Maduro quiere una nueva Constitución a su medida y la oposición llama a "rebelarse"
El presidente venezolano convoca una nueva Asamblea Nacional Constituyente “para garantizar la paz”; con eso derogaría el texto que abanderó Hugo Chávez en 1999.
1 mayo, 2017 23:08Noticias relacionadas
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“Pido a Dios sus bendiciones, a nuestros libertadores que me iluminen, al espíritu de Chávez que nos guíe”. Ese fue el preámbulo que el presidente Nicolás Maduro utilizó antes de anunciar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en Venezuela. “Es la hora, es el camino. No dejaron más alternativa”.
Con este paso Maduro pretende poner fin a la Constitución de 1999, principal proyecto político del fallecido Hugo Chávez, su mentor y padre de la “revolución bolivariana”. El mandatario venezolano ha sido acusado recientemente por sus adversarios de violar el texto constitucional y convertirse en un dictador. Esta jugada es catalogada por la oposición como un “gran fraude”.
Un movimiento "desesperado"
Para el analista Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, el movimiento del chavismo en el poder “es de alto riesgo” y “desesperado”, ya que el anuncio puede provocar un conflicto mayor al ya existente.
Desde que a principios de abril la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de inclinación oficialista, decidiera arrebatar las principales atribuciones legales al Parlamento, de mayoría opositora, el país ha sido escenario de protestas populares que han dejado como saldo tres decenas de muertos, centenares de heridos y más de mil detenidos, según datos del Ministerio Público.
“Maduro ha dado un paso cuya única lectura es la decisión de ir hasta el final de las consecuencias de mantener el poder por la fuerza”, ha escrito Seijas, quien cree que las protestas han obligado a que el Gobierno se quite las caretas.
Maduro acusa a la oposición de negar el diálogo
Durante su anuncio Maduro acusó a la oposición de no querer dialogar, de desestabilizar al país, y por ello aseguró que ha sido obligado a llamar a una “Constituyente originaria”. “Ellos decidieron arremeter, activar un golpe de Estado continuado y por la vía de la violencia callejera llenar de muerte al país”, dijo ante sus seguidores en la avenida Bolívar de Caracas, durante los actos del 1 de Mayo.
El líder del Partido Socialista Unido de Venezuela asomó que su propuesta estará integrada por unos 500 constituyentes, de los cuales la mitad serán electos “a nivel sectorial” por las comunas, consejos comunales, los sindicatos, estudiantes y distintos grupos sociales. “El pueblo va a elegirlos por voto directo”. A “nivel municipal” serán elegidos los restantes “líderes del pueblo en las comunidades”.
Estas condiciones han encendido las alarmas en la disidencia. El diputado opositor Henry Ramos Allup expresó que no puede haber Asamblea Constituyente “sin bases comiciales aprobadas por votación universal, directa y secreta por todos los electores”.
Molestias en el chavismo
Dentro del chavismo el anuncio también ha causado molestia. Nícmer Evans, dirigente de Marea Socialista, aseguró que con la iniciativa presidencial se suspende todo el Estado de derecho y es una “clara traición al pueblo”: “¡Es la muerte del proyecto chavista desde el Gobierno!”.
El abogado Hermann Escarrá participó en la redacción de la Constitución de 1999 y hoy es uno de los principales asesores de Maduro. En declaraciones a Venezolana de Televisión, el canal del Estado, dijo que la Constituyente no disuelve a los poderes constituidos y ambos pueden “coexistir” y esbozó la tesis oficial: “La ANC es el diálogo mayor entre partes que hoy parecen irreconciliables”.
Pero José Ignacio Hernández, jurista y profesor universitario, cree que el Ejecutivo ha convocado “un fraude constitucional que profundiza el golpe de Estado”. Él asegura que hay indicios para concluir que se pretende “simular un proceso constituyente” para lograr la elección de un “órgano subordinado” que le garantice a Maduro tener el control sobre la asamblea que resulte designada.
Agrava la crisis
Julio Borges, presidente del Parlamento, de mayoría opositora, había advertido el pasado domingo que el Gobierno intentaba consolidar un golpe con una “Constituyente comunal”, que en su opinión agravará la actual crisis en Venezuela que abarca lo político e institucional, pero también lo económico.
“Cualquier paso para convocar una Constituyente comunal no es otra cosa que la continuación del golpe de Estado que se vive en Venezuela”, dijo Borges y después hizo un llamado a la Fuerza Armada a que se convirtiera en “guardián de la democracia” ante “el momento difícil” que vive Venezuela.
La opositora Mesa de la Unidad Democrática, en voz de Borges, ha pedido a los venezolanos que se declaren en rebeldía ante la dictadura. También ha pedido a la Fiscalía General de la República, a los jueces del Tribunal Supremo de Justicia y demás integrantes de los poderes públicos que se desmarquen de la “medida dictatorial” anunciada por Maduro.
Freddy Guevara, primer vicepresidente del Parlamento, ha enumerado las próximas acciones a tomar: cacerolazos, una tranca de las principales calles y avenidas del país, la convocatoria de una sesión parlamentaria de urgencia y una gran manifestación para el próximo miércoles.