Occidente financió la guerra de Putin de forma indirecta al comprar a la India 3.000 M en petróleo
Un informe del CREA denuncia que Rusia continúa vendiendo grandes cantidades de crudo a pesar de las sanciones occidentales vigentes.
20 febrero, 2024 01:54A pesar de las sanciones impuestas por los países occidentales sobre el petróleo y gas rusos por la guerra de Ucrania, Rusia continúa vendiendo cantidades ingentes de crudo. A poco menos de una semana de cumplirse el segundo aniversario de la contienda, Moscú ha conseguido escapar a la prohibición a través de terceros países, que son los que refinan los productos petrolíferos y después los exportan legalmente a los países de la Unión Europea y el G7.
En total, según un nuevo análisis publicado por el Centre for Research on Energy and Clean Air (CREA) finlandés, durante el año pasado se produjo un incremento del 44% en las importaciones de productos petrolíferos a partir de crudo ruso en los países sancionadores. El informe muestra que, entre diciembre de 2022 y diciembre de 2023, 8.500 millones de euros de las importaciones de productos petrolíferos de los países de la Coalición Price Cap (formada por los países de la UE y el G7) procedían de crudo ruso.
En esta triquiñuela, ningún país se ha beneficiado tanto como la India, que ha multiplicado por más de 13 veces la importación de crudo ruso desde el inicio de la guerra. Inicialmente, las sanciones llevaron a Rusia a incrementar los descuentos en el precio de su petróleo con el fin de atraer nuevos compradores y compensar las ventas que anteriormente se dirigían a los países occidentales. En este contexto, el país de Asia Meridional encontró una oportunidad única.
En los 13 meses transcurridos desde la entrada en vigor de la limitación del precio del petróleo, según el CREA, más de un tercio de las exportaciones indias de productos petrolíferos a los países sancionadores procedían del crudo ruso. De hecho, China e India están comprando tanto crudo a Rusia que Moscú vende ahora más que antes de la invasión de Ucrania.
Una industria en ascenso
En los últimos años, India se está embarcando en una expansión de la capacidad de sus refinerías de petróleo para satisfacer la creciente sed del país por los combustibles fósiles, así como para satisfacer al mercado mundial. Según señaló Rameswar Teli, secretario de Estado de Petróleo y Gas Natural, Trabajo y Empleo en diciembre, el país tiene como objetivo aumentar su capacidad de refinación hasta en 56 millones de toneladas para 2028, lo que equivaldría a un aumento de la capacidad general del 22%.
Una parte significativa del petróleo ruso llega a la refinería de Jamnagar, ubicada en el estado de Guyarat, una de las instalaciones más grandes de su tipo en todo el mundo. Esta refinería, perteneciente a Reliance Industries, compañía liderada por Mukesh Ambani, uno de los empresarios más influyentes en la India y socio estratégico del gobierno de Modi, tiene una capacidad de procesamiento que supera los 1,2 millones de barriles diarios.
La segunda refinería más grande del país, el complejo de Vadinar, está a menos de 16 kilómetros y es propiedad de Nayara Energy. Según una investigación del New York Times, Rosneft, la petrolera estatal rusa, es propietaria de la mitad de la empresa. Además, otro grupo inversor ruso participa en la otra mitad. “Así pues, a medida que crece el comercio en esta región, las empresas rusas —y, por extensión, Moscú— cosechan algunos de los beneficios”, señala el diario estadounidense.
India, tercer consumidor de petróleo del mundo, ha justificado sus compras a Rusia como un medio para mantener los precios bajos al no tener que competir con las naciones occidentales para comprar crudo de Oriente Medio. “Si empezamos a comprar más petróleo de Oriente Medio, el precio del petróleo no estará en 75 o 76 dólares, sino en 150”, explicó Hardeep Singh Puri, ministro indio de Petróleo y Gas Natural, a la CNBC.
¿Es posible frenar el flujo?
El principal efecto que tiene la importación de Occidente de combustibles fósiles de la India es debilitar la presión que las sanciones ejercen sobre el Kremlin. Los ingresos federales de Rusia alcanzaron la cifra récord de 320.000 millones de dólares en 2023. Según los analistas, un tercio del dinero se gastó en la guerra de Ucrania el año pasado, una cifra que previsiblemente vaya a aumentar este año.
La manera más eficaz para hacer cumplir las sanciones, según el CREA, es acabar con el vacío legal existente. Esto es, prohibir la importación de productos petrolíferos producidos a partir de crudo ruso. "Esto aumentaría el impacto de las sanciones al desincentivar a terceros países a importar grandes cantidades de crudo ruso y ayudaría a recortar los ingresos rusos", señala el informe.
Contradiciendo al ministro indio de Petróleo y Gas Natural, la organización finlandesa señala que existe una dependencia relativamente baja —aproximadamente un 3%—, por lo que una prohibición de estas importaciones no tendría una presión inflacionista significativa sobre los precios mundiales del crudo.
Además, la institución insta a los países occidentales a endurecer las sanciones vigentes contra las empresas que infringen esta prohibición. En la Unión Europea, se prohíbe el acceso de los buques a los servicios marítimos del bloque después de una violación de las sanciones, una medida que consideran "demasiado débil". Según otra investigación del CREAF de noviembre, se reveló que el 33% de todo el petróleo ruso fue transportado en petroleros asegurados en el Reino Unido desde la implementación de las sanciones hasta principios de noviembre de 2023.
Tal y como explicó Ami Daniel, CEO de Windward, una empresa de análisis de riesgos marítimos, a la CNN, a pesar de las sanciones, a las empresas les resulta rentable jugársela ante los enormes beneficios que pueden obtener. "Realmente estamos hablando de algo que es asombrosamente lucrativo. La tentación de hacerlo... es absolutamente enorme para los operadores. Podrían ganar entre 10 y 40 millones de dólares en cuatro o cinco meses. No estoy seguro de que haya otra oportunidad en el mundo para hacer eso", afirmó.