Se han usado muchos calificativos para hablar de Steve Bannon, quien será consejero superior y principal estratega de Donald Trump en la nueva Administración. “Populista”, “provocador” o “misógino” son algunos de ellos. Hay también muchos que incluyen el prefijo anti-, como “antisemita”, “antisistema”, “antiglobalización”…
Tal vez la descripción más curiosa sea la utilizada por Bloomberg en octubre del año pasado, cuando Bannon aún no integraba el equipo de Trump: “El agente político más peligroso de Estados Unidos”.
Por aquel entonces, Bannon era presidente ejecutivo de Breitbart News -en agosto cambió su puesto por el de presidente ejecutivo de la campaña de Trump-, un polémico portal de noticias de línea derechista anti-establishment que ha apoyado incondicionalmente al ahora presidente electo y que algunos asocian al nacionalismo blanco estadounidense.
El “peligro” de este “Jekyll y Hyde” conservador de 62 años, en palabras de Bloomberg, radicaba en su capacidad de combinar la agresividad y estilo combativo de su medio de comunicación con el activismo sofisticado del Government Accountability Institute, una ONG que ayudó a fundar.
La organización, dice, se dedica a “investigar y exponer el capitalismo de amiguetes, el mal uso del dinero de los contribuyentes y otros tipos de corrupción gubernamental o actividades ilícitas” y es responsable, por ejemplo, del libro Clinton Cash (2015), éxito de ventas del New York Times que alega que los Clinton se enriquecieron gracias a gobiernos y empresas extranjeros. Este año, el libro dio el paso al filme bajo la producción del propio Bannon.
La cabecera norteamericana atribuye a Bannon parte del 'mérito' de la dimisión del republicano John Boehner como presidente de la Cámara de Representantes en Washington, que acabó haciéndose a un lado ante las presiones de sus camaradas más radicales para finalmente dejar paso a Paul Ryan como líder conservador en el Congreso.
Precisamente, Ryan, que casi retiró su apoyo a Trump en la recta final de las elecciones, no ha sido santo de la devoción de Bannon y Breitbart News ha cargado con fiereza contra su figura. El exaspirante presidencial Jeb Bush, sin embargo, también pasó por el punto de mira de Bannon y no llegó muy lejos en las primarias del Partido Republicano.
La candidatura populista y contra las élites de Trump conquistó el alma rebelde de Bannon y primero puso su web al servicio del magnate para luego ponerse a sí mismo y sumarse a su equipo de campaña pese a carecer de experiencia en el campo electoral.
Fue a tres meses de los comicios, en un momento en que las encuestas favorecían a Hillary Clinton, cuando Trump efectuó un importante cambio de alineación situando a Bannon y la experta en sondeos Kellyanne Conway como presidente ejecutivo y jefa de su campaña, respectivamente.
“Stephen K. Bannon ha sido nombrado CEO, dejando de lado temporalmente su rol en Breibart News para trabajar a tiempo completo en un nuevo puesto diseñado para potenciar la estrategia de tipo empresarial de la campaña del señor Trump”, rezaba el comunicado divulgado por el candidato, que consiguió derrotar a su rival al movilizar a un poderoso bloque de votantes blancos.
EN LA CÚSPIDE DEL PODER
Tras el triunfo del magnate, se especulaba con que Bannon se convertiría en jefe de gabinete de la nueva Casa Blanca. Este domingo, Trump despejó las dudas al anunciar que el presidente del Partido Republicano, Reince Priebus, ocuparía el cargo pero que Bannon ostentaría el puesto de estratega jefe y consejero superior del presidente, lo que en la práctica genera dos estructuras de poder rivales argumenta The New York Times.
Trump ha colocado así a un representante del establishment republicano moderado en las formas en uno de los puestos clave de la Administración pero mantiene muy cerca a Bannon, una decisión que sonríe a los activistas conservadores que propulsaron al magnate a la presidencia.
“Steve y Reince son líderes altamente cualificados que trabajaron bien en equipo en la campaña y nos condujeron a una victoria histórica. Ahora los tendré a ambos conmigo en la Casa Blanca mientras trabajamos para hacer que Estados Unidos sea grande de nuevo”, declaró Trump en un comunicado.
“Quiero dar las gracias al presidente electo Trump por darme la oportunidad de trabajar con Reince para dirigir la agenda de la Administración Trump”, aseguró Bannon. “Nuestra colaboración resultó muy exitosa en la campaña, que nos llevó a la victoria. Mantendremos la misma colaboración para ayudar al presidente electo Trump a lograr su agenda política”.
La elección de Bannon ha despertado emociones encontradas a lo largo del país. Políticos demócratas han puesto el grito en el cielo. Colectivos de apoyo a las minorías como la judía Liga Antidifamación han denunciado la decisión del presidente electo.
“Es triste que un hombre que dirigió la web insignia de la 'derecha alternativa' -un grupo poco homogéneo de nacionalistas blancos y antisemitas y racistas descarados- sea seleccionado para ser uno de los empleados de peso en la 'casa del pueblo”, afirmó el líder de la mencionada Liga Antidifamación.
Una de las caras más conocidas de este movimiento derechista, el antiguo “gran mago” del Ku Klux Klan David Duke, recomendaba pocos días antes del nombramiento de Bannon que Trump lo incluyera en su Gobierno. “Steve Bannon es el hombre que Trump debe mantener cerca”, tuiteó. “Yo digo que purgue a todos los neoconservadores y belicistas proglobalización que lo apuñalarán por la espalda”.
Nacido en Virginia en el seno de una familia demócrata, Bannon pasó por la Marina y el banco de inversión Goldman Sachs antes de llegar a Breitbart. Su educación universitaria es extensa: se graduó por el Instituto Politécnico de Virginia para luego realizar estudios de posgrado en las universidades de Georgetown y Harvard.
Es un conocido cineasta conservador, autor de documentales como Generation Zero (Generación Cero), sobre la crisis financiera, o The Undefeated (La Invicta), sobre Sarah Palin, excandidata republicana a la vicepresidencia en 2008, quien podría ocupar un cargo en el nuevo Ejecutivo.
Su carrera cinematográfica lo ha llevado a colaborar con Citizens United, el grupo detrás del caso Citizens United v. Federal Election Commission, donde el Tribunal Supremo de EEUU decidió que las empresas podían gastarse sumas ilimitadas de dinero en hacer campaña por un candidato.
De hecho, el presidente de Citizens United, David Bossie, fue quien presentó a Trump y Bannon en 2012, cuando Trump estaba considerando la idea de presentarse a la Casa Blanca.
“Steve es un experto en los nuevos medios y creo que esa es la razón por la que lo ficharon”, dijo Bossie en la radio tras la incorporación de Bannon a la campaña de Trump. “Creo que [fue] su conocimiento de los nuevos medios, en primer lugar, y, en segundo lugar, que está muy centrado en la acción (...) Tiene mucha pasión, es increíblemente inteligente”.
DERIVA 'TRUMPISTA'
Tras la muerte en 2012 de Andrew Breitbart, fundador de la web de noticias que lleva su apellido, Bannon -que siente simpatía por movimientos populistas como el UKIP en Reino Unido o el Frente Nacional en Francia- tomó las riendas de la organización, informa la prensa estadounidense. La cabecera digital ha crecido bajo su mandato, abriendo ediciones para otras partes del mundo y sobrepasando los 37 millones de usuarios únicos, según datos de la propia web hace una semana.
Bajo su liderazgo, Breitbart ha calificado a un republicano de ser un “judío renegado” o ha publicado titulares como “'¿Preferirías que tu hija tuviera cáncer o feminismo?'” o “La solución al 'acoso' online: las mujeres deberían desconectarse”. El propio Bannon se vio envuelto en un caso de violencia doméstica en la década de 1990, que no prosperó, afirma el Washington Post. Su exmujer lo acusó más adelante de ser un antisemita.
En febrero, el presentador de radio conservador y antiguo empleado de la cadena Fox Glenn Beck acusó a Bannon de querer ser el Joseph Goebbels de Donald Trump al “aceptar órdenes de un candidato político y reorganizar tu web al completo para promover sus mentiras”.
La deriva trumpista del medio ha empujado algunos de sus trabajadores a dimitir. En marzo, la periodista de Breitbart Michelle Fields abandonó la web después de que se sintiera ignorada por sus superiores tras verse envuelta en una polémica con la campaña de Trump. El entonces jefe de campaña del magnate, Corey Lewandowski, la había agarrado por el brazo durante un acto para impedir que preguntara al aspirante republicano. Fields, que ahora trabaja para el Huffington Post, aseguró que Breitbart no la defendió y decidió dejar su puesto de trabajo.
Al mismo tiempo se fue el editor Ben Shapiro, quien defiende que Bannon ha traicionado los ideales y visión del fundador del medio conservador. “Breitbart News, bajo la presidencia de Steve Bannon, ha atravesado con una estaca el corazón del legado de Andrew [Breitbart]. En mi opinión, Steve Bannon es un abusón, y ha vendido el proyecto de Andrew para apoyar a otro abusón, Donald Trump”, dijo entonces a BuzzFeed News.
En un artículo publicado en su nueva casa, The Daily Wire, Shapiro describió a Bannon como un “oportunista” que se aprovechaba de “celebridades conservadoras” para su propio beneficio y lo culpó de traer el racismo a Breitbart News, algo que su fundador, aseguraba, nunca quiso. “Bajo el liderazgo de Bannon, Breitbart abrazó abiertamente a la derecha alternativa supremacista blanca”, escribió. “Andrew Breitbart despreciaba el racismo”. Contactado este lunes por EL ESPAÑOL, Shapiro aseguró que sus opiniones sobre Bannon siguen siendo las mismas.
Noticias relacionadas
- Trump y Putin acuerdan por teléfono lograr una "cooperación constructiva"
- Trump no creía que fuera a pasar de octubre de 2015, según la CNN
- Trump abofetea a Europa eligiendo a Farage y Le Pen como sus interlocutores
- El mayor cazaespías de EEUU: “Rusia habría hecho algo insólito; sabotear nuestras elecciones”