El rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, ha muerto a los 88 años de edad y después de siete décadas de reinado en el hospital de Bangkok donde se encontraba ingresado.
Nacido suelo estadounidense en 1927, su familia regresó a Tailandia dos años más tarde y, tras la muerte de su hermano Ananda Mahidol en 1946, Bhumibol fue escogido heredero de la dinastía Chakri. Dejó a su tío como regente durante unos años y en 1950 tomó las riendas.
Querido y venerado por buena parte de los tailandeses -también está prohibido criticar su figura-, se le reconoce haber proporcionado estabilidad y unidad al país. Su muerte deja el trono libre a su hijo Maha Vajiralongkorn, de 63 años y conocido por sus excentricidades. El primer ministro tailandés, el general Prayuth Chan-ocha, ha anunciado que el príncipe heredero sucederá su padre pero sólo después de un periodo de duelo.
El reinado de Bhumibol ha estado plagado de tensión y golpes de Estado militares, el último de ellos ocurrido en 2014 y dirigido por el actual primer ministro.
Las alocuciones políticas del monarca comenzaron en 1963. Una década más tarde, intervino personalmente tras la matanza de estudiantes que se manifestaban contra el gobierno militar, lo que abrió un breve periodo democrático. Tres años después, una asonada amparada por el propio rey acabó con este experimento.
Las asonadas se sucedieron en los siguientes lustros hasta que en 1992 el monarca medió entre el general golpista Suchinda Krapayoon y el movimiento democrático y abrió el cauce a la convocatoria de elecciones. Este gesto consagró su imagen de mediador.
El monarca, también bautizado Rama IX y apodado 'El Grande', ha pasado la mayor parte de los últimos años de su vida en el hospital. La Casa Real no ha especificado la casa de su muerte.