El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, ha dimitido este viernes después de que el Tribual Supremo decidiese inhabilitarlo por su aparición en los papeles de Panamá, en los que se vincula a su familia con la posesión de sociedades en paraísos fiscales.
La oficina del primer ministro ha emitido un comunicado en el que se indica que "tras el veredicto, Nawaz Sharif ha dimitido de sus responsabilidades como primer ministro". Según la nota, el exmandatario acata así el veredicto del Supremo.
Sharif no obstante, defiende su presunta inocencia y ha anuncado que estudiará opciones legales contra ella. "Todas las opciones constitucionales serán estudiadas. Es una injusticia. Con la ayuda de dios Sharif tendrá éxito en el tribunal de Alá y el pueblo", añade el comunicado.
Los cinco jueces del Supremo a cargo del caso decidieron de forma unánime que Sharif debe ser inhabilitado por "deshonestidad" y "no declarar activos" en una sentencia leída por el magistrado Aijaz Afzal. Además, el tribunal ha ordenado al Buró de Responsabilidad Nacional, el organismo encargado de la lucha contra corrupción, abra un proceso contra Sharif, sus tres hijos, y el ministro de Finanzas, Ishaq Dar, según EFE.
La dimisión del primer ministro ha provocado la disolución inmediata de todo su Gabinete de Gobierno y el Parlamento deberá elegir un nuevo mandatario. Su familia, además, ya se ha enfrentado a acusaciones de corrupción en el pasado, y ha reconocido la posesión de esas empresas y propiedades offshore, aunque ha rechazado cualquier tipo de ilegalidad.
El empresario que no pudo gobernar Pakistán
Nawaz Sharif es un gran empresario pakistaní, líder de la Liga Musulmana de Pakistán-N (PML-N), que ganó tres elecciones nacionales y otras tantas veces juró el cargo como primer ministro, pero en ninguna de ellas acabó su mandato.
Sharif, de 67 años, nació el 25 de diciembre de 1949 en una acomodada familia de trabajadores industriales, no es la primera vez que se ha estado envuelto entre acusaciones de corrupción, motivo que le ha hecho dimitir de sus cargos políticos en diferentes ocasiones.
Considerado por algunos analistas un islamista moderado, ha atraído parte del voto religioso, pero su gran baza ha sido su faceta de político pragmático con capacidad para enfrentarse a la crítica situación de las finanzas en el país asiático.