Joe Biden en el aeropuerto de Las Vegas este martes.

Joe Biden en el aeropuerto de Las Vegas este martes. Reuters

EEUU

Congresistas demócratas se unen para evitar la nominación de Biden a finales de este mismo mes

El congresista Huffman pide retrasar el proceso un mes mientras cunde el pánico ante una debacle no solo en las presidenciales sino en las legislativas.

17 julio, 2024 02:31

Continúa el pánico en el seno del Partido Demócrata, que teme una debacle no solo en las presidenciales sino en las legislativas. El congresista Huffman solicita retrasar el proceso de nominación un mes más.

Mientras la Convención del Partido Republicano copa toda la atención mediática con el regreso de Donald Trump tras su atentado fallido y la elección del senador J.D. Vance como posible vicepresidente, el Partido Demócrata sigue mostrando una división inquietante. En los últimos días, se han multiplicado las peticiones al presidente Biden para que renuncie a la nominación ganada en las primarias de principios de año y ceda su puesto a otro candidato, aunque nadie se decida explícitamente a dar el paso adelante.

El artículo de opinión firmado por el actor George Clooney la pasada semana en el New York Times, afirmando que el Biden que se vio en el debate de la CNN era el mismo Biden que él mismo había visto en su acto de recaudación de fondos pocos días antes, ha provocado una marejada intensa en todo el partido. De repente, la cuestión no es solo si Biden puede ganar a Trump o no, ni siquiera si los Estados Unidos de América podrán seguir siendo la democracia liberal que ha guiado al mundo occidental en el último siglo. La cuestión, ahora mismo, es salvar el escaño propio.

[Los grandes mecenas de Biden congelan 90 millones mientras su partido mide la popularidad de Kamala]

Las elecciones presidenciales se celebran a la vez que las legislativas. La Cámara de Representantes se renueva por completo, así como la mitad aproximadamente del Senado, donde los demócratas mantienen una exigua mayoría. El miedo, ahora mismo, es que la debilidad de Biden se traduzca en una victoria aplastante de Trump… que arrastre consigo una oleada roja en todo el país y otorgue una cómoda mayoría a los republicanos en ambas cámaras y en la gobernatura de algunos estados clave.

Por supuesto, la culpa de este pánico no es de Biden, sino de los que esquivaron su idoneidad hasta este punto. Biden no piensa renunciar y se basa en los once millones de demócratas que le votaron en las primarias. Nadie, entonces, consideró sensato presentar una candidatura alternativa. Nadie, antes de la hecatombe del debate, consideró que presentar a un hombre de 81 años como esperanza para los cuatro siguientes podía llevar a la situación actual.

Jared Huffman pide más tiempo

Y ahora, entran las prisas. El congresista por California, Jared Huffman, hizo pública este lunes una carta en la que solicita el apoyo de los demás demócratas de la Cámara para retrasar el proceso de nominación de Biden. Sabe que no está solo en esto y por eso se atreve. En la misiva, se critica la decisión del Comité Nacional Demócrata (DNC, en sus siglas en inglés) de confirmar dicha nominación el próximo 21 de julio a través de un “llamamiento virtual”, es decir, la elección telemática y no presencial de Biden por parte de los delegados y superdelegados elegidos en las pasadas primarias.

El proceso es extraño, como todo lo que rodea al Partido Demócrata, pero en su momento tuvo una razón de ser: Ohio pedía que los candidatos estuvieran definidos el 7 de agosto y dijo que no aceptaría a nadie pasada esa fecha. Esa decisión obligaba a los demócratas a elegir antes de su propia Convención, a celebrarse del 19 al 22 de agosto en Chicago. Comoquiera que Biden era el único candidato posible y que había conseguido la inmensa mayoría de delegados, dicho adelanto no parecía suponer ningún problema.

Sin embargo, las cosas han cambiado mucho en muy poco tiempo, como insiste Huffman en su petición. El consenso en torno a Biden ya no es tal… y tampoco lo es la urgencia provocada por el estado de Ohio, que ha decidido retrasar la fecha de admisión de candidaturas, lo que hace posible de nuevo elegir al candidato demócrata de forma presencial en la Convención, como siempre ha sucedido. De hecho, la propia elección de candidato en un contexto de entusiasmo y unidad suele producir un efecto positivo entre el potencial electorado, como veremos con Trump en los próximos días.

Hacer en un mes lo que no se hizo en cuatro años

Huffman se basa en dichos cambios para solicitar un aplazamiento. Según el congresista, la tarea de vencer a Trump requiere de más tiempo de reflexión dentro de lo que, a su parecer, es un partido dividido que necesita un serio debate interno. Omite Huffman que ha habido cuatro años para ese debate y que poco se va a sacar en claro retrasando la decisión un mes: los que ahora apoyan a Biden probablemente le sigan apoyando entonces. Los que piden un cambio tendrán que articular una oposición que no han querido contemplar durante todo el mandato.

Donald Trump y Joe Biden en el primer debate presidencial de la CNN.

Donald Trump y Joe Biden en el primer debate presidencial de la CNN. Reuters

En cualquier caso, además, el que tiene que renunciar es el presidente. Sería impensable que un partido se arrogara el derecho de quitarse a Biden de en medio cuando es el vigente inquilino de la Casa Blanca y tiene el apoyo del 90% de los delegados y superdelegados. Impensable, insólito y dictatorial. Supondría un acto tan poco democrático que todas sus críticas a Trump en ese sentido se verían inmediatamente refutadas. Hay que entender, por tanto, que lo que está pidiendo Huffman es tiempo para convencer a Biden de que se eche a un lado.

Solo que Biden, ya decimos, no tiene la más mínima intención de renunciar. Solo cambiaría de opinión si se dieran estas tres cosas a la vez: una petición explícita de figuras como Nancy Pelosi, Hillary Clinton o Barack Obama, que han trabajado a su lado durante años y a los que ve como iguales; la configuración de una alternativa viable con una figura destacada al frente, algo que no se ve por ningún lado ahora mismo… y el convencimiento de que va a perder las elecciones y va a permitir un segundo mandato de Trump, con los riesgos constitucionales que eso conlleva.

Lo que dicen las encuestas

Todo esto nos lleva de nuevo a la carta de Huffman. Tal vez, lo que quiere el congresista es simplemente que pase más tiempo para ver a Biden más atrás en las encuestas y se dé cuenta de la inevitabilidad de su derrota. Es difícil que pase algo así. Biden y Trump llegaron empatados al debate del pasado mes de junio, con ligera ventaja para el republicano en los estados clave, especialmente Nevada, Arizona, Georgia y Pensilvania. La pésima actuación del presidente provocó un seísmo demoscópico, pero no le precipitó sin más al abismo.

En la actualidad, Biden está unos dos o tres puntos por detrás de Trump en el voto nacional y sigue perdiendo en todos los estados clave, incluidos Michigan y Wisconsin, donde antes tenía una ligera ventaja. El problema es que el resultado sigue siendo incierto. Biden pierde en todos lados, pero Trump no gana ninguno por cinco o más puntos de diferencia, que sería un buen indicativo de una victoria aplastante en noviembre.

Biden se agarra a ese hecho para desafiar a las encuestas: todas le dan perdedor, pero por muy poco. ¿Y si consiguiera remontar dos puntos de aquí a las elecciones y lo hiciera sistemáticamente en todos esos estados decisivos? Él no lo considera imposible. Entiende que es más querido por el votante que por sus compañeros y desde luego, mucho más respetado que por la prensa, con la que tiene una relación de desprecio absoluto.

Si la elección de candidato se produce ahora, es imposible que Biden renuncie. Ahora bien, piensa Huffman, si esperamos un mes y la oscilación en los sondeos no es a mejor sino a peor, la cosa podría cambiar y Biden podría ser más permeable a un paso de testigo a otro candidato con más posibilidades. El asunto es saber quién puede ser ese candidato y cómo va a hacer el Partido Demócrata para organizar a su alrededor una campaña de confianza en apenas tres meses. Tal vez Huffman lo sepa. Los demás, desde luego, no tenemos ni idea.