Sobre las 18:29 horas del jueves un misil balístico salía disparado desde el área de Sunan, al norte de Pyongyang, e impactaba en el mar de Japón. Pocos segundos después, otros dos proyectiles caían en el mismo lugar. Se trata, de acuerdo con la información que maneja el ejército surcoreano, de una nueva prueba balística de Corea del Norte, que lleva meses intensificando sus exhibiciones militares.
En concreto, este sería el décimo sexto ensayo que realiza el hermético país desde que comenzó el año, según apunta la agencia de noticias con sede en Seúl Yonhap.
Unas cifras que han alarmado al recientemente nombrado presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, que juró su cargo hace apenas cinco días y prometió aliviar las tensiones con el norte.
La otra guerra de Kim
Mientras Kim Jong-un enseña músculo militar y tensa las relaciones con sus “adversarios”, la amenaza del coronavirus se cierne sobre Pyongyang. Prácticamente al mismo tiempo que caían los tres misiles balísticos, las autoridades norcoreanas anunciaban, por primera vez desde que estalló la pandemia, el primer brote en el territorio.
Poco después de que se decretase la “alerta máxima” y un estricto confinamiento a la población, las autoridades sanitarias del país confirmaron seis muertes por COVID-19 y más de 18.000 positivos, según recoge Europa Press.
Misiles
El lanzamiento de estos tres misiles podría tratarse de un aviso para Suk-yeol, quien ofreció a Kim Jong-un desarrollar la precaria economía del país a cambio de la desnuclearización en su discurso de investidura. Una oferta a la que, al parecer, Pyongyang ha respondido con fuego, a pesar de que las resoluciones adoptadas en enero de 2022 por Naciones Unidas se lo impiden.
Está claro que todo lo que pasa en el mar de Japón resuena también en la Casa Blanca, que mira con recelo a Corea del Norte en vistas a la gira diplomática que Joe Biden, poco dado a desplazamientos internacionales, iniciará por Asia la próxima semana. Primero irá a Japón y, después, a Corea del Sur. Un viaje durante el que se espera que Corea del Norte haga ruido.
Fue la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, quien el jueves anunció que Corea del Norte podría estar preparándose para una prueba nuclear durante las visitas que el presidente octogenario -a quien Jong-un no ha dudado en llamar "viejo senil"- iniciará el viernes 20 de mayo. Los temores están lejos de ser infundados.
A finales del mes pasado, durante la celebración del 90 aniversario del ejército del país, el dictador anunció que ampliará su capacidad armamentística nuclear “a la mayor velocidad posible”. Sin embargo, el desfile empezó mucho antes. Pocos días después de que Rusia iniciase la invasión de Ucrania, Corea del Norte lanzó el Hwasong-17, un gigantesco misil balístico intercontinental con un alcance prácticamente global -de aproximadamente 15.000 km-.