El paso fronterizo entre Venezuela y Colombia el 28 de julio, cerrada por la jornada electoral

El paso fronterizo entre Venezuela y Colombia el 28 de julio, cerrada por la jornada electoral Reuters

América

De la crisis migratoria a la industria ineficiente: los 7 desafíos que Venezuela afronta tras las elecciones

El futuro presidente deberá equilibrar los intereses de China y encarar la necesidad de restaurar relaciones diplomáticas y económicas con EEUU. 

29 julio, 2024 02:48

Desde que en 2013 Nicolás Maduro encabezara un régimen que se sostiene sobre las bases del chavismo, instaurado desde hace 25 años —en 1999—, Venezuela ha atravesado una creciente deriva hacia posturas cada vez más autoritarias en lo político y autocráticas en lo económico.

Este deslizamiento ha propiciado que el país se encuentre en una situación crítica, marcada por la inestabilidad política, el colapso económico y la crisis humanitaria. Ante ello, el próximo ganador de las elecciones presidenciales del domingo no solo heredará un panorama desolador, sino que deberá enfrentarse a una serie de retos trascendentales para intentar restaurar la preeminencia de Venezuela en el continente.

Así pues, el legado de Maduro ha dejado a la nación en una profunda crisis, a la cual deberá hacer frente el próximo líder encarando los siete desafíos cruciales para que Venezuela vuelva a ostentar la posición de líder regional que poseía hace menos de una década. Con un contexto tan complejo y exigente, el futuro de Venezuela depende de la habilidad y determinación del nuevo presidente para encarar estos siete retos:

Crisis económica

Desde la llegada de Nicolás Maduro a la presidencia en 2013, Venezuela ha experimentado un deterioro económico y social sin precedentes.

La hiperinflación, que ha marcado la economía venezolana hasta 2022, ha dejado a más del 90% de la población en la pobreza, mientras que la caída del PIB per cápita de 10,568 dólares en 2015 a estimaciones de 3,459 dólares en 2023 ilustra el alcance del desastre económico.

En 2023, se estima que el producto interno bruto (PIB) per cápita de Venezuela alcanzó los 3.659,2 dólares estadounidenses.

A pesar de que esta cantidad representa un incremento de más de 230 dólares en comparación con el año anterior, sigue estando significativamente por debajo de los niveles que se observaron entre 2007 y 2013, donde algunos superaron los 10.000 dólares.

En cuanto a la inflación real, se registró un 337,5% en 2023, mientras que el Banco Central de Venezuela la señaló en un 190%.

Ante esta cifras la oposición no se ha andado con medias tintas, en marzo de 2023 María Corina Machado aseveró que la única manera de hacer frente a la crisis que azota el país es "abriendo los mercados a la inversión privada, nacional e internacional". "Venezuela tiene petróleo para los próximos 4.000 años", continuó la exlíder de la oposición.

Crisis migratoria

La hiperinflación y la falta de oportunidades han impulsado a millones de venezolanos a abandonar su país, convirtiéndolo en el escenario de la segunda mayor crisis migratoria del mundo, solo superada por la de Siria.

En los últimos cuatro años más de siete millones de personas han huido, , generando una presión migratoria significativa sobre los países vecinos y más allá, evidenciada por el creciente número de venezolanos que llegan a la frontera de Estados Unidos.

Esta migración masiva no solo refleja el deseo de una vida mejor, sino también una huida desesperada de un entorno que ya no ofrece seguridad ni futuro. Según estimaciones recientes cada día aproximadamente 2,000 personas abandonan el país, lo que agrava aún más la crisis humanitaria en la región.

A su vez, un cambio de régimen podría provocar el retorno de miles de venezolanos que han dejado atrás sus hogares y seres queridos en busca de mejores condiciones de vida en el exterior.

Con un gobierno que respete los derechos humanos y establezca políticas efectivas para reconstruir el país, estos migrantes podrían regresar y contribuir al desarrollo y recuperación de su nación.

Esta repatriación ofrecería una oportunidad para revitalizar la economía y reconstruir el tejido social de Venezuela, marcando un nuevo comienzo esperanzador para millones de ciudadanos que querrían regresar a su tierra natal.

Inestabilidad política

El éxodo de población pone de manifiesto el impacto del régimen autoritario de Maduro, que ha consolidado su poder mediante elecciones fraudulentas y la persecución de la oposición, así como mediante la represión violenta. La exclusión de líderes opositores —como el más reciente caso de María Corina Machado— de la arena política ha llevado a un debilitamiento aún mayor de la frágil democracia en el país.

Esta situación ha contribuido a un entorno de inestabilidad política y social que ha permitido que el narcotráfico y la criminalidad florezcan.

Maduro 'ha dado un respiro' a la oposición en los comicios del 28 de julio, ya que tras inhabilitar a Corina en enero, nadie podía esperar que en abril dejara presentarse a González Urrutia.

Es más, por primera vez en décadas han permitido a la oposición dar una entrevista en la televisión pública nacional.

Crisis de gobernanza

Venezuela se ha transformado en un narco-Estado, donde amplias regiones están bajo el control de grupos criminales y bandas organizadas, como el Tren de Aragua y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que operan en complicidad con el Estado.

Este cambio ha profundizado la crisis de gobernanza y ha relegado al gobierno a un papel secundario en algunas áreas del país, donde el crimen organizado regula aspectos vitales de la vida diaria, desde la economía hasta la salud, como ocurre en otros estados latinoamericanos.

Colapso sistema salud

El sistema de salud ha colapsado, y la infraestructura educativa se ha deteriorado, lo que ha precipitado un aumento en la pobreza y una sensación generalizada de desesperanza entre la población.

La informalidad del trabajo es la norma —con el 44% del total de la fuerza laboral— lo que ha llevado a salarios que apenas alcanzan los cuatro dólares mensuales, dejando a la mayoría de los venezolanos dependiendo de las remesas enviadas por sus familiares en el extranjero.

Problemas estructurales 

En un entorno marcado por la inestabilidad política e institucional, caracterizado por gobiernos con recursos limitados y afectados por la corrupción y el clientelismo, el sistema financiero se presenta como vulnerable, y el mercado es reducido y con ingresos bajos.

De acuerdo con el Instituto Elcano, los sistemas de protección social, tales como las pensiones y las redes de salud y educación pública, han sido desmantelados, al igual que los servicios básicos públicos.

Relaciones con China

La profunda deuda de Venezuela con el gigante asiático a cambio de poder utilizar el crudo venezolano, y que asciende a 50.000 millones de dólares, ha sacado a relucir la incapacidad del gobierno de extraer el combustible fósil — debido a sus pésimas infraestructuras petrolíferas— y ha limitado la capacidad de Venezuela para cumplir con sus obligaciones, lo que podría llevar a China a cambiar su apoyo al régimen de Maduro.

Ante una oposición más fuerte, liderada por Edmundo González Urrutia, que se muestra abierta a negociaciones con Estados Unidos, la presión sobre Maduro para ceder o negociar con los estadounidenses —ya que son los únicos que pueden mejorar las plantas petrolíferas para poder extraer petróleo— ha aumentado significativamente en los últimos años.

Esto dejaría al futuro presidente con la urgencia de equilibrar los intereses de China, que busca asegurar sus inversiones, y la necesidad de restaurar relaciones diplomáticas y económicas con EEUU. La estabilidad política de Venezuela y su capacidad de respuesta a la crisis dependerán de cómo aborde estas relaciones estratégicas y su propia legitimidad interna.

Así pues estas siete áreas de desafío para quien ostente la presidencia serán cruciales para poder mejorar la realidad política y económica de Venezuela. Este ciclo vicioso de crisis económicas, migración forzada y descomposición social exige una respuesta nacional e internacional urgente para abordar tanto los desafíos humanitarios como los de gobernanza que el país enfrenta.