Jordan Bardella, presidente de la RN, en un mitin político en Perpiñán, Francia.

Jordan Bardella, presidente de la RN, en un mitin político en Perpiñán, Francia. Reuters

Europa

El candidato de Le Pen dobla a Macron en las encuestas: posible triunfo histórico de los ultras el 9-J

Jordan Bardella, de 28 años y origen italiano, fue criado por una madre soltera en Saint-Denis, un suburbio donde abundan la inmigración y la delincuencia.

29 mayo, 2024 02:37

Salvo que todos los sondeos estén completamente equivocados, la extrema derecha francesa va camino de obtener una gran victoria en la elecciones al parlamento europeo del próximo 9 de junio. Los principales institutos demoscópicos sitúan a la lista de Agrupación Nacional (RN), el partido de Marine Le Pen, por encima del 30% de intenciones de voto. La lista centrista de los partidarios del presidente, Emmanuel Macron recogería entre el 16% y el 18%.

El último sondeo, llevado a cabo por IFOP y publicado el pasado jueves por Le Figaro, coloca la lista que encabeza Jordan Bardella en el 33% de votos. En el trabajo de Ipsos para Euronews, RN alcanza el 30,7% y en el que hizo esta misma empresa para Le Monde el 32%. Este trabajo, publicado por el vespertino el 30 de abril en colaboración con el Centro de Investigaciones políticos del prestigioso Sciences Po, aporta detalles muy interesantes por el tamaño de su muestra (10.651 personas) lo que reduce el margen de error a una horquilla entre 0,7 y 1,3. Es decir que la lista de la extrema derecha estaba entre 30,7% y el 33,3%.

De confirmarse en las urnas, el porcentaje de votos de la lista de RN sería el segundo mayor en unos comicios europeos en Francia. Sólo detrás del alcanzado por la lista de unión del centro y la derecha en 1984. Simone Veil encabezaba aquella candidatura que canalizó el descontento con las políticas netamente de izquierdas de los primeros años de gobierno del socialista François Mitterrand que incluyeron la nacionalización de bancos y otras grandes empresas y provocaron una brusca devaluación del franco, la moneda francesa anterior al euro.

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Mucha agua ha pasado bajo los puentes parisinos del Sena desde entonces, pero no ha cambiado la principal motivación de los franceses para votar en las elecciones al Parlamento Europeo: el cabreo contra el gobierno que, según Ipsos, motiva hoy al 43% de los votantes.

El avance de RN se asienta en dos otros pilares: el buen hacer de su candidato y la exitosa campaña de normalización de la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen. Fue ella quien apostó en 2019 por Jordan Bardella quien entonces tenía 23 años. Nieto de inmigrantes italianos, criado por una madre soltera en Saint-Denis, un municipio vecino a París donde abundan la inmigración y la delincuencia, Bardella empezó pegando carteles a los 17 y ahora es el presidente del RN por votación de la militancia del partido. En las europeas de 2019 conquistó 5.286.939 votos (el 23,34%) imponiéndose a la lista de los partidarios de Macron por muy poco (22,42%).

Bardella ha sido criticado por su escasa labor en la Eurocámara aunque es cierto que puede presentar una estadística aseada de asistencia y participación en las votaciones. Pero es un robot implacable en los debates de televisión. Impasible, buen encajador de crítica, impecable siempre en su traje azul y camisa blanca, el Gobierno lo enfrentó el jueves por la noche al primer ministro, Gabriel Attal, en un intento de salvar la campaña de la mayoría presidencial.

Si para Le Monde, Attal, 35 años, logró poner a la defensiva a Bardella y le pilló en varias inconsistencias, los fallos del candidato lepenista también fueron apreciables. Pero, según un sondeo de Odoxa para Le Figaro, Bardella fue más convincente para un 51% de los que siguieron el debate mientras que un 46% consideró mejor al primer ministro. Sobre los ocho temas del debate el candidato de la extrema derecha se impuso en la emigración (63% a 33%) y por porcentajes más ajustados en la defensa de la industria, energía y papel de las nucleares y en agricultura. El primer ministro fue más convincente en economía, medio ambiente y en el funcionamiento de la Unión Europea. Ambos contrincantes empataron al debatir sobre Defensa y sobre la guerra de Ucrania.

Desde el triunfo ajustado de Bardella en las europeas de 2019, Marine Le Pen cosechó más de 13 millones de votos en la segunda vuelta de las presidenciales de 2022 (un 41,4% frente al ganador, Emmanuel Macron, 58,5%). Y remató la jugada con el mejor resultado de la extrema derecha en unas legislativas de la V República, 89 diputados en la Asamblea Nacional.

La 'desdemonización' de Le Pen y de su partido incluyó el cambio de nombre del partido —desmilitarizado de Frente a Rassemblement (Agrupación)— y, sobre todo, la depuración de comportamientos antisemitas, incluyendo la expulsión del fundador del partido y padre de Marine, Jean Marie Le Pen. Por eso, la semana pasada, Marine Le Pen se desmarcó del alemán AfD, hasta ahora aliado en el mismo grupo parlamentario en Estrasburgo, a cuenta de unas declaraciones de uno de sus dirigentes sobre las SS.

La guerra de Gaza ha brindado a RN otra oportunidad de normalización. Por primera vez en su historia, la extrema derecha fue admitida a participar en un manifestación contra el antisemitismo. Tuvo lugar el 12 de noviembre de 2023 en París y reunió a 105.000 personas. Convocaban la marcha cívica los presidentes del Senado, Gérard Larcher (conservador) y de la Asamblea, Yaël Baun (centrista). Participaron dos expresidentes de la República, Nicolas Sarkozy (derecha) y François Hollande (socialista), dos ex primeros ministros, Manuel Valls (socialista) y Édouard Philippe (Centrista) y, en cola del cortejo, Le Pen y Bardella.

Este conflicto ha permitido a Le Pen asentar su imagen de enemiga del islam político, esto es, del islam como ideología más allá de religión. En la Francia de hoy, y pese a los excesos del ejército israelí en Gaza, la opinión pública está mayoritariamente con Israel y contra Hamás. Sólo la extrema izquierda de La Francia Insumisa (LFI) se ha alineado con Palestina, en la estela de su líder, Jean Luc Mélenchon, que lleva años buscando sustituir los votos de la clase obrera (emigrados al RN) por los de las minorías, singularmente los procedentes de la inmigración islámica.

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Consecuencia de todo ello es la ampliación de la base electoral de la extrema derecha. Ya no sólo es el partido de los residentes en la Francia periférica, los que tienen empleos precarios y de baja cualificación, y los jubilados retornados de Argelia tras la independencia. Según el sondeo de IFOP, el 41% de los franceses activos entre 35 y 49 años está decidido a votar al RN, así como el 50% de los empleados e incluso el 41% de los que aprobaron el bachillerato.

Macron, el presidente de la República, que la derrotó dos veces en 2017 y 2022, ha tratado de volver a presentar las elecciones al Parlamento Europeo como una lucha entre los europeístas y los nacionalistas. De ahí su discurso río sobre Europa. Sólo que ahora, el RN ya no está en contra del euro, ni quiere sacar a Francia de la UE. Plantea la primacía de la legislación nacional o la recuperación de competencias en favor de los Estados. Algo difuso a medio cocinar, pero, por la misma razón más difícil de atacar.

Además, a Macron le ha salido un competidor inesperado en el campo de los proeuropeos. Hasta el punto de que su candidata, Valérie Hayer, que preside el grupo liberal (Renew) de la eurocámara, corre el riesgo de ser superada por el filósofo Raphaël Glucksmann, que lidera la lista de coalición entre su minipartido, Plaza Pública, y el Partido Socialista, antaño la formación hegemónica de la izquierda francesa.

Hayer, la abanderada de los partidarios de Macron 'cotiza' entre el 16% y el 18%. Glucksmann oscila en los sondeos entre el 13% y el 15%. Este último lleva una dinámica de crecimiento que le hace concebir esperanzas de arrebatar la segunda plaza en las urnas. En cualquier caso, su resultado será un éxito comparado con el 2019 (6,2%).

El resto de datos que anticipan los sondeos confirman que la derecha clásica, afiliada al PPE, sigue sin levantar cabeza. La lista que lidera François Xavier Bellamy está estable (7,5%) un punto a la baja con relación al resultado de 2019. La sobrina de Marine Le Pen, Marion Maréchal que encabeza la candidatura de Reconquista, completa la pujanza de la extrema derecha (6%).

En el otro extremo del espectro político, la lista de La Francia Insumisa, que forma grupo en Estrasburgo con Podemos, ronda el 7% en los sondeos. Por el contrario, las encuestas pintan mal para los ecologistas, que se han desinflado hasta el 5%, el límite para tener representación en la Eurocámara. Además, la fragilidad de su candidatura es la mayor entre quienes pueden obtener escaño porque sólo el 40% de sus votantes afirman estar seguros de su decisión. Por el contrario, el 64% de los posibles electores de LFI afirman estar seguros de su decisión. Los más firmes son quienes van a votar a RN, el 85% de los cuales sostiene estar seguro de su elección.