El embajador estadounidense ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, ha dicho este lunes que ya es hora de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas impusiera "las sanciones más duras posibles" a Corea del Norte sobre su sexto y mayor ensayo nuclear. "Ya está bien", ha aseverado.
Haley ha asegurado en una reunión de urgencia celebrada por el propio Consejo que el paquete de sanciones impuestas a Corea del Norte desde 2006 no ha funcionado, y ha señalado que el líder nortecoreano Kim Jong-Un está "pidiendo una guerra". Asimismo, ha criticado los 24 años de "medidas a medias y conversaciones fallidas" entre el organismo y el país asiático.
"A pesar de nuestros esfuerzos, el programa nuclear de Corea del Norte es más avanzado y más peligroso que nunca", ha indicado el embajador al Consejo de Seguridad. "La guerra nunca es algo deseable para los Estados Unidos, no la queremos, pero la paciencia de nuestro país no es ilimitada", ha advertido.
"Esta crisis va más allá de las Naciones Unidas", ha expresado. Además, ha añadido que Estados Unidos considerará a los países que hagan negocios con Corea del Norte como entes que "prestan ayuda a las temerarias y peligrosas intenciones nucleares" de Pyongyang.
La ONU pide una "respuesta completa"
La ONU ha expresado este lunes su inquietud por la "peligrosa provocación" que representa la última prueba nuclear norcoreana y ha pedido una "respuesta completa" de la comunidad internacional para evitar estas acciones.
Ese ensayo atómico es "profundamente desestabilizador para la seguridad regional e internacional", ha afirmado el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, al comienzo de una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad.
La reunión se celebra un día después de que el régimen de Pyongyang realizara su sexto ensayo nuclear, que aseguró se trataba de una bomba de hidrógeno, el artefacto más poderoso que hace estallar hasta ahora, según expertos.