“Era clarísimo que el Partido Demócrata favorecía a Hillary Clinton”, denuncia Arturo Carmona, dirigente de la campaña de Bernie Sanders, quien se enfrentó a la ex secretaria de Estado en las primarias de la formación azul. “Pero rebasamos todas las expectativas”.
Carmona, de ascendencia mexicana, entró en el equipo de Sanders a los pocos meses de que el octogenario senador por Vermont decidiera luchar por representar al Partido Demócrata en las elecciones presidenciales.
Como subdirector político de la campaña, Carmona ayudó a convertir a un candidato cuasidesconocido en uno de los iconos de estas elecciones, que, pese a describirse como “socialista demócrata” -término que aún chirría en Estados Unidos-, obtuvo doce millones de votos.
“Era una estrategia de presentar una nueva alternativa, de dar a conocer su trayectoria, su autenticidad como candidato, que su programa era el único que realmente representaba las necesidades del pueblo. Y también sacar a la luz las debilidades de los otros candidatos y del Partido Demócrata”, cuenta Carmona en perfecto castellano.
“En cuanto al tema socialdemócrata, enfrentarlo de cara. Si socialdemócrata quiere decir proveer salud a todos los habitantes, una educación justa, una economía que no sólo sirva a quienes concentran la riqueza del país, él con mucho gusto va a ser socialdemócrata”, dice.
Sanders recabó más de 200.000 dólares fundamentalmente en pequeñas donaciones y logró el respaldo de la llamada “Generación del Milenio”, atraída por su discurso contra la desigualdad económica y sus propuestas de educación superior gratuita y sanidad universal. Venció en una veintena de estados y consiguió en las urnas más de 1.800 delegados. Son estos quienes seleccionan al candidato de la formación en su Convención Nacional.
Si socialdemócrata quiere decir proveer salud a todos los habitantes, una educación justa, con mucho gusto va a ser socialdemócrata
Preguntado acerca de los resultados, Carmona asegura que inicialmente la campaña se lanzó “con una expectativa moderada”. Luego, afirma, “llegó un momento donde veíamos el camino a la victoria, pero surgieron una serie de retos”. La falta de tiempo para dar a conocer a Sanders fue un factor, argumenta, pero también “una gran corrupción dentro del Partido Demócrata”.
Sostiene que la mayoría de los superdelegados -delegados que pueden respaldar al candidato que prefieran con independencia de las urnas- de la formación juraron lealtad a Clinton desde el primer momento e ignoraron el voto popular en sus respectivos estados. También afirma que las élites políticas y económicas se alinearon con la hoy candidata demócrata a la Casa Blanca.
Finalmente, Sanders concedió la derrota y apoyó formalmente a Clinton en julio. Días más tarde, en la antesala de la Convención Nacional Demócrata, WikiLeaks filtró una miríada de correos electrónicos del Comité Nacional del partido que sugerían que sus dirigentes favorecieron en secreto a Clinton. Pese a que la presidenta de la formación se vio obligada a dimitir por el escándalo, Sanders decidió confirmar su respaldo a la ex secretaria de Estado, algo que no gustó entre sus seguidores.
“Aquí el que gane más votos es el que va a gobernar y tomó la decisión difícil”, justifica Carmona. “Nuestro enfoque es derrotar a Donald Trump cueste lo que cueste”.
Enarbolando el lema "Bernie or bust" (Bernie o fracaso), simpatizantes del senador prometieron no votar por Clinton llegado noviembre. Carmona calcula que ese grupo representa sólo un 10% de los votantes del socialista y espera que el resto apoyan a la candidata demócrata. También afirma que el discurso contra la desigualdad económica de Sanders caló entre el electorado latino, que ahora espera que vote en contra de Donald Trump.
Sin embargo, Carmona considera que Clinton afronta una carencia de capacidad de emocionar al electorado. “A día de hoy estamos viendo que el Partido Demócrata en cuanto a su liderazgo se ha unido, pero en cuanto a su habilidad de inspirar a la juventud, de inspirar a los votantes, realmente está teniendo grandes retos con esta candidata”, dice. “Si la gente sale a votar del lado demócrata, de las minorías, de la gente que está oponiéndose a Donald Trump, gana ella. El chiste es que haya el entusiasmo de participar”.
Aquí el que gane más votos es el que va a gobernar y tomó la decisión difícil
De la campaña de Sanders, Carmona destaca el esfuerzo digital para hacer que la “revolución” de 'Bernie' se hiciera “viral”. La campaña de Sanders se hizo famosa por eslóganes como “Feel the Bern” (un juego de palabras con el nombre del candidato y “siente la quemazón”). También se desarrollaron iniciativas para permitir la organización del movimiento como BernieBNB, una plataforma para que los simpatizantes del senador compartieran alojamiento. Carmona subraya también los eventos y la organización como fortalezas de la campaña.
El estratega sostiene que el legado que deja Sanders es un movimiento joven que, espera, luche por la clase trabajadora y recupere la clase media. Pasadas las primarias, Sanders apoya a candidatos representantes del llamado movimiento progresista estadounidense al Congreso y al Senado, ya que Estados Unidos también celebra comicios legislativos en noviembre.
Aunque matiza que la situación en Europa es distinta, Carmona ve semejanzas con Podemos. El número dos del equipo de Sanders se encuentra estos días en Madrid donde ha participado en una conferencia sobre movimientos de izquierda organizada por la formación morada. “Se ve muy prometedor el esfuerzo de Podemos, un esfuerzo joven, hay similitudes y estamos viendo muy de cerca el esfuerzo”, dice. “Les deseamos lo mejor”.
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