El desaparecido periodista saudí Jamal Khashoggi abogó en su último artículo, publicado hoy por The Washington Post, por la libertad de expresión, información y de prensa en los países árabes.
La editora de Khashoggi en el rotativo capitalino, Karen Attiah, recibió la columna de manos del traductor del periodista el día después de su desaparición el pasado 2 de octubre en el consulado de Arabia Saudí en Estambul.
"El Post frenó la publicación (del artículo) porque esperábamos que Jamal volviera con nosotros para que él y yo lo pudiéramos editar juntos. Ahora tengo que aceptarlo: eso no va a suceder", explicó Attiah.
En su columna, titulada "Lo que más necesita el mundo árabe es libertad de expresión", Khashoggi defiende que la mayoría de países árabes tiene a sus ciudadanos "desinformados o mal informados", por lo que "no pueden abordar adecuadamente, y mucho menos discutir en público, los asuntos que afectan a la región y sus vidas cotidianas".
"Una narrativa dirigida por el Estado domina la opinión pública, y si bien muchos no la creen, una gran mayoría de la población es víctima de esta falsa narrativa. Lamentablemente, esta situación es poco probable que cambie", afirmó el periodista saudí.
Para Khashoggi, "los gobiernos árabes han dado rienda suelta a silenciar cada vez más los medios de comunicación", incluido Internet, por lo que la región "enfrenta su propia versión del telón de acero, impuesto, no por actores externos, sino por fuerzas internas disputándose el poder".
"El mundo árabe estaba lleno de esperanza durante la primavera de 2011. Periodistas, académicos y la población en general rebosaban las expectativas de una sociedad árabe brillante y libre dentro de sus respectivos países", dijo Khashoggi. "Estas expectativas se rompieron rápidamente; estas sociedades retrocedieron al antiguo status quo o se enfrentaron condiciones aún más duras que antes".
Más allá de la censura interna, el periodista saudí lamenta en su artículo que, con la excepción de Qatar, en el resto de países no se informa sobre los acontecimientos que suceden en la región para preservar así el "viejo orden árabe". "Se ha dado rienda suelta a los gobiernos árabes para que sigan silenciando los medios de comunicación a un ritmo cada vez mayor", dijo el periodista.
"El mundo árabe necesita una versión moderna del viejo (modelo) de prensa internacional para que sus ciudadanos puedan estar informados sobre los asuntos globales. Y más importante aún, tenemos que ofrecer una plataforma para voces árabes", dijo.
"Los árabes necesitan leer en su propio idioma para poder comprender y discutir los diversos aspectos y complicaciones de la democracia en los Estados Unidos y el Oeste", dijo Khashoggi, afirmando estar agradecido por poder escribir en el Post.
"Sufrimos pobreza, la mala gestión y mala educación. A través de la creación de un foro internacional independiente, aislado de la influencia de los gobiernos nacionalistas que propagan el odio a través de la propaganda, la gente común en el mundo árabe podría abordar los problemas estructurales que enfrentan sus sociedades", concluyó Khashoggi.
Descuartizado en el consulado
Según The New York Times, Arabia Saudí planea reconocer que Khashoggi murió bajo su custodia en un interrogatorio que se les fue de las manos en el consulado a sus autores y culpar a de ello a un funcionario amigo del príncipe heredero.
Sin embargo, hasta la fecha, Riad ha negado cualquier implicación en la desaparición del periodista.
Turquía, por su lado, registró este lunes -dos semanas después de la desaparición- el consulado saudí en Estambul en busca de pruebas de lo sucedido.
Según algunos medios turcos y estadounidenses, Ankara dispone de grabaciones de vídeo y audio que demuestran Khashoggi fue asesinado en la sede diplomática.
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