Sudán, la guerra olvidada: la ciudad sin ayuda donde un solo cirujano atiende a 250.000 personas
Las carreteras de acceso a El-Fasher, al sur de Darfur, están bloqueadas y la ayuda humanitaria hace días que no llega.
27 mayo, 2024 14:32La ONU ha calificado la tercera guerra civil de Sudán como una de las peores crisis humanitarias que está viviendo el mundo. En poco más de un año, alrededor de nueve millones de personas han sido desplazadas y una masacre en marcha que muchos han reconocido como genocidio.
El pasado 26 de mayo, la organización médica y humanitaria internacional Médicos Sin Fronteras comunicó que en El-Fasher, una ciudad de casi 250.000 habitantes al sur de Darfur, sólo queda un hospital que sigue brindando servicios médicos a la población. El Southern Hospital, operado por Médicos Sin Fronteras, ha curado a "979 heridos por el combate que sacude el pueblo desde hace dos semanas", informa un comunicado.
El combate se ha cobrado la vida de 134 civiles. El asedio a El-Fasher no pinta un pronóstico optimista: el bloqueo de las carreteras impide a los residentes abandonar la zona por impactos de artillería y bombardeos aéreos del ejército. Además, el cierre de las vías de acceso a la ciudad impiden la llegada de ayuda humanitaria. Al Southern Hospital le queda suministro para sólo 10 días, y en él hay únicamente un cirujano que hace lo imposible para salvar vidas afrontando la escasez de personal médico.
Un año de guerra civil
El 15 de abril de 2023, el grupo paramilitar de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR, lideradas por Mohamed Hamdan Dagolo) lanzó un golpe de Estado contra el Ejército sudanés (también conocido como las Fuerzas Armadas de Sudán, lideradas por Abdel Fattah al-Burhan). La contienda comenzó en Jartum (la capital), aunque el resto del país no tardó en convertirse en un campo de batalla.
Las FAR sudanesas están compuestas mayoritariamente por integrantes de las milicias de los yanyauid, y son apoyadas por el General de División del Ejército Nacional de Libia, Khalifa Belqasim Haftar y los Emiratos Árabes Unidos. La milicia (y grupo terrorista) de los yanyauid —que mataban a niños y hombres, mientras que violaban a mujeres y niñas— fue reclutada en la década de los años ochenta durante la Segunda Guerra Civil Sudanesa por Omar al-Bashir (1983-2005).
Diogo Jardim Gonçalvez, profesor de economía política en la universidad de Bristol, dice a EL ESPAÑOL que los conflictos de hoy en día en África y Asia "son consecuencia de varios factores que incluyen historia colonial, divisiones étnicas, inestabilidad política y disparidad económica". Explica que "el concepto de identidad económica tiene un papel importante en estos conflictos, ya que el control de los recursos a menudo se refiere al motivo principal de la problemática".
El descubrimiento de petróleo en 2005 en la región de Darfur intensificó el maltrato por parte de los yanyauid. Países como Eritrea, Yibuti o Somalia querían el petróleo, y Uganda incluso le concedió asilo político al exdictador Omar al-Bashir, buscado por el Tribunal Penal Internacional para enjuiciarlo por crímenes de guerra.
Además, "si bien los legados históricos/coloniales proporcionan una justificación válida, las políticas actuales y los problemas de gobernanza, así como la demanda internacional de conflicto, impulsan aún más el conflicto", aclara Gonçalvez.
Dominic Rohner, profesor de economía en la Universidad de Lausanne (en Suiza), comenta a EL ESPAÑOL que "recientes análisis de estadísticas respecto a guerras civiles muestran que destacan el papel que la pobreza, la falta de democracia, la polarización étnica y las rentas de recursos naturales". Según Gonçalvez, están "influenciados por la actualidad y las dinámicas políticas, económicas y sociales actuales también deben tenerse en cuenta".
Refugiados
En febrero, James Elder, representante de UNICEF, visitó Sudán y al ser entrevistado por Sacha Pfeiffer comentó: "está vacío. Hay absoluto silencio. Sólo puedes oír el crujir del cristal debajo de tus pies". Semanas después de cumplir el primer aniversario de la tercera guerra civil sudanesa, el conflicto continúa con mayor intensidad en el país convirtiéndola en la "peor crisis [humanitaria], la más compleja y cruel que el mundo ha tenido", según es descrita por la Oficina de la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
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El conflicto ha provocado que alrededor de 20 millones de personas —uno de cada dos sudaneses— sufran de inseguridad alimentaria en todo el país. Asimismo, alrededor de nueve millones de personas —la mitad de ellas niños— han sido desplazadas y dos millones son refugiados en el extranjero. Una gran parte huyó a Sudán del Sur (quien obtuvo su independencia en 2011), pero la mayoría optó por refugiarse en Chad.
El país vecino al este de Sudán, entre otras cosas, sufre de sequías e inundaciones, de inseguridad alimentaria y de malnutrición. La ONU calcula que más del 32% de su población —de 17.72 millones de habitantes (2022)— requerirán de ayuda humanitaria en 2024. Igual que en Chad, se espera que en 2024 Sudán del Sur requiera de ayuda humanitaria, ya que miles de personas vivirán en estados de hambruna entre abril y julio de éste año.
Elder menciona en la entrevista que "cientos y cientos y cientos de miles niños sufren del tipo de malnutrición que puede matar a alguien. Millones de personas no tienen acceso a agua potable. Es un ciclo vicioso de nutrición, agua y enfermedades, y eso matará a los niños". Pero no es lo único que matará a los niños.
Niños soldados
Sudán, junto con otros 49 países que incluyen Afganistán, Birmania, Somalia, Sudán del Sur, Siria, la República Centroafricana y Yemen, todavía recluta a menores de 18 años para conflicto armado, según informa la asociación Child Soldiers Internationals. Se estima que al día de hoy hay alrededor de 250.000 niños soldados en por lo menos 20 países.
La asociación de Child Soldiers Internationals también informa que alrededor de 40% de los 'integrantes' de 'niños soldados' son niñas que por lo general son usadas como esclavas sexuales y después se convierten en "esposas" de los combatientes hombres. Elder reflexiona en su entrevista que "el abuso sexual, ver a niños asesinados, ver a sus hermanas violadas —es un nivel horrible de sufrimiento humano"—.
Genocidio de Masalit
Human Rights Watch, organización no gubernamental que se dedica a la promoción de los derechos humanos, igual que a la investigación y la defensa de tales, escribe que las Fuerzas de Apoyo Rápido y sus milicias aliadas, como el grupo Tamazuj, han cometido o están cometiendo genocidio en el estado de Darfur del Oeste, a las poblaciones no árabes y al grupo tribal de los Masalit en Sudán. Su objetivo es lograr que abandonen permanentemente de la región, lo cual Human Rights Watch asegura, "constituye como limpieza étnica".
Tirana Hassan, directora ejecutiva de la organización, pide que tanto la Organización de las Naciones Unidas como la Unión Africana, urgentemente se imponga un embargo de armas a Sudán. Aclara, según el informe de Human Rights Watch, que "la inacción global frente a la magnitud de estas atrocidades es injustificable".
El pueblo de El-Fasher, capital del estado de Darfur del Norte, alberga alrededor de 500.000 personas desplazadas, de las cuales el 75% provienen de la capital del estado de Darfur del Oeste, Geneina. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) agencia de la ONU, informa que cualquier ataque a El-Fasher pone en peligro la vida de 750.000 niños. Además, hay una falta de ayuda humanitaria bastante grave reflejada en los altos precios gasolina, agua y comida, por lo que más de 33.000 personas están viviendo una situación aguda de inseguridad alimentaria. Según la ONU, entre 10.000 y 15.000 personas han sido asesinadas en Geneina. La FAR controla la mayoría de la región de Darfur.
El grupo de Tamazuj, también conocido como El Tercer Frente, dice ser un grupo rebelde con base en las regiones de Darfur y Kordofán. En agosto de 2023, Mohamed Ali Qureshi anunció formalmente la alianza con las Fuerzas de Apoyo Rápido en su proclamada cruzada contra el ejército sudanés. El grupo Tamazuj ha atacado principalmente a los Masalit. Han saqueado a la población como también han cometido abusos de tortura y violación —sus víctimas tanto mujeres como niñas—.
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Apoyo internacional
En la fecha del aniversario de un año del comienzo de la tercera guerra civil sudanesa, Alemania, la Unión Europea y Francia organizaron una conferencia humanitaria internacional en París con la intención de apoyar a Sudán y a sus países vecinos que sufren de manera similar. Según el comunicado de los organizadores, asistieron representantes de la Unión Africana, la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional y la Liga de los Estados Árabes entre otras asociaciones.
Se anunció que para apoyar a la población civil sudanesa y los territorios vecinos, se movilizarán más de dos mil millones de euros, de los que la Unión Europea y sus estados miembros contribuirán con 900 millones de euros.
Peligro humanitario
La conexión marítima más importante de Europa hacia Asia y el Pacífico es el mar Rojo. En el estado vulnerable en el que se encuentra el país, Sudán peligra en convertirse en la puerta más nueva para el tráfico humano, yihadistas, armas y cualquier tipo de comercio ilegal entre el Sahel y el Sub-Sahara africano. La seguridad europea cuelga de un hilo.
La situación se agrava con Irán apoyando a la FAS con armas (incluyendo drones) y los Emiratos Árabes Unidos colaborando con la FAR para terminar con la guerra. Por otro lado, Rusia mantiene buenas relaciones tanto con la FAS como la FAR, esperanzada de poder generar mayor influencia en el país como lo ha hecho con Burkina Faso, Níger, Nigeria, Mali y más recientemente con Chad. Manda mercenarios PMC (de la compañía Wagner), quienes están más enfocados en encontrar oro y otros minerales que en el conflicto.