El tiroteo el martes en el centro de primaria Robb en Uvalde, en Texas, se cobra una nueva víctima, no directa. Joe García, el marido de una de las dos profesoras asesinadas, Irma García, ha fallecido de un ataque al corazón en pleno duelo y conmoción por la pérdida. Tenían cuatro hijos.
El autor de la masacre, Salvador Ramos, de 18 años, irrumpió en la escuela armado con una pistola y un rifle y mató a 19 niños, además de a las dos docentes. Lo hizo de forma indiscriminada, cruel, disparando a su propia abuela en la cara o a una menor a la que vio llamando al 911 para pedir auxilio.
García, de 50 años, se estaba preparando para el funeral de su esposa, de 46, con la que llevaba 24 años casado, cuando sufrió el paro cardíaco. Regresaba de dejar flores en uno de los memoriales por las víctimas.
La noticia, más tarde corroborada por las autoridades, la adelantó un sobrino de la pareja, John Martínez, en Twitter: "Extremadamente desgarrador. Vengo con un profundo dolor para decir que el esposo de mi tía Irma, Joe García, falleció debido al dolor. Realmente no tengo palabras para expresar cómo nos sentimos todos. Por favor oren por nuestra familia. Dios ten misericordia con nosotros, esto no es fácil".
Entró al colegio "sin oposición"
Estados Unidos es estas horas un hervidero. El debate sobre el control de las armas se ha avivado pero con la sensación de que volverá a apagarse. El Partido Republicano se niega a revisar la legislación mientras el Demócrata, con el presidente Joe Biden al frente, clama por medidas que eviten o al menos dificulten nuevas masacres.
Ahora la polémica se centra en la actuación policial la mañana del martes. Fue en torno a las 11:30 horas cuando Ramos llegó al colegio y todo apunta que "sin oposición".
"Se ha publicado que un agente de seguridad del distrito escolar se habría enfrentado al sospechoso mientras entraba, pero no es verdad. Entró a la escuela sin oposición", ha informado el director regional para el Sur de Texas del Departamento de Seguridad Pública, Víctor Escalón.
Circulan por redes sociales vídeos que avalan esta afirmación, así como de padres y familiares de alumnos enfrentándose a agentes al entender que no estaban interviniendo mientras en el interior del centro se producía el tiroteo.
Según la propia versión policial, transcurrió una hora desde que Ramos comenzó a disparar hasta que fue abatido por un agente de la Patrulla Fronteriza.