El mundo mira a Estados Unidos por el derecho al aborto, que en junio podría ser revocado medio siglo después de su aprobación. Este miércoles, el Partido Demócrata trató en el Senado de aprobar una ley para proteger la interrupción voluntaria del embarazo, pero la norma no será ni debatida: los republicanos la han tumbado ya en su primer trámite.
El desenlace no es ninguna sorpresa. Los demócratas, con Chuck Schumer al frente, contaban con el fracaso de su iniciativa, pero no han renunciado a una acción política y simbólica que consideran relevante de cara a las elecciones legislativas de noviembre. Asimismo, querían dejar patente que los magistrados hostiles de la Corte Suprema, con el juez Alito al frente, no están solos.
La votación ha sido tensa. Senadores republicanos han mostrado en el hemiciclo fotos de bebés mientras legisladoras marchaban en los pasillos al grito de "¡mi cuerpo, mi decisión!". Un gran dispositivo de seguridad protegía la cámara ante el clima generado por la filtración del borrador del Supremo que aboga por eliminar lo conquistado en la histórica sentencia 'Roe contra Wade' en 1973.
"Aborto hasta los 9 meses"
El número 1 de los republicanos, Mitch McConnell, ha llegado a afirmar, mintiendo, que los demócratas pretenden permitir el aborto hasta los 9 meses. Ha sido la mayor salida de tono en unas filas para las que este debate es incómodo, por lo que tratan de reencauzar la discusión pública hacia la economía, en particular hacia la elevada inflación.
"Tristemente, el Senado hoy no ha defendido el derecho de una mujer para tomar decisiones sobre su propio cuerpo", ha declarado la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, que ha acudido a presidir la votación. El presidente, Joe Biden, ha llamado a los estadounidenses a votar en noviembre por políticos contrarios a abolir el derecho al aborto.
De haber triunfado, la iniciativa llevada al Senado por los demócratas habría convertido en ley la sentencia 'Roe contra Wade' y anulado las distintas regulaciones estatales en feudos conservadores como Texas. Lo cierto es que hasta senadores centristas la han rechazado, considerando que va "demasiado lejos".