El presidente español Pedro Sánchez, visitará Argentina este martes y miércoles y se reunirá con su homólogo, el peronista Alberto Fernández, que hace menos de un mes estuvo en la Moncloa. Se prevé que firmen un plan de acción que relance la llamada "asociación estratégica" de ambos países, en el marco del proyecto oficial de Internacionalización de la Economía Española 2021-2022.
España es el segundo mayor inversor en Argentina con 9.863 millones de euros, sólo por detrás de Estados Unidos (EEUU). Y en Argentina vive la más numerosa comunidad española fuera de la península: medio millón de ciudadanos nativos y descendientes.
El país al que Sánchez viaja por primera vez en visita oficial atraviesa una situación crítica. La pobreza asciende a niveles récord, la economía lleva tres años en depresión, y las cuentas públicas, en quiebra. Los inversores españoles afrontan varias trabas operativas, desde congelamiento de tarifas hasta prohibición de repatriar utilidades. ¿Qué nueva inversión española prosperará en ese escenario?
La última medición oficial de la pobreza, del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), arrojó a finales de 2020 que el 45,2% de los argentinos se hundió en esa situación. Son nada menos que 20 millones de los 45 millones de habitantes. El drama social alcanza picos del 57% en el cinturón urbano de Buenos Aires. Y entre los niños es peor: el 63% son pobres.
"Comparado con 2019, ahora hay casi tres millones más. Son los nuevos pobres que se cayeron del sistema, en general trabajadores por cuenta propia y empleados informales. Estaban relativamente incluidos con un trabajo estable pero perdieron esa condición", detalla Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social, de la Universidad Católica Argentina (UCA) a EL ESPAÑOL.
Cálculo de pobreza
La pobreza se calcula por la valoración de los ingresos de toda la familia en referencia a una cesta básica de la compra. Su valor alcanza el equivalente en pesos a 340 euros, pero el salario mínimo apenas llega a 126 euros. La brecha entre los precios y los ingresos de las familias se agiganta día a día, con una inflación que con un 36% de subida en 2020 destrozó el poder adquisitivo.
Además, hay un núcleo duro de necesitados que persiste con el paso de los gobiernos sean del signo que sean. Salvia explica que se trata de "10 millones de argentinos que hace más de 20 años que son pobres y que van seguir reproduciendo esa situación, básicamente, porque dependen de programas sociales. Son subsidios del Estado no para la inclusión social sino sólo para la seguridad alimentaria".
Cualquier turista que pasea por Buenos Aires se asombra de las familias con niños y gente sola que duermen en las calles, poniéndose al resguardo en soportales, plazas y debajo de autovías, tal y como muestran las fotografías que ilustran este reportaje. En 2019 había 7.250 personas viviendo en la calle, según el censo realizado por diferentes ONG, pero se calcula que con la pandemia de la Covid-19 esa cantidad se ha duplicado.
"En Argentina por mucho que la economía creciese el 5% ó el 6%, como ocurrió en la primera década de este siglo, existe una franja de la población que va a seguir siendo pobre porque las condiciones del mercado no les permiten salir", subraya Salvia. "La falta de demanda de empleo y la inflación consolidan una pobreza estructural del 25% de la población", añade.
La subida permanente del IPC, especialmente de los alimentos, también colabora a hundir a más gente en la base de la pirámide social. En 2020, el IPC se disparó al 36% anual, ubicando a Argentina entre los países con mayor inflación del mundo, junto a Venezuela, Zimbabue, Surinam y Sudán. Este año irá peor y los precios se elevarán al 40 ó 50%, según proyecciones privadas.
Salvia atribuye la indigencia a que "la ecuación del modelo económico no cierra porque las divisas que se obtienen de las exportaciones no se reinvierten en el mercado interno: se calcula que hay 300.000 millones de dólares en paraísos fiscales o en el colchón". A su juicio "es necesaria una política estratégica capaz de generar un proyecto de desarrollo. Eso sólo puede hacerlo una nueva coalición política y económica".
Enésima crisis
Muy atrasada en ello, Argentina atraviesa su enésima crisis económica. No puede afrontar su deuda pública, equivalente al 103% del PIB. Sólo con el FMI suman 44.000 millones de dólares y con el Club de París, 2.400 millones de dólares, de los cuales 160 millones se los adeuda a España. El Gobierno de Fernández negocia la postergación de los vencimientos 2021 para esquivar una nueva cesación de pagos.
Así, el país se encuentra técnicamente quebrado y en depresión. La actividad lleva tres años de caída: en 2018, -2,01%; 2019, -2,24%; y en 2020, con la parálisis y la cuarentena de siete meses por la pandemia de la Covid, se desplomó un -9,9%, la mayor caída del PIB de Argentina en los últimos 20 años desde la crisis del "corralito" bancario. Aunque para este año el FMI prevé una recuperación del 5,8%.
A esa cruda realidad se asomará Sánchez, que el 26 de mayo lanzó el III Plan de Acción para la Internacionalización de la Economía Española 2021-2022, en un acto en el ICEX España Exportaciones e Inversiones. Allí detalló que el plan "incorpora 200 millones de euros procedentes de fondos europeos en apoyo a nuestras empresas en el exterior, especialmente pequeñas y medianas empresas”.
Los inversores españoles están agrupados en la Cámara Española de Comercio en la República Argentina (CECRA) son en torno a 200. Van desde bancos como el Santander y BBVA, a grandes empresas como DyCasa, Telefónica o Indra, hasta compañías más pequeñas asimilables a las pymes. La mayoría desembarcó en la década de los 90, cuando Argentina abrazó el neoliberalismo a ultranza.
En tres décadas de andadura han vivido casi todas las experiencias posibles. Desde épocas de bonanza hasta expropiaciones de, por ejemplo, los fondos de pensión al BBVA; las acciones de Repsol en Yacimientos Petrolíferos Fiscales; y los títulos de Aguas de Barcelona en AySA, hasta los vaivenes de la economía argentina, que en las tres últimas décadas ha oscilado de un extremo al otro entre gobiernos neoliberales y estatistas.
Proteccionismo
El principal obstáculo actual para las empresas españolas es la traba en la repatriación de utilidades a las casas matrices. El Banco Central impuso limitaciones al acceso del mercado de divisas para cambiar los pesos argentinos en euros. "No hay posibilidad de girar euros porque las empresas extranjeras tienen prohibido sacar divisas del país", explica a EL ESPAÑOL el portavoz de una de las compañías españolas inversoras.
En ese sentido, el ICEX opina que "la llegada al poder de un Gobierno proteccionista, en principio, y los daños de la Covid después, no han sido buenas noticias" para las relaciones Madrid-Buenos Aires "si bien se mantienen muy fluidas a nivel de presidentes y ministros de Exteriores". "La oferta comercial española es bien valorada por los argentinos, pero actualmente se enfrenta a importantes barreras proteccionistas", puntualiza.
Las empresas de servicios públicos volvieron a padecer el congelamiento de tarifas con el Gobierno peronista de Fernández, que repitió esa restricción que había regido en las tres anteriores administraciones Kirchner (2003-2007/2007-2011/2011-2015). El portavoz de una de aquellas compañías confesó a EL ESPAÑOL: "Nuestra empresa hace 11 años que no reparte dividendo". Recientemente el gobierno de Fernández autorizó subir hasta el 6% las tarifas.
Más allá del proteccionismo y las regulaciones, en general los inversores españoles valoran favorablemente la visita de Sánchez a Buenos Aires y se ilusionan con la mejoría del clima de los negocios. "La visita refuerza y profundiza el diálogo que ya existía, eso siempre es bueno, y ojalá los presidentes puedan decir cosas con mensajes positivos", señala el representante de una compañía española a EL ESPAÑOL.
Pedro Sánchez viajará el jueves a Costa Rica, donde participará en las celebraciones del aniversario del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) junto a otros nueve presidentes. La agenda de Sánchez incluye anuncios de solidaridad financiera y técnica con el drama de los desplazamientos forzosos de poblaciones y migraciones entre países de la región.