos le pidió tener sexo con ella, su hermana y su madre.
A cuatro se les acusa de acoso sexual, incitar a la depravación, discriminación por sexo, violencia psicológica contra una mujer ejercida por una persona en posición de autoridad y abuso de autoridad, según los cargos publicados por el Ministerio de Justicia.
Los cuatro son del Departamento de Derecho de la facultad, incluido el jefe del área (M.K.). Este y uno de sus subordinados (A.L.) están en prisión preventiva, mientras que los otros, que responden a las iniciales de M.B. y J.L., se encuentran en libertad tras pagar una fianza de 50.000 y 20.000 dirhams (4.778 y 1.911 euros).
El juicio contra los cuatro celebra este martes su segunda sesión en los juzgados de primera instancia de Settat y el quinto profesor (M.M) está siendo juzgado ante el Tribunal de Apelación de la misma ciudad, ubicada 160 kilómetros al sur de Rabat.
A este quinto profesor, perteneciente al departamento de Economía, se le acusa por delitos de acoso sexual y "atentado al pudor con violencia", tipificado con penas de entre cinco y diez años de cárcel.
El caso estalló el pasado septiembre tras la publicación de conversaciones entre el jefe del departamento de Derecho y una estudiante.
De acuerdo con el informe policial al que ha tenido acceso Efe, en la causa se tomó declaración a 11 supuestas víctimas y una de ellas -la protagonista de esas conversaciones- afirmó que M.K. le hacía insinuaciones entrada la noche por Whatsapp.
"Las conversaciones son mías, son mensajes con esa persona (el profesor) que me pedía tener sexo con él a cambio de interceder por mí (ante otros docentes) para conseguir buenas notas en los exámenes porque conoce a los profesores", afirmó.
Añadió que "llegó hasta el punto de pedir tener sexo con mis hermanas y mi madre", puesto que el profesor es amigo de su familia desde hace años.
"Yo aceptaba todas sus peticiones para seguirle la corriente hasta conseguir mi objetivo: tener buenas notas y aprobar los exámenes. Pero nunca me he encontrado con él a solas y no he tenido relaciones sexuales con él".
El profesor explicó a la Policía que las conversaciones que circularon eran personales entre él y miembros de su familia, que las frases groseras se trataban de bromas y que con su publicación se pretendió difamarle.
En los últimos años se han dado varios casos parecidos de docentes que pedían favores sexuales a sus estudiantes, en los que generalmente las víctimas callan por miedo a represalias de los profesores o de la universidad, o a la estigmatización social. En 2017, un profesor universitario de Tetuán fue condenado a un año de cárcel por acoso.
Otros casos
El pasado 6 de diciembre EL ESPAÑOL informó de que la ONG marroquí 'No Toques a mi hijo' presentó una denuncia en los juzgados de Tánger contra A.L.F. y D.L.G., en este caso dos ciudadanos españoles de la junta directiva de la Asociación para la Integración del Menor Paideia, por "abuso sexual a menores" y "maltrato en todos los sentidos".
La denuncia, de la que informó Sonia Moreno, se produjo tras las manifestaciones de algunos extutelados contra estas dos personas que estaban supuestamente al cargo de su cuidado. En la denuncia incluso se habla de trata de personas.
Este centro, que fue creado por colaboración marroquí-española, es un proyecto orientado a la reinserción de menores. Los dos trabajadores españoles de este proyecto aprovechaban supuestamente su autoridad y el trato directo con los menores. Según los testimonios de los extutelados, los atraían con privilegios y regalos fuera de la institución.
El Centro Social Assadaka en Tánger, donde trabajaban los denunciados, es una residencia de protección de menores en situación de abandono o riesgo social, que atiende a 34 menores de entre 6 y 18 años.
A los chicos que carecen de alternativa familiar se les intenta proporcionar familias de acogida bajo la kafala, una adopción en Marruecos. A los jóvenes que ya salen del centro con 18 años se les proporciona apoyo para su autonomía.
El Centro Social Assadaka fue constituido entre el año 2000 y 2002 y obtuvo financiación del Ayuntamiento de Madrid. Posteriormente, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y la Comunidad de Madrid, entre otros organismos, apoyaron su mantenimiento y los programas implantados.