Ocurrió el 6 de abril, en Nuevo León, al norte de México. El Hospital General de Sabinas Hidalgo, a 100 kilómetros de Monterrey, la capital del estado, apareció en la mañana con daños en puertas y ventanas causados por fuego. En la madrugada, algunos vecinos acudieron e intentaron incendiarlo. ¿El motivo? Este nuevo centro será operado por militares para atender a pacientes contagiados por coronavirus.
Algo parecido ocurrió en Axochiapan el primer día del mismo mes, en el estado central de Morelos, donde varios vecinos amenazaron con incendiar el Hospital General Dr Ángel Ventura Neri debido a que iba a atender a pacientes de coronavirus. “Si no hay respuesta de un hospital para lo poquito que atienden, van a poder atender a una contingencia de este vuelo”, se escucha razonar al que parece uno de los líderes de la turba, que oye de fondo “los quemamos”, “yo me encargo de quemarlo” o “hay que hacer bombas molotov”.
No han sido solo estos dos casos. Mientras en otros países aplauden a los médicos y enfermeras, en México, desde el 27 de marzo han registrado en prensa ya casi una veintena de ataques y agresiones a personal sanitario e instalaciones médicas. Con ya más 3.000 enfermos confirmados y frisando los 200 muertos por la pandemia, Hugo López-Gatell, el epidemiólogo que está liderando la respuesta gubernamental al coronavirus, dedicó unos minutos a pedir a la población que, además de quedarse en casa, por favor dejasen en paz a los médicos.
“Habían sido casos, se podría decir aislados, pero todos ellos son indignantes, son lamentables. Y lo que muestran es un fenómeno que es natural pero de ninguna manera justificable, que consiste en que el miedo produce reacciones irracionales, produce reacciones que no tienen ningún sentido, ningún fundamento”, dijo en una conferencia de prensa.
Otro funcionario de salud, Víctor Hugo Borja, director de Prestaciones Médicas del Instituto Mexicano del Seguro Social, comentó que han estado preocupados “por las agresiones, amenazas y actos discriminatorios contra el personal de la salud que atiende casos de Covid-19 en diversos estados del país”.
Enfermeras discriminadas y agredidas
Algunos ejemplos. En el estado de Jalisco hay reportes de que al menos seis enfermeras fueron agredidas en la calle por ciudadanos que pensaban que podían ser portadoras del coronavirus. En Sinaloa, un hombre lanzó lejía a otra enfermera. En San Luis Potosi, una enfermera más fue agredida por dos menores y su madre, que le dijeron “es Covid, no te nos acerques”, le arrojaron al suelo y le fracturaron dos dedos.
En Yucatán, a un enfermero, mientras esperaba el autobús, le lanzaron huevos desde una motocicleta. En Oaxaca, un funcionario público infectado, tras ver que el personal médico no le daba un trato preferencial, comenzó a escupir a médicos y enfermeras.
Además hay varios reportes por el país de que bajan a los profesionales sanitarios del transporte público y la Comisión Interinstitucional de Enfermeras del Estado de Jalisco ha recomendado a sus representadas a “vestir de civil” en la calle para evitar las agresiones. Aunque es cierto que en un país de 130 millones los casi 20 ataques registrados son pocos, la media es de más de uno al día.
En este contexto, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, un órgano que gestiona quejas relacionadas con tratos discriminatorios en el país, ha registrado desde el 19 de marzo 32 quejas relacionadas con el coronavirus, principalmente en los rubros de “Insultos, burlas, amenazas o maltratos”, “Obligación de ir trabajar”, “Obligación de trabajar estando en situación de riesgo” y “Hostigamiento laboral”. Es necesario aclarar que solo son una pequeña porción y muestra de lo que puede estar pasando en el país, ya que el Consejo no es conocido por gran parte de la población.
México, en cualquier caso, no es el único país latinoamericano donde se ha registrado discriminación al personal médico. En Buenos Aires, la capital de Argentina, se hizo viral un cartel en un ascensor en el que pedían a una sanitaria que vivía en el edificio que no saliese de su casa. Según reportes de prensa, hay carteles similares en decenas de inmuebles. En Colombia, las denuncias se basan principalmente en discriminación en el transporte público, donde algunos chóferes no dejan acceder a los sanitarios; hay reporte de que en Cali pidieron a un médico que abandonara su vivienda por miedo al virus.
Ante las denuncias, el presidente de Colombia, Iván Duque, dijo en la radio pública que quien discrimine a los médicos “no solamente debe tener una gran sanción social, sino además económica”. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, en su conferencia de prensa diaria, comentó: “tienen los trabajadores de la salud todo nuestro reconocimiento, nuestra admiración, nuestro respeto, todos les agradecemos mucho”. El tema de hablar de las agresiones se lo dejó a sus subalternos.