Un niño pequeño ha disparado accidentalmente a otros dos críos de tres años en Míchigan, Estados Unidos, después de haber cogido inocentemente un arma de fuego sin seguridad y lista para disparar. El accidente se ha producido en una casa ubicada en un suburbio de la ciudad de Detroit, en donde se había organizado una guardería.
Los niños fueron inicialmente trasladados al hospital en estado crítico, pero desde entonces han sido rebajados a graves. Uno de ellos recibió un disparo en el hombro y el otro sufrió una lesión en su rostro, según el Detroit Free Press, por lo que no hay que lamentar víctimas mortales.
Las autoridades esperan que al menos uno de los heridos se recupere totalmente de las heridas. "Vamos a rezar por estos dos niños pequeños para que vuelvan a estar bien", ha dicho el jefe de policía Ron Haddad en una conferencia de prensa. "Sin embargo, el acontecimiento no deja de ser una tragedia para nuestra comunidad", ha lamentado.
Sin licencia de guardería
En el momento del accidente había otros niños presentes. El propietario del inmueble utilizaba frecuentemente la vivienda para cuidar a los hijos de amigos y familiares, según ha explicado su hermana, Ashley Escobedo.
Asimismo, desde el Departamento de Licencias y Asuntos Regulatorios de Míchigan han revelado a Detroit News que la casa no contaba con la licencia para poder ser utilizada como guardería.
Haddad, el jefe de policía, ha calificado el incidente de "trágico" e "irresponsable", pero se negó a hacer más comentarios. Los investigadores policiales y los fiscales aún están determinando si presentar cargos.
El peligro duerme en casa
Una investigación reciente de Associated Press y USA Today indica que 49 niños habían disparado accidentalmente a alguien en el estado de Míchigan durante un periodo de tiempo de dos años y medio. En total, 17 niños perdieron la vida.
Más de 1.000 niños mueren por lesiones relacionadas con armas de fuego en los Estados Unidos cada año, y casi 6.000 son heridos y trasladados al hospital por este motivo. En total, 1,7 millones de niños estadounidenses viven en hogares con armas de fuego desbloqueadas y cargadas, según Jonathan Hutson, portavoz del Centro Brady para Prevenir la Violencia Armada.