Marruecos y China estrechan (aún más) sus lazos con la apertura de nuevas rutas aéreas y acuerdos industriales

A partir del 19 de enero de este año, China lanza un vuelo que unirá Shanghái con Casablanca, con escala en Marsella. Un día más tarde, la Royal Air Maroc (RAM) restablecerá su ruta directa entre Casablanca y Pekín, operando tres veces por semana, con una duración reducida a menos de catorce horas. Esta línea se creó en enero de 2020, pero quedó suspendida a causa de la COVID-19.

El turismo es una de las estrategias de Marruecos para fomentar las relaciones comerciales. Más allá del intercambio comercial, ambos países están tejiendo un nuevo puente entre sus ciudadanos, lo que aportará un mayor dinamismo entre Pekín y Rabat. Por ese motivo, el rey Mohamed VI eliminó la imposición de visado para los visitantes chinos a Marruecos tras su viaje al país asiático en 2016. Esto ha resultado en un aumento significativo del número de visitantes procedentes de China, alcanzando hasta 180.000 turistas anuales.

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Con un sector turístico en auge y la inversión china en energías renovables, esta asociación promete prosperidad compartida. No obstante, los intercambios entre China y Marruecos no se limitan al turismo. Marruecos inició el año con el anuncio de que el grupo OCP cerró un acuerdo estratégico con la empresa china Zhenhua Heavy Industry (ZPMC) para el desarrollo del puerto de Safi, en la costa atlántica. La empresa asiática suministrará equipos de manipulación a granel al puerto por un valor de 200 millones de euros, según información publicada por la propia compañía. ZPMC domina el sector de equipos portuarios con una cuota de mercado mundial del 70% en grúas para contenedores en muelles.

En el sector de las energías verdes, cada vez más empresas chinas se posicionan en Marruecos. El país aspira a convertirse en un centro líder en África en el ámbito de las energías renovables y la electromovilidad. Así, la empresa Gotion High Tech anunció la construcción de una gigafactoría de baterías de iones de litio en Kenitra, con una capacidad de 20 GWh al año y una inversión de 12.800 millones de dírhams (alrededor de 1.190 millones de euros). Será la primera gran unidad industrial para la producción de baterías eléctricas en Oriente Medio y en el continente africano.

Asimismo, la construcción de nuevos parques solares y eólicos, ya en marcha, está recibiendo apoyo técnico y financiero chino. En el centro del país, empresas chinas figuran en la lista de contratistas precalificados en el proceso de selección del socio privado responsable del diseño, financiación, construcción, explotación y mantenimiento de la tercera estación del complejo solar Noor Midelt.

Diseño de la planta solar de Noor Midelt

Además, el refuerzo de las infraestructuras marroquíes, en particular con el desarrollo del puerto de Tánger Med o la ampliación de las zonas industriales, es una gran ventaja para los inversores chinos que buscan puertas de entrada a Europa y al África subsahariana.

Ambos países trabajan para implementar el consenso alcanzado por sus Jefes de Estado: profundizar la cooperación en sectores como infraestructura, comercio, inversión, cultura, educación y turismo; centrarse en sectores vitales como la modernización agrícola; y abrir nuevas perspectivas para las relaciones estratégicas bilaterales. Todo ello en el marco del objetivo de construir conjuntamente la comunidad China-África de destino permanente, como se acordó en la Cumbre del Foro de Cooperación China-África (FOCAC), celebrada en septiembre de 2024.

La visita exprés de Xi 

Las relaciones entre Marruecos y China comenzaron a estrecharse con el viaje del rey Mohamed VI en 2016. La última visita extraoficial del presidente chino, Xi Jinping, el pasado mes de noviembre a Rabat, reforzó los lazos para salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y la estabilidad.

En septiembre, el primer ministro marroquí, Aziz Akhannouch, aprovechó el FOCAC para reunirse con el presidente del grupo chino Sunrise, líder mundial de la industria textil, que invertirá en un proyecto estratégico en Marruecos por un valor de 4.100 millones de dírhams (unos 390 millones de euros). Se espera que este proyecto cree 11.000 puestos de trabajo directos en tres años en varias regiones del país, mediante el lanzamiento de vehículos industriales para proyectos que integren todos los componentes del sector.

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En efecto, las inversiones chinas han crecido notablemente en varias regiones de Marruecos, especialmente en el sector del automóvil, debido a su ubicación estratégica como "incubadora estable de una producción competitiva y baja en carbono", señaló el Gobierno chino.

El proyecto estrella de cooperación chino-marroquí se sitúa en la ciudad Mohamed VI de Tánger Tech, en el marco de la iniciativa La Franja y la Ruta, lanzada por Pekín en 2013 para el desarrollo de infraestructuras globales y la cooperación internacional. El proyecto de fábrica de cátodos para vehículos eléctricos del grupo chino BTR, el primero en el ecosistema de baterías eléctricas en Marruecos, prevé la instalación de una planta con una capacidad de 50.000 toneladas al año en este emplazamiento.