El último ataque sufrido en suelo francés ha llevado a su Gobierno a tomar medidas inmediatas. Como ya anunció este viernes François Hollande, una de las primeras será la movilización de sus reserva operacional, una fuerza compuesta por 12.000 erfectivos -9.000 gendarmes y 3.000 policías- llamados a reforzar la seguridad nacional.

Esta reserva operacional descargará de trabajo a las fuerzas de seguridad del estado, sobre todo en funciones de control fronterizo y control en los grandes festivales y eventos que se celebrarán este verano en el país vecino y que podrían convertirse en objetivo de nuevos ataques.

Con esta medida se espera también apaciguar las duras críticas llegadas desde la derecha y la ultraderecha francesa apuntando a "carencias gravísimas" del Estado en materia de seguridad, según palabras de la presidenta del partido ultranacionalista francés Frente Nacional (FN), Marine Le Pen

Le Pen afirmó este sábado que "en cualquier otro país del mundo, un ministro (del Interior) con un balance tan lamentable como el de Bernard Cazeneuve, con 250 muertos en 18 meses, habría dimitido hace tiempo".

Ha sido precisamente Cazeneuve quien ha salido a la palestra para confirmar la movilización de reservistas anunciada por Hollande y añadir un llamamiento para todo ciudadano de bien que quiera apuntarse a esta fuerza cívica tras los últimos ataques.

Esta fuerza debe "aliviar" a la policía y los gendarmes para ciertas misiones, ha asegurado el ministro del Interior, cuyo mensaje para captar nuevos efectivos ha sido claro: "Querría lanzar una nueva llamada a unirse a esta reserva operacional a todos los franceses patriotas que lo deseen". El ministro espera reclutar así otros 2.000 efectivos.

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