Fotografía de archivo del 12 de septiembre de 2023 del presidente de Argentina, Alberto Fernández.

Fotografía de archivo del 12 de septiembre de 2023 del presidente de Argentina, Alberto Fernández. Efe

América

El expresidente argentino Alberto Fernández, acusado penalmente de violencia machista

Su exmujer Fabiola Yañez sufrió una "relación atravesada por hostigamiento, acoso psicológico y agresiones físicas", según la Fiscalía. 

15 agosto, 2024 02:12
Buenos Aires

La fiscalía federal en lo criminal y correccional número 7 de Argentina ha imputado formalmente este miércoles al expresidente Alberto Fernández de los presuntos delitos de “lesiones graves” y “amenazas coactivas” en hechos de violencia de género ejercida contra su mujer, Fabiola Yañez, cuando ocupaba el poder.

“Yañez sufrió una relación atravesada por hostigamiento, acoso psicológico y agresiones físicas en un contexto de violencia de género e intrafamiliar”, sostuvo el fiscal Ramiro González en su dictamen, al que tuvo acceso EL ESPAÑOL.

Y resaltó, además, que en la pareja existió una “relación asimétrica y desigual de poder que se ha desarrollado a lo largo del tiempo, la cual se vio acrecentada exponencialmente por la elección de Fernández como presidente y el ejercicio del cargo”.

Fernández ha renunciado este miércoles como máximo titular del Partido Justicialista (PJ, peronista), tras conocer la imputación y con el fin de no involucrar al partido. "En el marco de la denuncia por presunta violencia de género a partir de la cual estoy siendo investigado en la Justicia Federal, vengo a elevar mi renuncia indeclinable al cargo de presidente del Partido Justicialista orden nacional con el que oportunamente me honrara", ha expresado en un escrito difundido en medios locales. 

El requerimiento de la acusación constituye el inicio oficial del proceso penal que lleva el juez federal Julián Ercolini y tiene de protagonista al exprimer mandatario, quien de 2019 a 2023 encabezó una pésima administración que dejó 142 por ciento de inflación anual y 40,1 por ciento de pobreza.

El peronista Fernández, 65 años, se convierte así en el primer expresidente argentino acusado de delitos por violencia machista igualando en el escándalo a otros exmandatarios, tales como Donald Trump y Bill Clinton (EEUU), Jair Bolsonaro (Brasil), Jacob Zuma (Sudáfrica), Francois Hollande (Francia).

De momento continuará gozando de libertad y no ingresará a prisión, pero en el transcurso de la causa número 2539/2024 esa situación eventualmente podría revertirse si él intentara fugarse u obstruir el proceso presionando a los testigos o alterando pruebas, según las fuentes judiciales.

Los argentinos viven en estado de shock desde hace diez días cuando se conoció la primera noticia de las palizas a Yañez, 43 años. Sobre todo, porque Fernández se definía como “el primer feminista” y despenalizó el aborto, creó el ministerio de la Mujer, Género y Diversidad, y el DNI no binario.

La resolución de la fiscalía mencionó, además, a distintas personas del entorno de Fernández: Federico Saavedra, médico de la unidad presidencial; María Cantero, exsecretaria personal de Fernández; Miryam Yañez Verdugo, madre de Fabiola.

También aparecieron nombrados en el escrito de la fiscalía Daniel Rodríguez, exintendente de la residencial presidencial; Sofía Pacchi, exasesora de Yañez; y Alicia Barrios, experiodista.

Fabiola Yañez y Alberto Fernández en una imagen de archivo.

Fabiola Yañez y Alberto Fernández en una imagen de archivo. Reuters

Todos ellos, sospecha la fiscalía, habrían sido testigos directos de los golpes, maltratos y amenazas que el presidente aplicó a la primera dama. Incluso el médico Saavedra habría prescrito glóbulos de árnica a la víctima para que sanara de los hematomas causados por los golpes.

Esas personas serán citadas a declarar como testigos en la fiscalía, aunque no se descarta que alguna de ellas podría convertirse en imputada. Una vez que concluyan las declaraciones indagatorias, pruebas y pericias, la causa desembocará en un juicio oral y público.

Además de la fiscalía, en la instrucción también intervienen funcionarios de la Unidad Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM) y de la Dirección General de Acompañamiento, de Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC).

“La violencia era moneda corriente en (la residencia presidencial del barrio) Olivos, a la noche, siempre con quejas y discusiones que terminaban con cachetadas”, declaró Yañez el martes ante la fiscalía. Y añadió que “me maquillaba, tapaba los golpes, para ayudarlo a él”.

A la vez, confió que empezó a consumir alcohol después de que su marido la obligara a realizar un aborto forzoso en 2016 y que, por ello, también se vio obligada a solicitar ayuda psicológica en el Instituto de Neurología Cognitiva.

En ese sentido, justamente la estrategia de defensa de Fernández irá dirigida a atribuir a Yañez padecer problemas con el alcohol y trastornos psiquiátricos, según las únicas declaraciones que hizo a un medio de comunicación argentino, El Cohete a la Luna.

“Ella arrastra una compleja situación psíquica a lo que se unió su adicción alcohólica”, publicó el digital tras entrevistarlo. Y agregó que “el expresidente alega que el hematoma (en el rostro de Yañez) no se debe a un golpe sino a un tratamiento estético contras las arrugas”.

Incluso la publicación sostuvo que Fernández asegura haber recibido una llamada de Yañez comunicando “que había recibido un ofrecimiento de tres millones de dólares para denunciarlo ante la Justicia”. Y que entonces ella “le preguntó qué le ofrecía él” para superar esa oferta.

Tras siete años de convivencia, a fines de 2023 Yañez se marchó de Argentina y se radicó a vivir en España, concretamente en el barrio de Salamanca, Madrid, con el hijo de dos años de la pareja, más su madre. Todos son escoltados por dos guardaespaldas de la policía federal de Argentina.