El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, carga una estatua religiosa mientras llega a Nueva Esparta.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, carga una estatua religiosa mientras llega a Nueva Esparta. Reuters

América

Amañar papeletas, cerrar bares y encarcelar a opositores: los obstáculos de Maduro en Venezuela

Un pequeño restorán fue clausurado por el régimen, después de que sus trabajadoras atendieran a la líder opositora, María Corina Machado.

28 mayo, 2024 02:22

El tiempo corre más veloz en Venezuela. Las elecciones presidenciales del 27 de julio mantienen en vilo a toda su población. El régimen, aferrado al poder desde hace más de veinticinco años, no quiere perder su posición de dominio tan fácil. Un sinfín de restricciones y obstáculos ha impuesto a la oposición para hacerle cada día más cuesta arriba su intención de acabar con la dictadura y dar inicio a una transición democrática. Pese a lo anterior, las esperanzas no se desvanecen. El candidato Edmundo González Urrutia, acompañado de la líder más popular del país, María Corina Machado, permanecen visitando cada rincón del país en búsqueda de lo imposible. 

Los esfuerzos por tener unas elecciones libres y competitivas no cesan por más que Nicolás Maduro despierte cada mañana con una nueva 'jugarreta'. El régimen, deslegitimado nacional e internacionalmente a más no poder, está tomando todas las medidas necesarias para impedir que millones de votantes puedan acudir a las urnas durante esa jornada. Sumado a eso, ha invertido toda su creatividad para que, por medio de la justicia, se inhabiliten a candidatas con arraigo popular. Candidatas, que a ojos de la dictadura, representan una verdadera amenaza.

Nada es sorpresa. Desde el año 2002, cifras ofrecidas por la ONG Acceso a la Justicia, revelan que el chavismo ha inhabilitado para ejercer cargos públicos a 1.400 ciudadanos. Es esa estrategia de neutralización a cualquier disidencia la que terminó por tumbar a Machado, inhabilitada de competir en las elecciones que se acercan. La líder opositora venció en las primarias con el 92% de los votos y no tenía en antecedentes verosímiles que pudieran sacarla de competencia. Aún así se le castigó.

María Corina Machado, líder de la oposición en Venezuela, en un acto de campaña.

María Corina Machado, líder de la oposición en Venezuela, en un acto de campaña. Reuters

Pese a todo, Machado, al igual que la gran mayoría de sus aliados políticos, no quieren que las elecciones se suspendan. Creen que esta vez, ahora sí que sí, existe una posibilidad real de desplazar a Maduro del poder e iniciar una democracia en Venezuela. Sólo el tiempo lo dirá.

Persecución política y confusión electoral

Fiel a su estilo, Maduro ha desplegado desde el inicio de su administración una maquinaria que busca sacar de competencia a todo aquel que pueda disputarle el poder. La historia con Machado comenzó en 2014, cuando la dirigente opositora fue destituida de la Asamblea Nacional por 'traición a la patria'. La razón de fondo: aceptar unirse a una delegación de Panamá para intervenir ante la Asamblea General de la OEA, en Washington (EEUU).

Esta vez la causa cambió, pero el destino fue el mismo. La justicia resolvió prohibirle postular a un cargo público desde septiembre de 2021 por haber sido parte de un supuesto acto de corrupción durante el gobierno interino de Juan Guaidó. Machado siempre defendió su inocencia y el régimen nunca pudo probar su culpabilidad. Fue ella, de hecho, quien sostuvo durante mucho tiempo su oposición a la estrategia de Guaidó, hoy exiliado en EEUU.

A su inhabilitación se suma la de su sucesora, la filósofa Corina Yoris. En este caso se trataba de una mujer de 80 años que nunca en su vida había ejercido un cargo público. La táctica chavista fue bloquear la página web de inscripción de candidaturas y enviar a policías a que corten el acceso al edificio del Centro Nacional Electoral (CNE).

No sólo la primera línea de la oposición ha sido hostigada, sino también sus filas. Tras una manifestación a fines de septiembre, tres individuos del equipo de campaña de Machado fueron primero desaparecidos y luego detenidos por la policía. Sus nombres: Ámbar Vásquez, Óscar Castañeda y Víctor Márquez. Todos ellos se suman a otros que han sido privados de libertad por su posición política, además de seis disidentes que permanecen refugiados en la embajada de Argentina en Caracas.

En los pequeños detalles también está el régimen. El día de las elecciones, el 'tarjetón' que verán los electores al momento de definir su voto, tendrá en 13 casillas el rostro de Nicolás Maduro. Cada uno de los partidos políticos intervenidos por la justicia contará con su figura. Para la candidatura opositora, dicha maniobra es un intento de confundir a la ciudadanía y aumentar las posibilidades de que el actual mandatario sea escogido.

Tarjetón de las elecciones de Venezuela. Maduro aparece en 13 casillas.

Tarjetón de las elecciones de Venezuela. Maduro aparece en 13 casillas. CNE Venezuela

Obstáculos en el extranjero 

En medio de la crisis política, económica y social de Venezuela, muchos ciudadanos han decidido emigrar al extranjero en busca de una mejor calidad de vida. Maduro lo sabe bien y ha emprendido también un conjunto de acciones en esa línea. De los ocho millones que en estos momentos viven en el exterior, sólo cinco tienen derecho a votar. De esa suma, la gran mayoría está teniendo problemas para inscribirse en el padrón.

Muchos de los consulados extranjeros cuentan con pocos empleadores, lo que hace interminables las filas para quienes asisten con la ilusión de acreditar su derecho a voto. A eso se suma lo que ocurre en Estados Unidos, país en el que vive la mayor comunidad venezolana fuera del país y que tiene quebradas sus relaciones diplomáticas con Venezuela. En una entrevista con el columnista de EL ESPAÑOL, Andrés Oppenheimer, Machado aseguró que diez millones de conciudadanos no podrán votar el próximo 27 de julio. El país, en su conjunto, tiene 28 millones de habitantes.

[La maniobra de Maduro para seguir en el poder de Venezuela: obstaculizar el voto en el extranjero]

Entre otros impedimentos, no podrá participar de los comicios todo aquel que viviendo en el extranjero no registre su dirección o no tenga sus papeles de legalidad completos y actualizados. Son miles los venezolanos que por un u otro motivo no han podido aprobar sus documentos. El plazo de inscripción, además, ya culminó.

En Colombia, país en el que el éxodo de venezolanos ha sido especialmente grande, el consulado de Bogotá exige que el documento de residencia permanente tenga una vigencia mínima de tres años y que se haya expedido con al menos un año de anticipación. Son pocos los que cumplen con una normativa que incluso en Venezuela no existe. Allí con disponer de cualquier sitio que valide tu legalidad es suficiente.

Una gran masa popular y menos socios

Pese a todo, la candidatura de González Urrutia, diplomático de 76 años de edad, se mantiene avanzando en modo optimista. Son miles los que acompañan al veterano por las calles de la capital y piden a voz firme un cambio en el poder político. En paralelo, la campaña avanza y ha conformado 15.000 'comanditos' que reúnen a ciudadanos comunes y corrientes que desean ser protagonistas de esta contienda inédita.

Otra de las causas del entusiasmo es la presión internacional. Socios ideológicos a Maduro en la región, como el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el de Brasil, Lula da Silva, han advertido al régimen que el proceso debe seguir un cauce democrático. Por su parte, instituciones como la Unión Europea (UE) y las Naciones Unidas (ONU), han manifestado el deseo de ejercer como observadores el día de la elección. Conforme avanzan los días, la convicción opositora es que le será cada vez más difícil al gobierno no reconocer una eventual derrota. 

[González Urrutia, el candidato opositor que desafía a Maduro en el poder de Venezuela]

Aún así, el régimen no descansa e insiste en actuar hasta en las situaciones más absurdas. El pasado miércoles se le castigó a unas mujeres propietarias de un local de alimentación por haber atendido y filmado a Machado. El restorán fue clausurado. El bloque antichavista ha decidido restarle importancia a las amenazas y a las presiones y seguir movilizándose en busca de apoyos que le acerquen a su objetivo. ¿Será esta la gran oportunidad?