El papa Francisco recibió al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en una audiencia privada en el Vaticano para abordar el conflicto que vive el país este lunes.
En un comunicado, la Santa Sede señaló que el encuentro se produjo "en el marco de la preocupante situación de crisis política, social y económica que el país está atravesando y que está teniendo graves repercusiones en la vida cotidiana de toda la población".
La reunión entre el pontífice y Maduro no tardó en tener consecuencias prácticas: tanto el presidente venezolano como la coalición opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) dieron su brazo a torcer para iniciar un diálogo.
"Hemos conversado en reunión privada muy exitosa y me voy bendito y llevo bendiciones para el pueblo de Venezuela, y además hoy mismo se ha instalado la mesa de diálogo", anunció Maduro al salir de su encuentro en el Vaticano al canal estatal VTV, recoge Efe.
"[El Papa] ha deseado continuar ofreciendo su contribución (...) y ayudar a resolver las cuestiones pendientes y a crear mayor confianza entre las partes", explicó el Vaticano.
Asimismo, el Vaticano afirmó que el Papa "ha invitado a emprender con valentía el camino del diálogo sincero y constructivo, para aliviar el sufrimiento de la gente, en primer lugar de los pobres, y promover un clima de renovada cohesión social, que permita mirar con esperanza al futuro de la nación".
La reunión tuvo lugar después de que la semana pasada se paralizara el proceso para revocar a Maduro del poder a través de las urnas y se prohibiera la salida del país sudamericano a ocho opositores. La oposición calificó la interrupción del referendo como un "golpe de Estado".
Nueva etapa con el Vaticano
Pero ahora que el Vaticano se ha ofrecido a ejercer como mediador entre el chavismo y la oposición, la MUD ha replanteado su premisa de no iniciar el diálogo mientras no se celebre el referéndum.
Unas horas después de la reunión de Francisco con Maduro, la coalición opositora anunció en un comunicado estar dispuesta a iniciar las conversaciones con el Gobierno, siempre que sea en Caracas y "de cara a la opinión pública". La MUD reconoció que tomaba esta decisión "ante los anuncios hechos por Monseñor Emir Paul Tscherrig, representante personal del Papa Francisco" en la capital venezolana.
En paralelo, continuará sus protestas y programa previsto. Así, mantiene la convocatoria de la masiva manifestación para el miércoles 26 de octubre y la sesión parlamentaria de este martes 25 en la que la mayoría opositora "iniciará el proceso de evaluación de la responsabilidad política de Nicolás Maduro en la crisis".
"Que la presencia del representante del Papa en Venezuela se produzca precisamente cuando el régimen secuestra judicialmente el referendo revocatorio (...) nos da fuerza y respaldo en esta nueva fase de la lucha", indica el comunicado de la oposición.
Tscherrig anunció que el diálogo comenzará el 30 de octubre en la isla Margarita tras reunirse con representantes de ambas partes. Pero el antiguo candidato presidencial de la oposición y uno de sus principales líderes, Henrique Capriles, mostró el lunes su descontento por el anuncio, del que ha asegurado no saber nada con antelación y que no se corresponde con la realidad.
"Yo estuve leyendo, con el mayor respeto, una declaración que dio el nuncio de Argentina, y yo le quiero decir, con mucho cariño, con mucho afecto, que esta declaración habla de una situación que no existe en Venezuela", dijo Capriles a través de las redes sociales en Periscope antes de que la MUD emitiera su comunicado en el que daba cabida a la manifestación del miércoles -que reivindicaba Capriles, entre otros-.
A pesar de su enfado, Capriles admitió que la alianza opositora atenderá al llamamiento de la iglesia católica porque es una institución que respeta.
Este lunes el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, el opositor Henry Ramos Allup, había informado de que varios representantes del antichavismo se reunieron el domingo con un enviado del papa Francisco para tratar la posibilidad de iniciar un diálogo político.
A la reunión asistió también el el nuncio de la Iglesia Católica en Venezuela, Aldo Giordano, así como los expresidentes designados por la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para estos asuntos.
Se sabe que el español José Luis Rodríguez Zapatero y el panameño Martín Torrijos están en Venezuela, pero se desconoce si el otro miembro del equipo de acompañantes de la Unasur, el expresidente de República Dominicana Leonel Fernández, se encuentra en Caracas.
El verano pasado el presidente de Venezuela suspendió una visita al Vaticano "por recomendación médica". El mismo día en que interrumpió su viaje, los opositores organizaban una vigilia para pedir que el pontífice intercediera en la crisis venezolana.