Rusia está harta de las “mentiras de la OTAN” y quiere ponerlas todas de manifiesto. Así de claro ha sido el mensaje común de muchos políticos y analistas rusos en la víspera de la reunión del Consejo OTAN-Rusia que se celebra este miércoles en Bruselas.
La reunión a nivel de representantes permanentes sigue a la cumbre de la Alianza en Varsovia en la que los líderes aliados acordaron el despliegue de cuatro batallones en Lituania, Estonia, Letonia y Polonia. Al mismo tiempo, llamaron a Rusia al diálogo.
“No debemos creer en lo que dice la OTAN porque nos está mintiendo desde hace 20 años. Nos piden diálogo y cooperación, pero lo que hacen realmente es acorralarnos. Ya han asumido a los exmiembros del Pacto de Varsovia, antiguas repúblicas soviéticas del Báltico y la mayor parte de la antigua Yugoslavia. Están en nuestras fronteras”, dijo a EL ESPAÑOL Igor Korótchenko, experto militar y miembro del Consejo Civil del Ministerio de Defensa ruso.
Rusia no deja de repetir que la principal mentira de la OTAN consiste en que, tal y como sostienen actualmente sus representantes, nunca había prometido a Moscú no ampliarse hacia las fronteras rusas. El exembajador estadounidense en Moscú, Michael McFaul, causó recientemente una avalancha de críticas en Rusia al animar a los aliados atlánticos a seguir acercándose a las fronteras rusas porque la Alianza, según dijo, “nunca prometió no hacerlo”.
En respuesta, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, le llamó a ser más responsable a la hora de hacer tales declaraciones “para no tergiversar la historia reciente en aras de justificar el actual despliegue de la OTAN”.
Según Zajárova, la tesis del exembajador es bastante dudosa, más aún porque McFaul ya no era niño cuando se firmó en 1997 el Acta fundacional OTAN-Rusia. Al término de aquella cumbre, el presidente francés Jaques Chirac dijo que “al firmar el Acta Fundacional de una nueva organización de seguridad europea, en la que Rusia desempeñará plenamente su papel, hemos dejado atrás medio siglo de malentendidos, confrontación y división de nuestro continente”.
Y el entonces presidente de EEUU, Bill Clinton, aseguró: “Estamos decididos a crear un futuro en el que la seguridad europea no sea un juego de compensaciones: donde si gana la OTAN, Rusia pierde y donde la fortaleza de Rusia es la debilidad de la Alianza”.
LOS RUSOS CREEN QUE LA OTAN QUIERE FORZAR UNA NUEVA CARRERA ARMAMENTÍSTICA
Sin embargo, 20 años después las tropas aliadas efectivamente están en las fronteras rusas, tras la intervención rusa en el conflicto civil en Ucrania y la anexión de la península de Crimea unilateralmente por parte de Moscú.
La OTAN decidió el viernes pasado desplegar cuatro batallones en Polonia y países bálticos. El secretario general, Jens Stoltenberg, argumentó que quería lanzar "un mensaje muy claro" de disuasión a Rusia de que "un ataque a un aliado desencadenará una respuesta de toda la Alianza". El objetivo es defensivo y "una respuesta proporcional a las acciones de Rusia en Ucrania", aseguró.
La segunda gran mentira, según sostiene Korótchenko, es precisamente que las relaciones entre Rusia y la OTAN llegaron a la crisis actual a raíz de la anexión de Crimea y el papel ruso en la guerra civil en Ucrania. “La verdadera manzana de la discordia ha sido el escudo nuclear estadounidense desplegado en Europa del Este de manera unilateral. Por esta razón todo tipo de cooperación con la OTAN fue prácticamente congelada bien antes del inicio de la crisis ucraniana”, dice el experto.
Los analistas rusos defienden también que no es cierto que el sistema de defensa antimisiles aliado esté dirigido contra países como Irán o Corea del Norte. “Irán o Corea del Norte no tienen misiles capaces de alcanzar elementos del sistema antimisiles estadounidense y no los tendrán en un futuro cercano”, considera Leonid Ivashov, presidente de la Academia de Problemas Geopolíticos.
Según Ivashov, los últimos avances en el despliegue del nuevo escudo antimisiles no han hecho sino enrarecer aún más el ambiente. Moscú sospecha que el dispositivo, que se declaró operativo en Varsovia, está pensado en su contra y puede usarse no sólo para interceptar proyectiles sino para lanzarlos hacia su territorio.
“En unos 20 minutos, los puestos de lanzamiento de los misiles defensivos pueden ser preparados para lanzar misiles ofensivos que en otros 15 minutos podrían llegar a San Petersburgo”, dice Korótchenko, añadiendo que Rusia actualmente no tiene un sistema para detectar e interceptarlos.
Según el experto, digan lo que digan los líderes de la OTAN, su verdadero objetivo es concentrar en las fronteras rusas un potencial militar que permita ejercer presión permanente a Rusia. “Quieren que Rusia no tenga más remedio que unirse a una nueva carrera armamentista, que destine todos sus recursos económicos a la defensa. El objetivo final es conseguir la desintegración de Rusia siguiendo el mismo esquema que acabó con la Unión Soviética en 1991”, opina Korótechenko.