Giro en la política de Donald Trump sobre inmigración. La nueva jefa de campaña del candidato republicano a la Casa Blanca, Kellyanne Conway, quiere maquillar la imagen del magnate y ha puesto en suspenso sus planes de deportación masiva para los indocumentados.
Las polémicas propuestas de Trump quedan ahora en el aire. "Están por determinar y serán desarrollados en las próximas semanas", ha declarado hoy Conway. Durante lo que va de campaña, Donald Trump ha llegado a decir que quiere emplear "una fuerza de deportación" que saque de EEUU a los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en el país.
En una entrevista en la CNN, Conway ha matizado los planes de su nuevo jefe. "Lo que Trump respalda es asegurar que se aplique la ley, que seamos respetuosos con esos estadounidenses que están buscando empleos bien remunerados y que somos justos y humanos con aquellos que viven entre nosotros".
La nueva jefa de campaña, que era hasta ahora asesora y analista de encuestas, eludió concretar detalles sobre el plan migratorio de Trump y se limitó a anunciar que el magnate ofrecerá más precisión "en las próximas semanas".
Recuperar el daño en la comunidad hispana
El sábado, el candidato republicano se reunió con su recién creado "Consejo Nacional Hispano de Asesoramiento", un conjunto de líderes empresariales, civiles y religiosos con el que el magnate busca relanzar su debilitada posición en las encuestas entre la comunidad hispana tras numerosas declaraciones polémicas.
Varios sondeos nacionales sitúan a Trump 60 puntos por debajo de su rival demócrata, Hillary Clinton, en intención de voto entre los hispanos, cuyo creciente peso demográfico en EEUU hace que su apoyo sea crucial para lograr vencer en estados clave en las elecciones de noviembre próximo.
Trump ha calificado a los inmigrantes provenientes de México de "violadores" y responsables del tráfico de drogas, y ha prometido la construcción de un muro en la frontera sur estadounidense para frenar la inmigración irregular.