Cuando su hermana pequeña le propuso ir al mitin que Eric Trump -el hijo mediano del candidato republicano- daba esa noche en su localidad, Annie Cardelle, cubana-estadounidense y seguidora de Hillary Clinton, accedió, pero con una condición: “Tengo que llevar puesto algo que diga 'no estoy contigo[, Trump]', porque no quiero que piensen nunca que lo apoyo”, cuenta a EL ESPAÑOL.
A punto de salir por la puerta, se le ocurrió agarrar una camiseta blanca vieja y escribir con un rotulador “Latina contra Trump”. Lo hizo tan rápido que se olvidó de añadir una 's' a “Latina” para que rezara en plural. Ni se le pasó por la cabeza que su improvisada prenda terminaría haciéndose viral.
Ya equipada, Annie, que acaba de terminar la universidad con 23 años, y Ceci, una estudiante de último curso del instituto de 17 años y también demócrata, pusieron rumbo al evento que el joven Trump lanzó hacia finales de octubre en Salisbury, un pueblo del sureño Carolina del Norte, para pedir el voto por su padre. Este estado es un campo de batalla clave en la guerra por la Casa Blanca y las campañas lo peinan sin descanso intentando conquistar a sus electores.
Al escuchar los vítores de los votantes de Trump, Annie temió que dirigieran su energía contra ellas. “Algunas personas estaban muy entusiasmadas por escucharlo y yo oía los gritos y me puse muy nerviosa”, rememora. Pero a nadie pareció importarle el provocador mensaje de su camiseta. “Si se dieron cuenta, supongo que simplemente asumieron que estaba de su lado”, explica.
Cuanto más tiempo pasaban infiltradas, más se divertían las hermanas y tras escuchar el discurso de Eric Trump se encontraron haciendo cola para sacarse una foto con él y su mujer, Lara, algo que no habían planeado. “Nadie dijo nada… Y nos hicimos la foto”, narra Annie, que se sorprendió de que una vez más nadie mencionara su prenda.
En la imagen, se ve a las dos hermanas -Ceci de negro, Annie con la camiseta- posando con el matrimonio Trump, todos sonrientes. Incluso charlaron con el hijo del magnate. “Fue muy amable con nosotras”, afirma Annie. “Dudo que no lo hubiera sido aun si supiera [lo que decía la camiseta]. Pero fue extraño, porque es alguien que puede ser amable contigo pero luego decir cosas horribles sobre tu raza”.
Cuando las hermanas se hicieron eco de su pequeña incursión en redes sociales, la noticia se extendió como un virus. Sus familiares respondieron con risas cuando las hermanas les contaron lo que habían hecho, pero se quedaron perplejos al ver la fuerza que el mensaje cobró en internet. Annie afirma que los Trump no se han pronunciado al respecto.
La cubana-estadounidense asevera que el tema que más le importa en estas elecciones es la inmigración. Cuenta que tiene amigos indocumentados y que ha visto a gente tener que abandonar el país. “Cada una de esas historias es una historia personal y no se puede generalizar sobre cada persona indocumentada en este país. Y Trump no sólo está generalizando, lo está haciendo de manera negativa”, dice Annie, que asegura haber sufrido comentarios xenófobos.
Latina de raíces gallegas, Annie asegura que “escuchando la retórica de Donald Trump una y otra vez sobre los hispanos en este país empiezas a pensar 'tal vez no encajo aquí', lo que es ridículo porque nací aquí, soy estadounidense”.
Preguntada acerca de las votantes latinas que apoyan al magnate, Annie asegura que “tienes derecho a apoyar al candidato que escojas y no te voy a decir lo que tienes que hacer, es una decisión personal. Pero pienso que muchas de esas latinas no se ven afectadas, son más privilegiadas que otras”.
Si bien apoyó en un primer momento al socialista demócrata Bernie Sanders en las primarias de ese partido, ahora espera que su voto ayude a colocar a Hillary Clinton al frente del país, ya que “entre ella y Trump, creo que ella es claramente la mejor elección. Y espero que haga lo que ha prometido por los latinos de este país”.
Annie afirma que la renovada polémica sobre el uso de un servidor de correo electrónico privado por Clinton cuando era secretaria de Estado no le ha hecho replantearse su voto "en absoluto". En su opinión, la retórica racista de Trump pesa más y piensa que el que los medios se concentren ahora en el escándalo que salpica a la demócrata "es casi como decir 'sí, es racista, pero eso no es tan importante'".