El primer menor forzado a ingresar en las filas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fue Enrique Ríos, con 17 años, en el departamento del Meta (centro), según la Fiscalía General colombiana. Un informe presentado el pasado mayo por esta entidad contabilizaba más de 11.500 menores reclutados por la guerrilla entre 1975 y 2014.
Hoy, con el acuerdo de paz entre Gobierno e insurgentes ratificado y en fase de implementación, todavía queda un número indeterminado de niños en el grupo armado, una situación que el propio Ejecutivo califica de “inaceptable”.
“No le puedo decir que tengamos una cifra de cuántos menores hay; para serle franco, no creo que las mismas FARC sepan con precisión cuántos menores tienen en sus filas”, dijo la semana pasada el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, a la radio RCN. “Lo que sabemos es que hay un número muy importante de hombres de las FARC que entraron como menores y que aún a día de hoy hay muchos menores de 18 años”.
El pasado mayo, el Gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla anunciaron un pacto para la desmovilización de los niños soldado mediante el cual las FARC se comprometían a liberar a los menores de 15 años en sus filas y garantizar la salida progresiva de todos los reclutas menores de edad. Además, acordaron que los jóvenes serían considerados víctimas del conflicto y que aquellos de menos de 14 años quedarían blindados de responsabilidades penales.
Las FARC, sin embargo, sólo han entregado a 13 jóvenes. Fue el pasado septiembre, poco antes de la firma del primer acuerdo de paz -que luego sería derrotado en las urnas- con la cooperación del Comité Internacional de la Cruz Roja y Unicef.
En este sentido, Jaramillo señaló que el grupo armado está “en deuda con el país”. “No se han movido con la celeridad con la que lo deberían haber hecho y así se lo hemos dicho”, aseveró. El alto comisionado para la Paz explicó se trabaja en un nuevo programa de reincorporación para todos los menores en manos de la guerrilla.
Unicef Colombia ha reaccionado hoy a la polémica agradeciendo el interés de “todos los sectores de la sociedad” por los menores que permanecen en las FARC y llamando a proteger a niños y adolescentes del conflicto armado.
“Unicef reitera que ningún niño debe ser parte de ningún tipo de conflicto ni violencia y exhorta al país a que se continúe avanzando en la puesta en marcha de medidas de construcción de confianza de carácter humanitario (…) muy especialmente con celeridad en lo que respecta a los compromisos respecto a la salida de menores de los campamentos”, ha declarado el responsable de Unicef en Colombia, Roberto De Bernardi.
“Asimismo, Unicef Colombia reitera su disposición, tal y como lo ha hecho hasta ahora a lo largo de todo el proceso de paz, de apoyar el restablecimiento de derechos de todos los niños, niñas y adolescentes que vayan a salir de las FARC-EP”, afirma.
La oposición colombiana también ha insistido en las críticas al problema de los menores reclutados por la guerrilla. De hecho, una abogada del Centro Democrático de Álvaro Uribe presentó hace una semana una petición ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA para obligar a las FARC a devolver a los jóvenes.
El problema del reclutamiento de jóvenes con fines militares ha golpeado duramente Colombia. El Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) atendió entre 1999 y el pasado septiembre a unos 3.500 menores que se habían desvinculado de las FARC.
El citado análisis de la Fiscalía concluye que la mitad de los reclutamientos de las FARC se realizaron obligando o engañando a los menores y señala al jefe negociador de la guerrilla, Iván Márquez, como uno de los principales reclutadores.
En 2015, las FARC se comprometieron a no reclutar a más menores de 17 años y el año pasado a menores de 18.