Guillermo Francos, ministro del Interior y desde ahora jefe de gabinete del Gobierno de Argentina.

Guillermo Francos, ministro del Interior y desde ahora jefe de gabinete del Gobierno de Argentina.

América

Guillermo Francos, el jefe de Interior cercano al peronismo que asume el Gabinete de Milei

Abogado de profesión, Francos es conocido por su poder de persuasión y por ser capaz de moverse por todo el espectro ideológico de Argentina.

29 mayo, 2024 02:37

El gobierno de Javier Milei sufre remezones en el exterior y en el interior. Después de una semana marcada por su conflicto diplomático con la España de Pedro Sánchez, vivió su primer cambio sustantivo en sus filas. Guillermo Francos, ministro del Interior y cercano al peronismo, asumió la jefatura de gabinete en reemplazo de Nicolás Posse, quien hasta el momento era visto como el máximo aliado del presidente en la Casa Rosada. De esa manera, Francos, que ha colaborado en una serie de administraciones de distinto signo político, continúa escalando en el poder. 

Hábil para la negociación, el nuevo jefe de gabinete fue el encargado de llevar adelante el diálogo con gobernadores y congresistas para llevar adelante la Ley de Bases, también conocida como Ley Ómnibus. Pese a un primer rechazo, es a él a quien se le reconoce su reciente aprobación de parte de la Cámara de Diputados. Fue ese hecho, se atreven a decir algunos analistas del país sudamericano, lo que hizo que Milei aumentara su confianza en él y lo designara en su nuevo puesto. 

Es el más veterano del gabinete. Tiene 74 años y una trayectoria profesional dedicada a la política y a la gobernanza. De profesión abogado, colaboró en administraciones tan disímiles como la de Alberto Fernández, presidente anterior a Javier Milei, y la de Carlos Menem, un líder que se caracterizó por su programa liberal y de apertura internacional.

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Es alguien que conoce la 'casta', esa misma que Milei ha prometido combatir hasta eliminarla por completo. Es por eso que a más de uno le sorprendió que el ultraliberal lo haya posicionado en un puesto importante durante su campaña y que ahora lo tenga a su mano derecha mientras dirige el país. 

Fiel a su estilo, se adaptó rápidamente a la estrategia del líder de La Libertad Avanza y estableció como prioridad la propuesta de ajuste económico que le fue encomendada. Dialogó hasta el cansancio y ahora disfruta de una pequeña, pero relevante victoria política. Se le viene el Senado y será él, de nuevo, el encargado de conseguir una mayoría que ha sido esquiva.

Desde adentro

Es su poder de persuasión le reconocen muchos de sus cercanos, lo que lo ha movido por todo el espectro ideológico de Argentina. Su afinidad con el servicio público arranca en la Universidad del Salvador, donde además de recibirse como abogado, asumió la presidencia del Centro de Estudiantes. En una época marcada por la violencia y la inestabilidad en todas sus dimensiones, Francos se mantuvo en la primera línea. 

Su primer referente, Francisco "Paco" Manrique, le ofreció una oportunidad que no dudó en aceptar. En 1973, año en el Paco compitió contra el delegado de Perón, Héctor Cámpora, Francos se mantuvo trabajando arduamente en su campaña. El desenlace no fue el mejor, dado que su candidatura quedó en el tercer y último lugar con sólo 15 puntos porcentuales. El recién asumido jefe de gabinete recuerda haberse movilizado cada día en busca de firmas. Fue su primera gran experiencia cerca del poder.

La derrota no le desanimó, sino todo lo contrario. Su intención de seguir trabajando de cerca de los gobernantes sólo crecía en el paso de los días. Durante la misma década, ejerció primero como secretario en el Ministerio de Justicia del gobierno de Alejandro Lanusse, después como letrado en el tercer gobierno peronista y,por último, hasta 1985, como director del Instituto Nacional de Crédito Educativo en la dictadura militar.

Muchos años después, Francos continuaba activo. A fines de los 90' conoció a un hombre que le produciría un nuevo avance en su ruta profesional. Se trata de Domingo Felipe Cavallo, exministro de Economía de Menem y en ese entonces en medio de una disputa judicial con el empresario Alfredo Yabrán. El hasta ayer ministro del Interior no sólo le ofreció a Cavallo su asesoría legal, sino que lo acompañó en la fundación de Acción República, colectivo que permitió que ambos llegaran a la Cámara de Diputados.

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Después de haber dejado su condición de parlamentario de modo prematuro y de estar ejerciendo en el mundo privado algunos años (fue en ese lapso donde conoció a Milei), se asoció a Daniel Scioli en su candidatura presidencial en 2015. Francos dirigió la Fundación Acordar, una iniciativa que apoyaba a Scioli a la Casa Rosada. Scioli, que doce años antes, en 2003, hizo dupla con Néstor Kirchner en la elección presidencial.

De Fernández a Milei

Reconocido por sus pares como un 'hombre de Estado', al actual confidente de Milei le quedaba aún por atravesar. En el momento en que el expresidente trasandino, Alberto Fernández, asume la presidencia del país, Francos se alistaba para servir de representante argentino ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Su paso por el cargo se vio interrumpido por su convicción de sumarse al equipo de un economista de ideas disruptivas y retórica mesiánica, de nombre Javier Milei. 

Tras unos meses inundados de optimismo y algarabía, el candidato libertario vence a su contendor y exministro de Economía de Fernández, Jorge Massa. Si algo sabía Milei en ese entonces es que contaría con Francos para lo que venía. Según se piensa, el plan inicial del nuevo mandatario era ofrecerle la Cancillería. Sin embargo, después de pensarlo y cruzar opiniones, se decantó por designarlo en Interior, donde tendría mayor influencia. 

La decisión, al parecer, funcionó bien. Pero no fue suficiente. Francos fue el día de ayer nombrado jefe de gabinete. Desde que inició la actual administración no ha hecho más que escalar peldaños en el círculo de confianza del 'Loco'. Su desafío, eso sí, sigue siendo el mismo que tuvo cuando se desempeñaba como ministro del Interior: que la Ley de Bases se apruebe. Cueste lo que cueste.