“Lo que ha hecho EEUU con Cuba es un tanto desatinado”
Eduardo Cardet, dirigente opositor cubano: "Si se aísla mucho al régimen le sirve para decir 'los malos son ellos'"/ "No hay nada más falso que la tesis de que los cambios económicos traen democracia".
15 septiembre, 2016 01:15Noticias relacionadas
Desde 2014, Eduardo Cardet ocupa el cargo de coordinador nacional en Cuba de Movimiento Cristiano Liberación (MCL), partido opositor cubano fundado por el histórico disidente Oswaldo Payá.
Médico de profesión, Cardet reside en la provincia de Holguín, mientras que el resto de la dirección de su formación vive en el exilio. Su militancia en la oposición al castrismo le ha costado arrestos y puesto en juego su empleo.
Durante su visita a Madrid esta semana, Cardet se ha sentado con EL ESPAÑOL para hablar de la situación de la disidencia en la isla caribeña, las consecuencias del deshielo diplomático con Estados Unidos y las propuestas que su formación ofrece para transformar el país.
¿Cómo es la vida en Cuba de un opositor al castrismo?
En Cuba hay un régimen totalitario que persigue y oprime a la sociedad en general, pero a nosotros, a los que pertenecemos a la oposición, [nos oprime] con más saña. Sufrimos mucha vigilancia, acoso. En ocasiones somos detenidos cuando tratamos de movernos de un lugar a otro, sobre todo cuando vamos a realizar reuniones. Sufrimos mucha presión en nuestro trabajo. Uno se siente vigilado.
Y uno de los propósitos que tiene esa represión es que la inseguridad forme parte de nuestras vidas y que eso pueda crear cierto grado de parálisis y, además, le envíe una señal al resto de los ciudadanos para desestimularlos a que participen en actividades opositoras porque esto les pudiera acarrear una carga mayor de dificultades.
¿Ha sentido miedo alguna vez por integrar la disidencia?
El miedo es algo inherente a los seres humanos, es un mecanismo de defensa. Hay que aprender a controlar al miedo y no dejar que se transforme en pánico. Hay que asumir los riesgos, desarrollar precauciones para reducir la posibilidad de daño, lo que es imposible del todo.
Creo que cuando uno está convencido como estamos nosotros, lejos de amedrentarnos, esto le da a uno cierta energía para continuar y decir “yo necesito seguir luchando por que nuestro país cambie”. Es increíble que las personas sean perseguidas por opinar, por decir lo que pensamos.
Creo que cuando uno está convencido como estamos nosotros, lejos de amedrentarnos, esto le da a uno cierta energía para continuar
Antes decía que a veces los opositores son detenidos cuando se desplazan. ¿A usted lo han detenido alguna vez?
En Cuba si te descubren en alguno de estos viajes o al salir de la vivienda o de la localidad donde uno está, te secuestran en la calle o en el bus y te llevan para un sitio desconocido y puedes estar allí durante horas. Después, generalmente, liberan a uno muy lejos del sitio donde vive o hacia donde se dirigía.
Usan empujones, cacheos, buscando los teléfonos, medios de grabación, propaganda, documentos específicos. Todo eso es rápidamente confiscado la mayoría de las veces, lo cual tiene el marcado propósito de entorpecer lo que nosotros hacemos.
¿Su situación como opositores ha mejorado?
Las cosas continúan igual para la oposición en términos generales. Se mantiene el nivel represivo, la intolerancia del régimen a la diversidad. Sólo sus colaboradores tienen oportunidad de expresarse. No hay apertura política en ningún sentido.
¿Qué fuerza tiene ahora mismo la oposición al castrismo? ¿Y hay unidad entre opositores?
La oposición en Cuba es diversa, como es de esperar. Viene a reflejar esa diapasón de tendencias, pero sin lugar a dudas que todos estamos unidos en lograr un Estado de derecho. Hay que considerar algo muy importante. En los países donde existe un régimen totalitario, una persecución intensa, los partidos políticos y disidentes no son numerosos, que tengan cientos de miles de afiliados, por la represión. Pero se impulsan proyectos que se engranan y todos persiguen ese mismo objetivo.
¿Tienen ustedes una hoja de ruta para el futuro? Ustedes impulsaban el llamado 'Proyecto Varela', un referendo por el que el pueblo cubano apoyaría la convocatoria de elecciones y la protección legal de derechos y libertades individuales.
El 'Proyecto Varela' es el paradigma que marcó al Movimiento Cristiano Liberación. Por supuesto, no es sólo del Movimiento Cristiano Liberación, pero es el que más lo impulsó. Inclusive, recientemente, se entregaron un total de más de 35.000 ciudadanas.
Actualmente, se presentó a la Asamblea Nacional del Poder Popular en Cuba una iniciativa que se llama 'Un cubano, un voto', que está fundamentada en que la ley electoral en Cuba no permite que esos ciudadanos sean elegidos o puedan elegir de manera libre. Además se quiere llamar la atención sobre que todos los cubanos, de dentro y fuera de Cuba, tengan la oportunidad de participar en esas futuras elecciones en nuestro país. O sea, que haya una nueva ley electoral moderadamente democrática que permita la participación ciudadana real sin mediación de los mecanismos de control del régimen.
¿Tiene esperanza de que salga adelante?
Estamos trabajando en eso. Se la estamos presentando al pueblo de Cuba, a otras organizaciones disidentes, a amigos, a partidos del exterior. [La propuesta] salta a la luz porque hay rumores de que el Gobierno va a presentar una nueva ley electoral en 2018. Entonces, consideramos muy importante que esa ley contemple aspectos básicos de democracia real para poder participar en ella y que no sea una farsa.
¿El deshielo de las relaciones con Estados Unidos ha provocado algún cambio sustancial en la isla?
Lamentablemente, mucha gente en el mundo pensaba -y otros todavía piensan- que el problema era la falta de entendimiento entre el Gobierno cubano y el Gobierno norteamericano. Pero es que el problema de los cubanos es otro: la falta de derechos, la existencia de un Gobierno totalitario que reprime a su pueblo. Por eso, que Estados Unidos haya iniciado un proceso de normalización de sus relaciones con el Gobierno cubano, en la práctica no puede ni ha logrado realmente un cambio sustancial de ningún tipo.
Entonces, ¿se está produciendo una apertura económica sin apertura política? ¿O la apertura económica es sólo una apariencia?
Hablar de apertura económica en un país donde no existe reconocimiento de la propiedad privada, donde no existe protección legal de ningún tipo, es algo muy utópico, muy irreal. Hay quien ha defendido la tesis, empezando por el mismo Obama, de que esa penetración económica llevaría a cambiar a la sociedad cubana y llevarla hacia una democracia. No hay nada más falso que eso. Han ocurrido cambios económicos en muchos países y son tan represivos o más que antes, porque lo que han hecho es fortalecer el aparato estatal.
Hay quien ha defendido la tesis de que esa penetración económica llevaría a cambiar a la sociedad cubana y llevarla hacia una democracia. No hay nada más falso que eso
¿Y qué deberían hacer las autoridades estadounidenses al respecto?
Yo no sé lo que debería hacer el Gobierno norteamericano. Sí sabemos lo que tenemos que hacer nosotros los cubanos: seguir trabajando con nuestros pueblo en vista de ir preparando nuestro futuro y que nos competen a nosotros los cambios. Realmente, hasta ahora las cosas que han hecho no sólo los norteamericanos sino otras democracias, no digo que sean totalmente malas, pero sí un tanto desatinadas, al menos desde la visión nuestra.
La Comisión Europea está a punto de presentar su acuerdo para la cooperación y el diálogo con Cuba. ¿Qué espera de él?
No espero mucho. Soy escéptico. No es la primera vez que se hacen estos acuerdos. No quiero decir que si ocurre algo bueno lo vamos a desestimar, bienvenido sea. Lo único que puedo decir es que ojalá ese acuerdo sea efectivo y que pueda presionar y arrancarle compromisos puntuales de respeto a los derechos humanos más elementales.
¿La llamada “posición común” de la Unión Europea hacia Cuba que impulsó el Gobierno de José María Aznar le parecía correcta?
No es que sea lo correcto. Eso ocurrió en un momento determinado en que hubo un encarcelamiento masivo de opositores. No apostamos por el aislamiento, pero sí por el condicionamiento de la cooperación económica a compromisos serios de respeto a los derechos y libertades. Si se aísla mucho al régimen les sirve como un pretexto para decir “los malos no somos nosotros, los malos son ellos”.
Si se aísla mucho al régimen les sirve como un pretexto para decir “los malos no somos nosotros, los malos son ellos”
¿Hay posibilidad de un cambio real desde dentro de Cuba?
Siempre existe la posibilidad del cambio. Y es de dentro, porque desde fuera no sería un cambio real.
¿Tienen prevista alguna manifestación u otro mecanismo para presionar al Gobierno?
En Cuba es verdad que no se han dado esas manifestaciones masivas, porque para eso necesitamos el apoyo del pueblo. Sólo la oposición aislada no puede realizar de manera efectiva ese tipo de presión. Pero no descartamos que eso pueda ocurrir en un momento determinado. Sobre todo porque el pueblo de Cuba está despertando.
¿Hay muchos cubanos descontentos con el régimen?
Sí, muchos cubanos. Y no sólo de cubanos de a pie, sino de personas que pueden pertenecer a la nomenklatura del régimen, inclusive, miembros del Partido Comunista que están descontentos con el rumbo que han tomado las cosas. ¿Por qué? Porque estamos viviendo una transición hacia una especie de capitalismo estatal.
Es un proceso acumulativo de muchos años de insatisfacciones que se traduce en que cada día más ciudadanos asumen una actitud de enfrentamiento a la actual política del régimen y a la intención que tienen ellos de perpetuarse en el poder.
Y cuando ya no esté Fidel Castro, ¿qué cree que sucederá?
Para mí la participación de Fidel Castro en la vida política de Cuba ya no existe. De todas formas, ellos están preparando el continuismo porque quieren conservar el poder, que lo puedan lograr o no ya es otra cosa. Van a tratar que esta sucesión tenga un matiz diferente, quizás, por eso se está hablando de una nueva ley electoral, de transformaciones que de alguna manera puedan sustentar la idea de que está ocurriendo cambios pero sí es lo mismo.
¿Habrá que esperar mucho para ver un cambio profundo en Cuba?
Nada permanece inamovible. Cuba está cambiando, está cambiando la sociedad. Pero bueno que ocurra un cambio radical es poco probable a corto plazo, aunque no se puede descartar nada.